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La vía Roberto F. Chiari y el caos vehicular, ¿peor el remedio que la enfermedad?
- 02/11/2024 00:00
- 01/11/2024 19:24
Los habitantes de Panamá Oeste están acostumbrados a pasar entre tres y cuatro horas diarias en el congestionamiento vehicular cuando viajan entre las provincias de Panamá y Panamá Oeste en horas pico.
Un martirio que, de sumarse algún accidente de tránsito o un corte de calle por protestas, puede alcanzar más de ocho horas; un problema que se ha convertido en rutina para quienes viven en el Oeste. De allí la enorme expectativa que despertó la apertura de los ocho carriles de la vía Roberto F. Chiari, inaugurada el pasado 28 de octubre, de que mejoraría el tráfico.
Sin embargo, el tráfico por la vía, que tuvo un costo de construcción de $462 millones, continuó siendo lento y no ha desahogado el tránsito de vehículos como se esperaba inicialmente.
La Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) y la Dirección Nacional de Operaciones de Tránsito (DNOT) ordenó realizar operativos en horas de la mañana para de inversión de carriles en dirección a la ciudad de Panamá; todos los días. Los resultados crean alivio momentáneo del tráfico en algunos sectores, pero terminan ocasionando un embudo llegando al área de Howard, donde los conductores pasan de transitar de cinco carriles a solo tres.
Una situación similar ocurre en las tardes, pero en sentido opuesto. Cuando los 34.000 vehículos que se trasladan diariamente a la capital pretenden salir en dirección a Panamá Oeste, otro embudo los espera en el puente de las Américas. Todos los autos confluyen en ese sector, que con el operativo de inversión de carriles por las tardes, ofrece tres carriles para el tránsito.
A esto se suma otro embudo en el inicio de la autopista Arraiján-La Chorrera, cuando los carros que provienen del puente Centenario en dos carriles se topan con los que provienen de los cinco carriles desde el puente de las Américas. En resumen, un caos que degrada la calidad de vida de la población, que pasa horas en los tranques para ir al trabajo y sus hogares.
La situación incluso fue reconocida por el presidente de la República, José Raúl Mulino, quien pidió al personal de la ATTT y la DNOT que desde este viernes 1 de noviembre se aseguren de que las vías funcionen para desahogar el tráfico.
Para el urbanista José Isturaín, la política de Estado debe cambiar para solucionar el problema de la movilidad en el país, porque, a nivel global, se ha demostrado que es obsoleto hacer grandes vías para atender ese desafío.
Un esquema con mucha influencia del urbanismo estadounidenses del siglo XX, con amplias carreteras para carros y espacios mínimos para los peatones.
“Es triste ver un proyecto tan costoso que no está funcionando y no va a funcionar aunque hagan ocho carriles más, porque el principal problema es que la ciudad está centralizada. La gente va a seguir haciendo desplazamientos del Oeste al centro en las mañanas y viceversa en las tardes. Al final lo que van a propiciar los carriles es que más gente siga moviéndose”, señaló.
La ATTT y la DNOT informaron que tomarán medidas para tratar de aliviar el tráfico que se incrementa por las fiestas patrias. Pero los especialistas coinciden que este paliativo, es insuficiente para enfrentar el problema.
Fernando Aranda, arquitecto en la ATTT, destaca que el proyecto de la vía Roberto F. Chiari tiene una relación directa con el Cuarto Puente sobre el Canal, pero este no estará listo hasta 2028. No obstante, confía en que los usuarios se adapten a la nueva vía.
A lo anterior se suman otros elementos como la poca cultura de respeto vial en el país, los problemas de señalización que existen en algunas carreteras y la falta de mantenimiento. Un coctel que no se resolverá simplemente con megaobras, sino con una política de Estado integral en material de movilidad.