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- 09/01/2020 00:00
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Entre las brasas de calor del mediodía y el eco de los aplausos distintivos de los vendedores, la Avenida Central se siente interminable, ancha y tranquila. Los ladrillos rojos del piso, donde antes se apoyaban casitas de colores, ahora son obligados a mirar al sol a los ojos. Los peatones caminan esparcidos entre la ausencia de aromas de hierbas y pomadas naturales que antes predominaba el ambiente. La brisa del verano entrante avanza con más facilidad que nunca. La Avenida Central ha amanecido, una vez más, sin buhoneros.
El 6 de enero de 2020 expiró el permiso temporal que otorgó el Municipio de Panamá a 250 trabajadores informales para vender productos en las calles de Calidonia y Santa Ana. Estos permisos fueron extendidos por la Alcaldía de Panamá para mejorar los ingresos de los buhoneros durante las fiestas de fin de año. Sin embargo, ya finalizadas estas fiestas, están obligados a dejar atrás sus puestos de venta.
La Alcaldía de Panamá, en su anterior administración, había trasladado 419 buhoneros a seis mercados municipales, de los cuales dos son mercados temporales. Esto se hizo con el objetivo de reorganizar y mejorar las condiciones de los espacios públicos de la ciudad capital.
Sin embargo, la Confederación de Trabajadores de la República de Panamá había denunciado las malas condiciones de los mercados municipales temporales, donde los buhoneros deben organizarse dentro de contenedores sin ventilación ni servicios higiénicos.
El alcalde José Luis Fábrega compartió por medio de un tuit que el propósito de otorgar permisos temporales para que los vendedores informales puedan regresar a las calles de Calidonia y Santa Ana es “para que pudieran solventar la situación económica durante las fiestas de fin de año”, cosa que no todos los ciudadanos vieron con buenos ojos.
A través de Twitter, voces variadas denunciaron el “atraso” o “retroceso” que la vuelta de los buhoneros a la avenida Central representa.
Pero pesar de que existe una corriente de pensamiento que ve a los buhoneros como una carga social y económica que promueve el desorden urbano, existe un gran número de consumidores de este servicio que defienden el valor que hay detrás del emprendimiento de los buhoneros.
“Los que dicen que los buhoneros son unos perezosos y sinvergüenzas son gente que no les ha faltado nada en la vida”, afirmó Reynaldo Gonzáles, un residente del área “Son personas de pueblo que necesitan comer, y que están trabajando como pueden”.
La buhonería ha sido atractiva para muchos a través de los años, por sus bajos precios y accesibilidad. “Todos los días visitamos a los buhoneros. Ellos tienen cosas que uno no encuentra en otros lados, con precios que uno no encuentra en otro lado”, dijo Gonzáles.
Pero no solo él considera a los buhoneros como comerciantes valiosos en la ciudad. Yamilka Rodríguez, entre otros peatones de la Avenida Central, asegura que ellos son un beneficio para su día a día, “Uno está acostumbrado a comprar donde ellos, y ahora no van a estar aquí. Esto nos va a afectar a todos”, comentó.
Por otro lado, el economista Miguel Magallón afirma que lo buhoneros no son una carga económica para la sociedad, al contrario, promueven el comercio. “Muchos comerciantes del área aseguran que desde que los buhoneros se movieron, las ventas han bajado radicalmente”, dijo. “Los buhoneros incentivan a las personas a pasar por lugares como Calidonia y Santa Ana, que ya son centros de comercio que están muriendo”.
“El problema de los trabajadores informales no necesariamente es un problema de que no quieren declarar o formalizarse, sino que se les hace muy difícil formalizarse solos”, afirmó Magallón. “Eso requiere contratar contador, entre otras cosas”, apuntó.
“El trabajador informal podría entrar a la formalidad con un sistema más fácil, para que los pagos sean más simples”, argumentó. “Es posible, el gobierno debe tener voluntad para hacerlo”, concluyó.
No obstante, es imposible ignorar el hecho de que la buhonería sigue siendo un tipo de trabajo informal que desorganiza la ciudad. La Alcaldía de Panamá, en su página web, hace énfasis en que “el comercio informal sigue en aumento y las medidas para ordenarlo se hacen urgentes”.