Los retos que le esperan al nuevo director de la CSS

Actualizado
  • 09/08/2024 00:00
Creado
  • 08/08/2024 19:35
El presidente de la República, José Raúl Mulino, designo al actuario Dino Mon como director de la Caja de Seguro Social. El mandatario sostuvo una reunión con los dirigentes de los partidos políticos

El presidente José Raúl Mulino anunció este jueves al nuevo director de la Caja de Seguro Social (CSS): el actuario Dino Mon. Lo hizo luego de analizar una lista de 29 aspirantes al cargo y su elección y acciones inmediatas empiezan a dar luces sobre los cambios que se avecinan en la institución que atiende al 75% de la población en servicios de salud y desembolsa mensualmente la pensión de 310,755 personas. Los planes de Mulino - expuestos ayer - incluyen conversaciones con diversos sectores entre agosto y septiembre para presentar las reformas a la institución en octubre a la Asamblea Nacional. Esto con el ánimo de que “ el primero de enero este país tenga una nueva institución salvada y saneada”, aseveró.

Mon cuenta con una vasta experiencia en temas actuariales y según su hoja de vida, es capaz de llevar los números al plano digital, un punto esencial en la transformación de la entidad, que de lograrlo vendría como anillo al dedo para solucionar la desactualización de los sistemas, la ausencia en la interoperabilidad, la accesibilidad de la data, transparencia y el manejo de trámites en línea.

Con 25 años de experiencia en la gestión de riesgos, Mon es un administrador de seguros de salud y pensiones, lo que lo posicionaría como una figura clave para manejar uno de los retos más imperantes, como el agotamiento de las reservas del programa de pensiones Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) que requiere atención urgente, además de otros programas, como el de Enfermedad y Maternidad cuyas reservas para septiembre de 2023 se calculaban en $1,361 millones.

En el tema de la CSS todo está dicho prácticamente. El diagnóstico es conocido. El ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman ha efectuado varias corridas con diferentes variantes, cuyos resultados aún se mantienen en reserva. Son datos que analizan para luego presentarlos a la sociedad, que finalmente es la que decidirá qué medidas adoptar para brindar sostenibilidad en el tiempo.

La salud de las finanzas de la CSS son vigiladas de cerca por las instituciones financieras internacionales que han mostrado su preocupación por el tema. En informes anteriores advirtieron sobre la importancia de atender el problema, que tres gobiernos anteriores pasaron por alto. En este sentido cobra más valor para las calificadoras porque es el Estado quien debe hacer las contribuciones para compensar el faltante en el pago de pensiones. La complejidad del asunto alcanza hasta las políticas económicas que adopte el gobierno y los incentivos de inversión privada, puesto que en Panamá un factor crítico del entorno económico es el creciente empleo informal, que conduce a una limitada cotización y excluye a cerca de la mitad de los trabajadores de la cobertura de la Caja de Seguro Social.

En 2022 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) remitió, a solicitud del gobierno, nueve recomendaciones básicas después de un análisis extenso de los datos financieros proporcionados. El desafío ahora responde más a la parte conceptual. Como dice la economista Luisa Turola, es más importante el norte de las políticas públicas y hacerlo cuando hay capital político. “Hay dos grandes áreas a tratar al mismo tiempo, un problema administrativo y otro político. Si no se manejan bien pueden causar un aborto”, advierte la economista.

En tiempos de campaña electoral, Mulino adelantó a La Estrella de Panamá su visión de cómo atendería el tema. Conformó un equipo de técnicos, exdirectores de la entidad y actuarios que trabajaron por meses para presentar algunas propuestas cuando llegase el tiempo de debatir, como ahora. La radiografía de Mulino consiste en “reestructurar la CSS en forma coherente con las necesidades que produce el sistema. En este momento hay déficit entre programas. Los sistemas no se comunican entre sí y los cálculos de las jubilaciones son manuales”, mencionó. Un diagnóstico inaceptable siendo la institución más grande del país. “La jubilación se va a preservar, ¿con qué?, es lo que vamos a discutir”, resumió en su momento. Y como adelantó, ya citó a todos los presidentes de partidos políticos a la Presidencia, después hará lo mismo con los gremios y con los trabajadores. Reuniones que servirán “para buscar un mínimo de consenso y llevar un borrador de proyecto de ley a la Asamblea Nacional. Sé que será complicado, pero no imposible”, presagió.

