Hallazgo arqueológico promete información sobre pasado prehispánico panameño

Actualizado
  • 02/11/2019 17:46
Creado
  • 02/11/2019 17:46
Condiciones fortuitas y la pronta diligencia de una familia en Antón, llevaron a un equipo científico al descubrimiento de restos prehispánicos intactos

Asunto cotidiano: La familia decidió abrir un nuevo camino para que los camiones que descargan arroz en una galera cercana ya no le pasaran frente a la casa. Trajeron maquinaria y, al remover tierra, dieron con dos urnas cerámicas y huesos. Ariel Morcillo alertó a la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico (DNPH) del Ministerio de Cultura, se rescataron las dos urnas y sus contenidos. Luego el señor Morcillo acudió a un equipo de científicos panameños quienes, con autorización de la DNPH, dieron con un segundo hallazgo, intacto.

Quise dedicar la columna a la memoria de los difuntos que los panameños tenemos en común y de la mano de quienes revelan sus mensajes: ésta es una entrevista con los arqueólogos Álvaro Brizuela y Carlos M. Fitzgerald.

Sabemos algo, sabremos más
Brizuela: La excavación sistemática que realizamos permitirá que obtengamos datos contextualizados de vestigios materiales de costumbres funerarias antiguas. Este hallazgo es un entierro secundario. Gracias a la naturaleza de la urna donde fueron depositados, los huesos están en aparente buen estado y podríamos extraer muestras de ADN además de obtener fechas e información sociocultural que nos permita inferir particularidades del rito funerario en este sitio arqueológico.

En las tres áreas culturales del Panamá prehispánico, propuestas por Haberland y Cooke (Gran Chiriquí, Gran Coclé y Gran Darién), ya se han encontrado entierros en urnas. Más allá del tipo de cerámica y su antigüedad, el hallazgo de La Hincada se irá definiendo por el tipo de información que obtengamos de cada una de las urnas recuperadas.

Álvaro Brizuela
Fitzgerald: El hallazgo se encuentra en la Región Central o el Gran Coclé, que es una de las regiones mejor estudiadas de Panamá y tiene una historia cultural fascinante, si bien existen vacíos de conocimiento importantes. Las investigaciones arqueológicas han permitido establecer una secuencia de ocupación milenaria, identificar innovaciones tecnológicas importantes y estudiar el desarrollo artístico de los grupos humanos que habitaron la región. Pero aún desconocemos cosas tan esenciales como el nombre que se daban a sí mismos los antiguos habitantes o exactamente qué idioma (s) hablaban.

Mucha de la información acerca de su cultura y costumbres la derivamos del análisis de los escritos y crónicas de los conquistadores españoles del siglo XVI. Por ejemplo, en ninguna de las crónicas se mencionan entierros secundarios en urnas. Tampoco se dice cómo se llamaban a sí mismos los habitantes del centro de Panamá, mas allá de listar los nombres de sus caciques o “quevís”.

Uno de esos caciques fue Chirú, cuyo topónimo persiste hoy... es probable que los restos arqueológicos que se extienden en las vegas aluviales del río Antón correspondan al asentamiento de los “chirúes”. La etnografía nos dice que a los habitantes de las planicies y piedemontes del centro de Panamá se les llamaba sabaneros, cuyo idioma no es diferente del buglere. Por consiguiente, consideramos que los habitantes de La Hincada pueden ser parientes de los actuales buglé.

Tecnología: Pasado bajo nueva luz
Brizuela: Apenas inicia el análisis. Tenemos altas expectativas de conseguir material genético en buen estado que nos permita identificar el ADN de los individuos enterrados en La Hincada. Eso nos permitiría compararlo con otros estudios en sitios arqueológicos de Coclé y Panamá, que significa que podríamos obtener información genética de antiguas poblaciones del Istmo de Panamá. El estudio de los huesos humanos permite identificar desde la edad y el sexo de los individuos hasta evidencias de alguna enfermedad o trauma que hayan sufrido. Un análisis de carbón establecerá con certeza cuan antiguos son los entierros.

