Ministro de Seguridad intenta regularizar flujo inverso de migrantes

El paso de migrantes rumbo a Sudamérica ha cobrado la vida de una niña en la comarca Guna Yala, lo que preocupa a las autoridades comarcales y ha activado la vigilancia de la Defensoría del Pueblo. El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, habló este martes 25 de febrero durante una conferencia de prensa sobre el origen de estos migrantes y las acciones que se están tomando para supervisar este flujo migratorio de norte a sur.

“La gran mayoría de ellos son ciudadanos de origen venezolano que quieren regresar a su país”, apuntó Ábrego. “Algunos lo han estado haciendo de manera irregular o clandestina, contratando directamente los botes a través de páginas que les ofrecen el servicio y que hemos detectado y hemos tomado las medidas de poder regular y evitar que ocurran tráficos de seres humanos, que los retengan contra su voluntad y les exijan dinero y, a la vez, evitar cualquier tipo de acción criminal”, añadió el ministro.

Manifestó que están coordinando con el Ministerio de Seguridad de Costa Rica para que sean movilizados entre los centros de migrantes, sin que se detengan en poblados panameños que se encuentran sobre la carretera.

Del 1 de enero al 24 de febrero de 2025, 2.925 migrantes entraron a Panamá desde Costa Rica, según cifras oficiales. De ellos, 2.764 son venezolanos, 102 colombianos, 16 peruanos, 10 ecuatorianos, 7 chilenos y 26 son originarios de otros países.

Viajan hombres, mujeres y niños, algunos por su cuenta, otros en familia. Entre el total registrado, 1.588 son hombres adultos, 819 mujeres, 281 niños y 237 niñas, sumando 518 menores de edad.

El flujo usualmente sigue la siguiente ruta: los migrantes parten de Chiriquí rumbo a Ciudad de Panamá, de allí viajan hasta una estación de recepción de migrantes en Darién como Lajas Blancas o San Vicente. La ruta más fácil hacia Colombia es por mar, partiendo de la comarca Guna Yala, así que los que tienen dinero para pagar su viaje se trasladan a El Llano en el distrito de Chepo, luego toman un transporte al puerto de Cartí, donde son trasladados por lanchas de las comunidades gunas entre islas hasta arribar a Puerto Obaldía, en la frontera con Colombia.

Fuentes locales consultadas sobre el tema indicaron que el costo del transporte hasta el puerto de Cartí suele ser de 20 dólares, más 12 dólares de impuesto a las autoridades comarcales. El 24 de febrero, La Estrella de Panamá pudo evidenciar el puesto de control en la entrada de la carretera Llano-Cartí, donde personal de Migración revisaba grupos de migrantes. También se observó cómo grupos de migrantes se embarcaban en el puerto de Cartí. Personal de la Defensoría del Pueblo se encontraba en el lugar y declaró que vigilaban las condiciones del movimiento migratorio. Un vocero de la institución manifestó el martes 25 que la Defensoría “se mantiene recabando información para en su momento darla a conocer”. La agencia de noticias EFE reportó grupos que se quedaban en la isla Gardí Sugdub, esperando seguir su recorrido por mar.

El Congreso General Guna emitió un comunicado el lunes 23 manifestando que “lamentablemente Guna Yala no está en condiciones de recibir y atender a esos seres humanos en condiciones adecuadas, y nos sorprende que ni las Naciones Unidas ni el Gobierno de Panamá han puesto recursos para un albergue, botes, carros, alimentación para atender a estas personas”. Hicieron un llamado a los gobiernos de Panamá, Estados Unidos y los organismos internacionales a suspender la llegada masiva de migrantes a su territorio e hicieron hincapié en que aunque no se niegan a brindar apoyo, la responsabilidad total de este flujo migratorio debe ser del Estado.

El ministro de Seguridad panameño asegura que los centros de recepción de migrantes cuentan con la presencia de la Organización Internacional para las Migraciones, así como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia , la Cruz Roja y la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. Pero, por el momento, es evidente que en parte del trayecto los migrantes están por su cuenta.

“Los traslados desde el puerto de Cartí se hacen con pleno conocimiento de las autoridades de la comarca Guna Yala”, apuntó Ábrego. “Inicialmente se hacía a manera de contactos irregulares con los mismos lancheros o con los dirigentes de las distintas islas. El Senafront inició la regularización de estos a través de establecer un punto dentro de la comarca que no fuera una población”, detalló el ministro de Seguridad.