Este jueves la cita con los presidentes de los colectivos políticos legalmente constituidos para explicar la situación e intentar alcanzar consensos en asuntos que son capaces de desestabilizar socialmente a un país. “La complejidad del tema requiere de los encargados de una estrategia de comunicación clara, docente, que sea capaz de abordar la parte conceptual, que en este caso es más importante que el diagnóstico, que ya está dado”, analizó Turola.

La idea es evitar crisis sociales, y a la vez prolongar la vida financiera de las pensiones, actualmente divididas en dos sistemas, el de Beneficio Definido comúnmente conocido como solidario y el subsistema mixto en el que depositan sus cuotas los más jóvenes, pero que también requiere actualizaciones. Una de las principales es la transparencia con la que opera. “Los que están en el sistema de ahorro no saben cuánto tienen ahorrado. No tienen información sobre el tema del ahorro individual”, indicó el expresidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Rubén Castillo.

Dos años atrás la Organización Internacional del Trabajo recomendó a la administración de Laurentino Cortizo implementar medidas paramétricas, pero nunca cuajaron puesto que el entonces mandatario inició un diálogo partiendo de la premisa que no se harían cambios de esta naturaleza, para ahorrarse las manifestaciones o el descontento social en las calles. Mulino se declaró enemigo de las mesas de diálogo, como el ensayo de la administración Cortizo. “Al pueblo le voy a informar a dónde estamos y a dónde queremos ir, no le voy a ocultar información”, dijo Mulino a La Decana durante la campaña. Recientemente, el ministro de Salud Fernando Boyd manifestó la necesidad de unificar los sistemas de salud, el Ministerio de Salud y la CSS, que priorizó como un objetivo de la administración Mulino. Atender a todos por igual, sin importar si está asegurado.

“Tiene que haber la voluntad del nuevo director de la CSS que esté dispuesto y en la línea del ministro (de Salud) para hacerlo operativo”, indicó Boyd. Esto hará más eficiente el sistema de salud, agilizará la compra y abaratamiento de medicamentos, así como la duplicidad de funciones. Una idea que se tomó forma en 2015 con el denominado “libro blanco” en la mesa de la concertación que pretendía transformar el sistema de salud. Pero como calificó en su momento el médico Jorge Prosperi, “éste ha sido el mayor fracaso por falta de voluntad política para apoyar las recomendaciones de los especialistas”.

Además de la situación actuarial de la CSS, se suman desafíos en la atención de salud, largas filas para obtener citas médicas, cirugías programadas para dentro de un par de años, falta de insumos y medicamentos. Para la elaboración de esta nota conversamos con un galeno que labora en la CSS quien describió la urgente necesidad de integrar al sistema más médicos especialistas al complejo, ya que muchos fueron trasladados a la Ciudad de la Salud, lo que ha “provocado una canibalización del sistema”, describió. Detalló que a principios de año ni siquiera tenían instrumentos básicos para medir la presión, para operar, pañales, gasas arteriales, o algodón en la Unidad de Cuidados Intensivos, como muestra de las irregularidades administrativas por las que atraviesa la entidad.

“Administrar la entidad requiere de una persona con temple”, afirmó Aída Michell Maduro, expresidenta de la junta directiva de la CSS. “Esta figura debe ser capaz establecer un lazo de confianza entre la población y la entidad, especialmente ante la posibilidad de implementar medidas paramétricas, cuando el servicio no ha sido el más óptimo para el asegurado”, añadió la expresidenta. “Cambiar el sistema de atención podría convertirse en un obstáculo para las reformas, porque se trata de un asunto de cultura interna y una operación que se ha instalado a través de los años, difícil de cambiar”, asegura Maduro. “Muchas veces los conflictos con los médicos se han resuelto con bonificaciones, no con productividad, se han formado islas por direcciones”, ilustró. Por tanto, “el liderazgo del nuevo director será funcional en la medida en que aquellos que no se adapten al cambio se vayan”, acotó.

El plan para reestructurar la entidad debe incluir procesos y actividades críticas como la revisión y adecuación de la estructura orgánica; el fortalecimiento de los sistemas de información, incluyendo la conclusión de los procesos de integración y la mejora de los sistemas contables.

La OIT recordó en su momento que la sostenibilidad de un sistema de pensiones depende de la evaluación periódica de su capacidad financiera y de la revisión y ajuste de los fundamentos y parámetros que lo sustentan. Ajustar esos parámetros implica costos para los constituyentes de la seguridad social, si se quiere preservar los beneficios y la capacidad de proveer una protección económica adecuada ante los riesgos de invalidez, vejez y muerte. Lo importante es que esos costos se distribuyan equitativamente de acuerdo con las capacidades y necesidades de cada sector.

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