Si, por ejemplo, encontramos una diferencia notable en el rango de los resultados (fechas), ésto podría interpretarse como la cantidad mínima de años que el sitio estuvo habitado o fue utilizado.

Carlos Fitzgerald
Fitzgerald: El hallazgo en La Hincada nos da el raro privilegio de aproximarnos a los rituales funerarios de finales del período prehispánico en el Gran Coclé. Aún no hemos abierto la urna intacta —permanece embalada en el laboratorio— pero sabemos por la tipología de la urna que data entre 1300 y el 1400 DC. Sin embargo, los fechamientos radiométricos que podamos obtener permitirán corroborar o refinar la cronología.

La observación a priori del primer hallazgo, que fue alterado por los movimientos de tierra, indican que dentro de las urnas funerarias hay más de un individuo. El análisis genético que esperamos llevar a cabo nos permitirá saber si los individuos son parientes y, en general, cómo se vinculan a los grupos humanos del pasado y del presente del Istmo. También observamos que hubo un procesamiento ritual de los cadáveres para descarnarlos, y la etapa final consistió en colocar los huesos restantes en urnas grandes, pero sin ofrendas. Será preciso realizar otras investigaciones para ahondar en el significado de estos hallazgos.

Desafíos a la investigación

Brizuela: La riqueza de información de La Hincada es invaluable; pero el trabajo de investigación sí tiene un valor y es alto. Los estudios se ven limitados por el financiamiento. El costo de los análisis y estudios especializados es elevado... obtener una fecha de C14 (carbón), un resultado de ADN o un análisis de una muestra de microfósil supera los $ 2,500. Hay tanto que podemos analizar... las pastas cerámicas, la pintura con que fue decorada una vasija, estudios de dieta y enfermedades de la población. En caso de hallarse un cráneo completo, podría realizarse una reconstrucción facial. En fin, que la imaginación y el potencial son ilimitados, pero los recursos económicos no.

Nuestro trabajo es pro bono, pero aspiramos a incorporar colegas que también deseen contribuir con su conocimiento en algunos aspectos del análisis, mientras logramos gestionar fondos para restaurar las vasijas y analizar las muestras de carbón y hueso.

La Hincada: Entendimiento identitario
Brizuela: El hallazgo de La Hincada invita a reflexionar sobre comunidades donde la continuidad histórica de un grupo humano de la antigüedad ha sido perturbada o fragmentada, sobre el impacto de esa ruptura en las gentes que hoy ocupan esos mismos territorios.
Fitzgerald: La arqueología nos aproxima al pasado de los pueblos. Investigar esa historia asiste a contrastar lo conocido a partir de fuentes documentales u observaciones etnográficas. Nos revela cómo esos pueblos adoptaron y adaptaron tecnologías de producción, cómo explotaron los recursos naturales, intercambiaron productos.

Y también los aspectos intangibles de su ideología y creencias religiosas, que hoy vemos plasmados en el arte de los ornamentos y herramientas que les sirvieron en su vida cotidiana y rituales. Los hallazgos arqueológicos aportan de forma significativa a la construcción de la identidad porque establecen una conexión tangible entre las gentes y sus orígenes, dándonos sentido de pertenencia y continuidad en el territorio.

El arte y las técnicas que vemos en los vestigios nos hacen sentirnos orgullosos de las capacidades y logros de nuestros ancestros y ese orgullo también se extiende a nuestras propias vidas.

Gracias, Ariel Morcillo

El universo de conocimientos que surgirá de La Hincada no sería posible sin la intervención del propietario del terreno, Ariel Morcillo, a cuya curiosidad e iniciativa debemos esta noticia. Su atinada reacción al hallazgo hizo posible poner en marcha todo el proceso que protege nuestro patrimonio nacional y que le lleva de la letra de una Ley a la acción de quien ama su tierra y honra la memoria de los que no están.

Lili Mendoza es escritora y ciudadana. Hace lo que puede.

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