La ceremonia, a la que está previsto que lleguen Jefes de Estado de todo el mundo, estará oficiada por el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista...
- 01/05/2011 02:00
La formalidad de lo cumplido esta madrugada en la Santa Sede abre un espacio a la reflexión sobre la figura del hoy beato Juan Pablo II y su influencia en Panamá.
Transcurridos 28 años desde aquel 5 de marzo, cuando Karol Wojtyla besó suelo panameño, hoy son muchos los recuerdos y anécdotas que se tejen en torno a la única visita de un Vicario de Cristo en la tierra que vio nacer a un Roberto Durán.
El que hoy es uno de los puntos de mayor confluencia diaria de personas en todo el país, Albrook Mall, fue el escenario de la misa campal presidida por Juan Pablo II en la que envió el mensaje de unidad familiar como la base de todo esfuerzo humano.
Aquel mensaje —que más bien tiene rasgos de premonición— 28 años después nos tira en cara las consecuencias tóxicas para nuestra sociedad de la desintegración familiar, causante de los niveles de violencia y del incremento de la inseguridad ciudadana que hoy respira en nuestras nucas.
EN LA RUTA DEL PONTÍFICE
Según los registros de Roma, Juan Pablo II realizó 102 viajes fuera de Italia en los 26 años y 5 meses que duró su pontificado.
La visita a Panamá, en una gira por Centroamérica y que, según recuerda don Ricardo De La Espriella, mandatario panameño en la época, no estaba en la agenda de la Santa Sede, fue durante el viaje número 17 de su peregrinar.
Esa vez visitó Lisboa (Portugal), Costa Rica, Nicaragua (histórica visita al Gobierno Sandinista y el regaño público al cura católico Ernesto Cardenal por su vínculo directo con la política y el movimiento guerrillero que derrocó al dictador Anastacio Somoza Debayle), Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras, Belice y Haití. Fue una gira papal de ocho días en la que recorrió más de 24 mil kilómetros y pronunció un total de 44 discursos.
De La Espriella cuenta que la visita del Papa a Panamá se debe en gran medida al gran esfuerzo del entonces nuncio apostólico José Sebastián Laboa y al arzobispo metropolitano Marcos Gregorio McGrath, ambos ya fallecidos.
Panamá era una nación liderada por un gobierno de facto y, según la percepción de De La Espriella, había cierta aprehensión de Juan Pablo II en visitarnos.
EL PAPA DE LOS RÉCORDS
Según publicó hace poco el diario mexicano Excelsior, Juan Pablo II recorrió un millón 247 mil 613 kilómetros, o 3.24 veces la distancia de la Tierra a la Luna, en viajes papales dentro y fuera de Italia; realizó 104 viajes fuera de Italia; visitó 129 países y territorios diferentes; hizo 146 viajes en Italia; 301 visitas a parroquias en Roma; pasó 822 días, o más de dos años y tres meses, fuera del Vaticano; leyó más de 20 mil discursos y casi 100 mil páginas en esos discursos; celebró más de mil 160 audiencias generales en el Vaticano a las que han asistido más de 17.64 millones de personas.
Además, según la publicación, emitió más de 100 documentos importantes, incluyendo 14 encíclicas, 45 cartas apostólicas y 14 exhortaciones apostólicas; beatificó a mil 338 personas, más que todos sus predecesores en los últimos cuatro siglos juntos; canonizó a 482 personas, más que todos sus predecesores en los últimos cuatro siglos juntos; nombró 231 cardenales, de los que 183 siguen vivos y 119 tienen menos de 80 años y pueden participar en el cónclave que elegirá a un nuevo Papa. De estos 119, 116 fueron nombrados por Juan Pablo II y sólo tres por Pablo VI, cuyo pontificado fue de 1963 a 1978; se reunió con más de mil 590 jefes de Estado o de Gobierno.
La mayor multitud reunida en una misa papal fue unos cuatro millones de personas en Manila, Filipinas, en 1995, y el menor número de personas que acudieron a una misa papal fue de unas 200 durante un viaje a los países nórdicos en 1989.
Juan Pablo II fue el primer Papa en visitar una sinagoga (Roma, abril de 1986); una mezquita (Gran Mezquita Omeya de Damasco, mayo 2001); dio conferencias de prensa en los aviones y en la Oficina de Prensa de la Santa Sede (24 enero 1994); publicó libros de prosa y poesía; residió en un hotel en lugar de en una nunciatura apostólica durante sus viajes (Hotel Irshad en Baku, Azerbaiyán, mayo 2002); añadió cinco nuevos misterios al Rosario (octubre 2002); presidió la Misa en un hangar de aviones (Aeropuerto de Fiumicino, Roma, diciembre 1992); ha convocado una Jornada de Perdón (Año Jubilar 2000).
SIEMPRE ENTRE NOSOTROS
Corría marzo de 2008 y en los predios del Palacio de Las Garzas (la casa de gobierno en la capital panameña) la pareja presidencial, Martín y Vivian Torrijos, recibían al Cardenal Giovanni Batista Re, quien nos visitaba con motivo de la bendición del monumento en honor a Su Santidad, Juan Pablo II, que se develó en Albrook, en recordación de la misa campal de ese 5 de marzo de 1983. Todo se cumplía en conmemoración de los 25 años de aquel histórico momento.
De acuerdo con los registros periodísticos de hace casi dos años, el Cardenal Batista Re expresó a Torrijos su complacencia de retornar a Panamá desde su última visita en 1963, reconociendo cambios significativos en el avance y la modernización, gracias a la gestión que han realizado sus autoridades.
El prelado también rememoró su estancia en Panamá en 1963, cuando fue designado como agregado de la Nunciatura Apostólica, cargo que desempeñó coincidiendo con los mandatos presidenciales de Roberto F. Chiari y Marco A. Robles.
Por esos días Cardenal Batista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Durante la ceremonia solemne concurrieron cientos de personas, reconocidas figuras políticas, miembros de la Conferencia Episcopal Panameña (el máximo organismo de la Iglesia en Panamá), religiosas, sacerdotes y seminaristas.
Durante la invocación religiosa, manifestó su profundo agradecimiento por recordar a las futuras generaciones la primera visita de un papa a tierra panameña.
Este monumento, que fue elaborado por el escultor aguadulceño Ricauter Martínez Robles, mide siete metros de altura.
Según explicó entonces el escultor, quien también fuera director general del Instituto Nacional de Cultura, la imagen de Juan Pablo II mide 3.50 metros de altura, fue erigida sobre una roca que representa a la Iglesia católica y al costado derecho, ubicándose frente al monumento, está un hombre y una mujer con un niño en brazos en representación de la familia panameña. Del otro lado, aparece el escudo del Papa Juan Pablo II y la bandera del Vaticano.
Hoy, en la Santa Sede, la delegación de Panamá —autoridades del Gobierno y de la Iglesia católica y un número importante de feligreses que cruzaron el charco en excursiones, como la Parroquia de Santa Marta— estuvo encabezada por el vicepresidente de la República, Juan Carlos Varela. Juan Pablo II lo merece.