Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 01/09/2021 00:00
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Celina De León es periodista. Es una buena persona. Ama a Dios, a la vida, al medio ambiente y a sus tres hijos. Durante una década fue víctima de violencia doméstica. Y, no se avergüenza de contar su historia, aunque no con nombre propio.
Estuvo muy poco tiempo de novia con su exmarido, quizás tan poco se dio cuenta que desde entonces él empezaba a dar signos de un hombre controlador y manipulador que haría lo imposible por retenerla.
La apartó de sus amigos, de su trabajo, de ella misma. Pasó de decirle “raquítica, fea, cochina, no sirves para nada” a la agresión física. Ella poco a poco lo aceptaba, lo veía normal.
¿Lo logró? Ella, como muchas otras mujeres, era víctima de violencia machista. Llegó a un pozo muy profundo y oscuro en un intento por ayudar a su agresor. Pero pudo romper la cadena de violencia que la arrastró durante mucho tiempo, “con fuerza de voluntad y educación”, relata Celina. Las secuelas quedaron marcadas en sus tres hijos. La historia de esta mujer es el reflejo frío de las estadísticas en Panamá, donde cada hora se registran 2 casos de violencia doméstica.
La violencia doméstica es un problema que va transformando la sociedad de manera negativa, que afecta a todos los miembros de la familia, a los niños, niñas y adolescentes, que pueden enfrentar problemas psiquiátricos y sociales que incluso pueden llegar a incidir en la pobreza y la delincuencia.
“La sociedad tiene un problema de violencia doméstica, que hay que asumir y que cada vez es más visible”, explicó Johana Garay Becerra, socióloga y docente universitaria, que recientemente realizó el estudio “La pandemia de la covid-19: La realidad de las mujeres”.
José Lasso, sociólogo y docente universitario, está convencido de que la violencia que la sociedad, en su conjunto experimenta, es consecuencia del flagelo social.
“Hemos generado una cultura de la violencia en el que en alguna medida todos nuestros actos, nuestra forma de interacción con los demás seres humanos está permeado de esto”, agregó Lasso.
En Panamá, las denuncias registradas contra el Orden Jurídico Familiar y el Estado Civil están constituidas por la violencia doméstica, maltratos de niños, niñas y adolescentes, delitos contra la identidad y tráfico de menores de edad, delitos contra la familia y maltrato al adulto mayor.
Los datos proporcionados por el Ministerio Público (MP) indican que la violencia doméstica ha aumentado considerablemente entre enero y julio de 2021, cuando se reportaron 10,115 casos, es decir, 1921 más que en el mismo periodo del año pasado. (ver gráfica). Es decir, 23% más.
Las mujeres, que son las principales víctimas de la violencia doméstica, están dando sus voces de alertas. Están perdiendo el temor y la sumisión al hombre y se están atreviendo a denunciarlos por sus actos violentos. Aunque, estas acciones también pueden poner en peligro su propia vida.
“Hay muchos agresores que no quieren que sus mujeres se separen de ellos y recurren al femicidio”, apuntó Garay Becerra. Por ello, habrá muchas que aún continúan en silencio lo que podría generar un subregistro en las estadísticas.
La violencia contra la mujer que también es conocida como violencia de género es un ciclo que inicia con la luna de miel, la tensión, las agresiones y nuevamente la reconciliación. Las víctimas no se percatan del laberinto sin salida en el que se encuentran, viven esperanzadas en que la pareja va a cambiar hasta que en casos extremos se llega a la muerte.
Los femicidios han experimentado una tendencia al alza. En los últimos cinco años se han reportado 113 casos. Las muertes violentas de mujeres pasaron de 19 casos en 2016 a 31 en 2020. En este último año, se produjeron 10 casos más que en el año anterior (2019) donde hubo 21 reportes.
Ni siquiera la pandemia de la covid-19 detuvo los femicidios. Durante el primer semestre del año 2020, se produjo un incremento del 64% de los casos en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Es también muy preocupante la crueldad de los femicidios. Durante la pandemia hubo dos casos que conmocionaron al país. Un joven fue degollada por su marido y otra asesinada a puñaladas por su pareja. Un hombre, además, intentó quemar viva a su expareja mientras esta estaba en un auto.
La pandemia de la covid-19 supuso nuevos retos para las mujeres. Un 45% quedó desempleada, confinadas en sus hogares, para evitar la propagación del nuevo coronavirus, con limitaciones diarias de salidas de dos horas para comprar medicamentos y alimentos.
Durante este periodo, entre abril y junio, las denuncias de violencia doméstica experimentaron un descenso. Pero, eso no significa que los casos de violencia de género hayan disminuido. Por el contrario, esto implica que durante ese periodo se dieron una serie de condiciones que imposibilitaron que las víctimas se acercaran a las instituciones para interponer denuncias, explicó Becerra.
Cuando la economía de país empezó abrir y las restricciones de movilidad fueron cediendo, las denuncias se dispararon. “Muchas mujeres sufrieron porque no tenían acceso a las plataformas, a los albergues y les tocó soportar”, afirmó la socióloga.
Celina De León levanta su mirada al cielo, como si estuviera teniendo una breve conversación con Dios. “Es tiempo de sanar y de perdonar para no seguir siendo esclava de quien te hizo daño”, dijo. Ella no eligió esto, quizás repitió un patrón familiar. Mira la foto de sus tres hijos que tiene a un lado de su computador y, por un momento piensa que si antes hubiera dicho ¡No!, la vida de sus hijos sería diferente.
Las víctimas de la violencia de género necesitan apoyo de amigos y familiares para empujarlas a denunciar a los agresores y buscar ayuda idónea, recomiendan los especialistas.