Edgar Soberón Torchía: 'La falta de apoyo a la cultura en Panamá refleja lo mal que estamos'

Trabajar cultura en Panamá es un desafío mayúsculo para cientos de artistas y productores que emprenden proyectos teatrales de cine o música.

Un problema que, en opinión del dramaturgo y director de teatro Edgar Soberón Torchía, expresa un mal profundo de nuestra sociedad que tiene pocas opciones para desarrollar un trabajo cultural.

“El hecho de que en Panamá no se apoye la cultura es sintomático de lo mal que estamos espiritualmente”, señaló Soberón Torchía este viernes en “Portada” de La Estrella de Panamá.

Para el también actor “esa falta de espiritualidad es lo que lleva a la maleantería de los gobernantes y los robos de la Asamblea”, en referencia a la indolencia de una parte de la población a este tipo de comportamiento.

Soberón Torchía explicó que la espiritualidad entendida como conocimiento y “alimento del alma” necesaria para tener ciudadanos críticos, es decir alejada de la idea de una espiritualidad “carísmática o de iglesia”.

Bajo esa idea de un teatro reflexivo, el dramaturgo comentó su último trabajo “Luna Park”. Una obra que se inspira en hechos reales en torno a una religiosa que sufrió abusos sexuales mientras formaba parte de las estructuras de la iglesia católica. Y en clave comedia, narra una historia entrelazada con otros personajes en torno a la “pérdida de la espiritualidad, la pérdida de gracia de esta ciudad y los ciudadanos”.

También trata de la lucha por la búsqueda de justicia y la discusión de un tema oculto durante años: los abusos sexuales dentro de la Iglesia.

“Mi obra tardó mucho tiempo en ser producida porque no se habían revelado internacionalmente tantos casos de ultraje (en la Iglesia)”, indicó el director.

Soberón Torchía considera que hace falta en Panamá un teatro con un mayor corte social, que invite a pensar. “El teatro griego era un foro, la gente no iba al teatro a reírse por reírse, la comedia griega criticaba todas las cosas que se veían a diario en la sociedad”.

Destacó que en el teatro panameño también quedan marcadas las desigualdades del país, y que este se mueve principalmente entre la “clase media” y “clase media alta”, quedando al margen las clases populares.

“Los que están realmente afectados en esta distribución de las cosas son las bases y a mi me preocupan más las bases sociales”, dijo.

Remarcó que de la misma forma como ocurren en el teatro y el cine, faltan políticas públicas que incentiven la inversión privada y pública en la industria del teatro.

“Yo creo que lo que ocurre en el teatro es paralelo a lo que ocurre en el cine en Panamá; conseguir patrocinio para construir “Luna Park” me ha costado los dos ojos, dientes y todo para llegar a un presupuesto mediano”, subrayó.