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Estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) en Panamá
- 31/12/2023 00:00
- 30/12/2023 16:30
Se les denomina Estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) a las investigaciones que tienen como objeto de estudio la dimensión social de las ciencias y de las tecnologías. Estos estudios son críticos con las pesquisas que disocian a la ciencia y la tecnología de los condicionantes sociales. Para Cutcliffe el objetivo central de los estudios CTS consiste en “exponer una interpretación de la ciencia y la tecnología como procesos sociales, es decir, como complejas empresas en las que los valores culturales, políticos y económicos ayudan a configurar el proceso que, a su vez, incide sobre dichos valores y sobre la sociedad que los mantiene”.
Las preocupaciones que motivaron el desarrollo de los estudios CTS fueron múltiples. Entre ellas destacan: El problema del subdesarrollo en la periferia; la relación ética y política con la ciencia y la tecnología después del trauma global ocasionado por la explosión de las ojivas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, agudizada después con la amenaza que supuso la Guerra Fría; y preocupaciones relacionadas con la crítica de las concepciones del paradigma lógico positivista y del racionalismo crítico.
Actualmente los estudios CTS constituyen “una importante área de trabajo de investigación académica, política pública y educación, [en la que] se trata de entender los aspectos sociales del fenómeno científico y tecnológico, tanto en lo que respecta a sus condicionantes sociales como en lo que atañe a sus consecuencias sociales y ambientales” (Núñez, 2015). Así, ponen en un primer plano los nexos de la ciencia con la política, la ideología, la producción, es decir, con la sociedad en su conjunto. Al propio tiempo, también están preocupados “por el desarrollo tecno-productivo, orientado a la integración competitiva de la producción regional en mercados globalizados” (Kreimer y Thomas, 2004).
Los CTS emergen en la década de 1960. En el mismo periodo surgen las primeras políticas públicas en ciencia y tecnología en América Latina y el mundo. Sin embargo, fue a partir de la década de 1980 que el campo de estudios CTS comenzó a tener legitimidad institucional en América Latina, al academizarse los estudios y surgir programas de formación a nivel de posgrado.
Desde su origen, estos estudios mostraron una yuxtaposición de investigadores pertenecientes a distintas disciplinas, lo cual estimuló su carácter interdisciplinario. Así, en Europa hubo investigadores de las ingenierías y las ciencias naturales que cruzaron al campo de las ciencias sociales, mientras en América Latina estos cruces disciplinarios ocurrieron en menor proporción.
En los CTS converge una heterogeneidad de propuestas epistémicas, teórico-metodológicas y de orientaciones políticas. Lo mismo ocurre con sus fines; algunos estudios se orientan a la crítica académica y social, mientras otros se vinculan a los esfuerzos que realizan los Estados en formulación, diseño y aplicación de políticas públicas en ciencia y tecnología, o en otros campos, cuyos resultados se traduzcan en desarrollo social y económico de los países.
En los estudios CTS -de América Latina- cabe distinguir tres generaciones de investigadores. La pionera que trabajó en las décadas de 1960 y 1970. Esta generación no logró formar comunidades a pesar de los ricos intercambios de ideas que llevaron a cabo. Tampoco estuvo vinculada a la academia, o dentro de este espacio no se trabajó en estudios CTS. La segunda generación estuvo constituida por investigadores formados en Estados Unidos y Europa. Éstos institucionalizaron los estudios CTS y crearon programas de formación a nivel de posgrados. La tercera generación se formó en los posgrados locales creados por la generación anterior. Las contribuciones de la actual generación coinciden en lo general con los de la segunda.
En la primera etapa de los estudios CTS (1960-1980) de América Latina ocurrió una “especialización en áreas temáticas, en donde prevalecieron, desde sus comienzos, tres tipos de abordajes, y que responden, en consecuencia, a tres tipos diferentes de cultura disciplinaria: un abordaje histórico, un abordaje político, y un abordaje socio antropológico” (Kreimer y Thomas, 2004).
El abordaje histórico fue el primero en ser utilizado, con énfasis en la historia de la ciencia y su desarrollo dentro de los espacios universitarios. Desde este abordaje se empezó a estudiar la obra y vida de figuras destacadas de la ciencia en dos perspectivas. Una, centrada en las condiciones sociales en las que los investigadores desarrollaban sus propuestas; otra, en los hallazgos más importantes obtenidos por cada una de las disciplinas científicas.
La primera, llamada “externalista”, ignoraba los contenidos de las investigaciones, mientras la segunda, “internalista” obviaba el contexto en que se desarrollaban las investigaciones y se producía el conocimiento. Así, los estudios CTS con enfoques externalistas generaron biografías, mientras los enfoques internalistas produjeron historias asociales del conocimiento generado en alguna disciplina o campo de estudio, si bien en algunos trabajos cabe encontrar estos enfoques cruzados.
En orden cronológico, el segundo abordaje se ocupó de los problemas políticos de la ciencia y la tecnología. Estos estudios sentaron sus preocupaciones en las políticas públicas y se desarrollaron fuera de la esfera académica y significaron una crítica al modelo lineal de innovación. Así, formularon ideas como proyecto nacional, paquetes tecnológicos, y política implícita y explícita. Estos estudios otorgaron centralidad a la dimensión política en el análisis de la situación del continente y fueron el germen para lo que hoy conocemos como estudios CTS.
Sin ninguna tradición e institucionalización de estos estudios en el país, se puede rescatar una serie de obras dispersas, desconexas y desarrolladas en distintos contextos. Los de mayor relevancia son los aportes de una serie de investigadores aglutinados en el Instituto de Estudios Nacionales (IDEN) bajo la administración de la Dra. Carmen Miró a inicios de la década de 1990. Entre ellos estuvieron: Alfredo Figueroa Navarro, José Garrido, Cesar Garrido, Bernardo Fernández, Susana Pons, Miguel Cuellar, Víctor Cruz y Ezequiel Jethmal. Estos autores publicaron en la edición de Cuadernos Nacionales No. 6 de 1991, bajo el título de “Desarrollo científico y tecnológico en Panamá”.
De dichos trabajos los más destacables a consideración propia son “Notas para una historia y sociología de la ciencia en Panamá” del sociólogo Figueroa Navarro y “La Universidad de Panamá y el desarrollo científico-tecnológico” del físico Cesar Garrido, este último publicado en marzo de 1989.
Más adelante la demógrafa Miró Gandásegui publicaría “Apropiación social de la ciencia y la tecnología” en la revista Tareas No. 98, después de haber presentado el texto en la mesa redonda efectuada en el Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología (31 de mayo de 1997). Siendo la primera investigadora nacional en utilizar el concepto de “apropiación tecnológica”, una novedad conceptual para esos años. Una década posterior se puede encontrar el artículo “Apropiación social de la ciencia y la tecnología: una aproximación sobre su viabilidad política e institucional” del sociólogo Enoch Adames Mayorga.
Los trabajos más recientes han sido “Apropiación tecnológica de los estudiantes universitarios: el caso de la Universidad de Panamá desde el enfoque de la Teoría de la Economía de las Prácticas Sociales de Pierre Bourdieu” de mi autoría; y “Pioneras de la ciencia en Panamá”, un libro que recoge veinticuatro biografías de mujeres destacadas en la ciencia. Esta obra coordinada por la doctora Eugenia Rodríguez Blanco y acompañada por Yolanda Marco Serra, Vannie Arrocha Morán, Patricia Rogers Marciaga y Katherine Marino.
El autor es Sociólogo. Docente e investigador de la Universidad de Panamá