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- 05/12/2019 00:00
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Una universidad noble, con una oferta única e inigualable, que se abre paso a punta de sacrificio, entrega, creatividad e ingenio, y que sobrevive a las exigencias del mercado y de la sociedad.
En efecto, más de dos décadas han pasado, y más de 29,000 estudiantes se han graduado a nivel nacional, una de las tantas razones por las cuales la Udelas no se detiene; su mística y su presencia física en los territorios donde residen los grupos más vulnerables, son algunas de las características que la distinguen. Qué decir de su formación académica y del recurso humano, que año tras año nutre las diferentes plazas de trabajo en el sector público (ya sea en el área de la salud, como en la educación); sin olvidar el aporte significativo de los egresados que se incorporan al sector privado.
Es por esta razón que la Udelas se personaliza por su amplio sentido social, una admisión inclusiva, además de la proyección humanitaria hacia las comunidades más afectadas y que menos recursos tienen, ofreciendo así, un sinnúmero de servicios técnicos y especializados que ayudan a la prevención, rehabilitación y la intervención en áreas de la educación y la salud por medio del Clínicas Interdisciplinarias de Atención en Educación y Salud, la Clínica Móvil, el Centro de Atención a la Diversidad y el Instituto de Salud Física y Deportiva, que a la vez son centros de rotación de practica de estudiantes y de investigación.
Al mismo tiempo, la oportunidad que se ofrece por medio de los programas académicos a las personas que residen en El Empalme, Chichica, Buenos Aires, Cerro Pelado, Ailigandí, Las Palmas, el Carrizal y Arimae.
Dentro de este marco, y contradictoriamente, durante más de diez años, a pesar de superar cada año las cifras anteriores de estudiantes matriculados y graduados, esta casa de estudios sigue siendo afectada, al igual que los estudiantes que deciden buscar una oportunidad para mejorar su calidad de vida. Señalo afectada, porque período tras período, resulta ilógico e insuficiente el presupuesto asignado, sin olvidar las restricciones que se recibe en atención al uso de los fondos financieros, es decir la autogestión; sin embargo se sigue laborando contra viento y marea, sin perder la esperanza que los tiempos mejoren, pero el costo de estas medidas asfixiantes es injusto.
Mientras tanto, la educación superior en las universidades públicas debe ser gratuita o con unos costos muy módicos, pero solo asignando un presupuesto cónsono con la situación actual podría darse este escenario.
Surgen las dudas en atención a la poca atención que los gobiernos anteriores han mostrado hacia las cinco universidades estatales y que en ocasiones, su respuesta inmediata es “suban los precios”, definitivamente una respuesta rápida y sin sentido.
Si bien es cierto, que los años pasan y se logra avanzar, pero no a la velocidad esperada, son muchos los colaboradores con sentido de pertenencia y ética profesional que logran internalizar que los estudiantes son lo primero, y por esa razón siguen batallando día a día por dar más de cada uno de ellos. Sin embargo, la equiparación de materiales y nuevas tecnologías se hace urgentemente necesaria, y eso solo se consigue por medio de asignaciones presupuestarias serias y acordes a las necesidades educativas de los estudiantes.