Afectados con el dietilenglicol siguen exigiendo en las calles sus derechos

La mañana de martes 17 de octubre los pacientes y los familiares de los afectados por el envenenamiento masivo con dietilenglicol cerraron la vía Transístmica. Se cumplen 17 años desde que se detectaron los primeros casos. 

Mediante la protesta los afectados alegaron que ha transcurrido un año más del envenenamiento de manos de la Caja de Seguro Social (CSS), el Ministerio de Salud y un equipo de comerciantes inescrupulosos que violaron la Ley No. 1 de 2001 sobre medicamentos y productos alimenticios.

Afirmaron que los funcionarios de ambas entidades tienen una “conducta omisiva” sumado a las malas intenciones de los comerciantes que elaboraron los jarabes, pasta y otros medicamentos con productos de uso industrial.

Por su parte, Alberto Mattatal, subdirector médico del Complejo Hospitalario Metropolitano de la CSS al momento de apersonarse con los manifestantes en los predios del centro hospitalario, manifestó “cuando un problema trasciende no es un problema de gobierno, sino de estado y como estado se está atendiendo, la situación no se ha culminado. Es un problema que ha transcendido tres gobiernos, acotó.

“Este gobierno ha hecho la mesa de negociación, lamentablemente en 2019 (2020) nos cayó la pandemia y como Gobierno salimos a responder esa emergencia internacional que tuvo su impacto. Hoy les estamos pidiendo a nuestros pacientes, respetamos su derecho a protestar, somos solidarios con aquellas legítimas víctimas afectadas por el Dietilenglicol y le solicitamos que respeten el derecho de terceros, ahora tenemos pacientes que no pudieron llegar a su cita, cirugías, no hay ninguna necesidad de afectar a terceros”, comentó Mattatal.

Destacan en un comunicado de prensa que fue en 2006, tres años después del envenenamiento masivo, que científicos de Estados Unidos y médicos panameños descubrieron que los productos de la CSS que afectaron a la población fueron: pasta al agua y calamina de uso tópico, expectorante sin azúcar, o difehidramina o bendryl (para resfriado y tos).

Los afectados reiteran que entre 2004 y 2006 se entregaban los productos, lo que pudo afectar a más de medio millón de personas entre bebés y adultos mayores, lo que catalogan el “envenenamiento más grande del mundo” con dietilenguicol y propolenglicol.

Reiteran que la panameña Medicom pidió a la española Rafter Internacional los bidones con la materia primas (más de 46 unidades) para la elaboración de los jarabes, estos responden que "solo había de uso industrial y así estos comerciantes inescrupulosos lograron cambiar en el puerto de Balboa en Panamá hasta la fecha de vencimiento de la supuesta materia prima que resultó ser el veneno Dietilenguicol y Propolenglicol, de acuerdo con la experticia efectuada por Toxicología de Medicina Legal de Panamá.