Los Llanos de Aguadulce

Situado en la parte central del istmo de Panamá, sobre la bahía de Parita, la ciudad de Aguadulce comprende una extensa llanura junto a un amplio y profundo estuario sobre el que se asienta el puerto. Este puerto era uno de los mejores de la región, estando dotado de un cómodo muelle que satisfacía las exigencias del arribo de barcos de vapor y grandes veleros. Durante fines del siglo XIX e inicios del siglo XX fue la puerta de entrada para la mayor parte de los habitantes de las provincias de Coclé y Veraguas, ya que, a través de su puerto, ubicado a tan solo dos millas, se realizaba la mayor parte del tráfico comercial y de personas hacia estos destinos, con una posición limítrofe con las provincias de Coclé, Veraguas y Los Santos, que contribuyó a su creciente prosperidad y a la importancia de su comercio. (Notas sobre Panamá recopiladas y ordenadas por H. C. Hale, noviembre de 1903).

Las principales villas de la provincia de Coclé estaban casi todas al sur de la cordillera, lugar este en donde vivían mayoritariamente indígenas. Los llanos, poco cultivados, salvo algunas hectáreas sembradas de maíz y arroz, estaban conformados la mayor parte por sabanas libres o potreros, en donde vive ganado vacuno y equino. Las poblaciones se ubicaban en las cercanías de los ríos, salubres en el verano, perniciosos en el invierno, porque las aguas se salen de su cauce, pudriendo sus contornos y secando poco a poco. La vegetación era más abundante cerca de los ríos y hay allí más cultivos, sin duda por el beneficio de las aguas.

Aguadulce era considerado más higiénico, por su cercanía al mar, pues no se encontraba expuesto a los cambios repentinos del clima montañoso y en donde los caminos eran anchos, limpios y bien mantenidos con zanjas para las aguas fluviales y las casas, en lo general, provistas de excusados.

La vegetación en el pueblo se reducía a un jardín municipal en la plaza, bien atendido y cultivado con flores, y algunos patios privados.

Aguadulce es de fundación moderna y primitivamente se le llamó Trinidad. Aunque su nombre es homónimo a un ayuntamiento en la provincia de Sevilla, España, por lo que probablemente tenga algún resabio colonial; aunque también existen otras versiones. También es la capital del distrito del mismo nombre, como ciudad cabecera; junto al pequeño y pintoresco pueblo y corregimiento de Pocrí, que se encuentra casi unido, en sus inmediaciones.

Sus principales industrias han sido la ganadería y la elaboración de sal marina, de la cual abastecía a la república de casi toda la sal necesaria para el consumo local. (E.J. Cattel: Panamá). Luego creció la producción de azúcar y jarabes. En las cercanías de la ciudad de Aguadulce se establecieron dos ingenios azucareros, de los mejores de la república, que producían 50.000 sacos (100 libras cada uno) de azúcar por zafra, cantidad suficiente para cubrir las necesidades de toda la república.

Armand Scheer, perito agrícola al servicio del Canal de Panamá, cuyos servicios fueron contratados por la nación al gobierno, en su informe sobre esta región dice: “Cerca de Aguadulce, la caña de azúcar crece admirablemente y también el plátano, el coco y otros árboles frutales. La caña es un producto nacional por su excelencia. Se cultiva con éxito en todas las provincias, aunque sin aplicar métodos modernos. La industria azucarera es una de gran futuro”. (Sabas A. Villegas: La República de Panamá: sus recursos económicos, financieros, comerciales y nacionales, e información en general, por el Comité de Publicidad y Turismo de la Asociación de Comercio de Panamá).

La construcción de los caminos y las conectividades con otros pueblos y ciudades trazó su crecimiento y expansión, que dio inicio con su conexión con el puerto, un camino de macadán de 5 km. De la ciudad de Aguadulce a la ciudad de Santiago de Veraguas, un camino de macadán de 59 km de largo de la ciudad de Aguadulce al poblado de Natá, por un camino de 10 km de largo. Estos caminos forman una carretera continua de 74 km de largo.

Los éxitos y los fracasos de las comunidades urbanas en la creación de una particular forma de vida son reflejo de los esfuerzos de las ciudades, sus habitantes e instituciones; como en Aguadulce, por la renovación y las particulares condiciones geográficas y la utilización de sus recursos naturales. Esto abre el camino a la formación de identidades cívicas e imágenes colectivas del pasado, el presente y el futuro. Es importante la compresión de Panamá como una red de ciudades, del cual la ciudad de Panamá y su área metropolitana no es la exclusiva. Hoy se redefinen nuevas áreas urbanas con demandas de infraestructura, transporte público, comunicaciones, sistemas de agua y alcantarillado, electricidad y datos. Además de los sistemas sociales fundamentales, como escuelas, centros culturales, centros de salud y parques. Las ciudades constituyen una infraestructura de oportunidades, por la cual las personas pueden lograr sus aspiraciones con un mayor acceso al empleo, la educación, la recreación, el disfrute y la salud.