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- 29/01/2024 05:57
- 28/01/2024 21:50
La foto del pasaporte de Sarah Ashton- Cirillo muestra a una mujer rubia que no escatima en su arreglo. Es difícil pensar en ella como en un miembro de las Fuerzas Armadas de Ucrania que combate en la guerra que libra ese país contra Rusia. Pero llama mucho más la atención verla acercarse a nuestra entrevista con una imagen completamente masculina: botas, pantalones cargo, una camiseta verde oliva y una camisa a cuadros. Su cabellera rubia ha desaparecido, no lleva maquillaje y en su rostro y manos resaltan cicatrices, algunas de ellas por heridas en combate. “Por la labor que estoy realizando me pidieron mis superiores que llamara la atención lo menos posible”, dice. Ellos, sus superiores, se referían a que no usara el uniforme. Ella decidió volver a la apariencia que tenía antes de hacer su transición al género femenino.
La vida de Ashton-Cirillo puede describirse de muchas formas menos aburrida. Nació en Florida , Estados Unidos y ha trabajado como analista de bienes raíces y director de comunicaciones de una empresa de salud. Incursionó en la política local (Nevada) y luego se dedicó al análisis político en su portal Political.tips. Ha escrito varios libros, uno de ellos, ‘Along the track of tears’, sobre su experiencia en la ruta de refugiados desde Turquía hasta Europa Central, la llevó a contrastar esta información con la migración forzada desatada por el ataque de Rusia a Ucrania. Ashton-Cirillo viajó como corresponsal a Ucrania donde decidió eventualmente enlistarse en las Fuerzas Armadas de Ucrania donde ha servido desde 2022 como médico en combate, soldado en el frente de batalla, y vocera en el idioma inglés, ninguna de estas funciones, exenta de controversias.
Sarah estuvo en Panamá los primeros días del año, interesada en observar por sí misma, el impacto que la migración tiene desde Darién, hasta la frontera sur de Estados Unidos y la conexión que este flujo humano tiene con la guerra de Ucrania, razón por la cual a todos nos debe importar este conflicto armado.
¿Qué te trajo a Panamá? ¿Vienes por primera vez?
Es la segunda vez que vengo. En enero de 2009 estaba trabajando como analista en fondos de propiedades y había una que pertenecía a corporaciones panameñas en Estados Unidos en la que estábamos interesados en adquirir durante el periodo de recesión. Así que vine y aprendí un poco sobre el sector de negocios en la economía panameña. Eso fue hace 15 años.
Este viaje ha sido completamente diferente. Vine como oficial de clase, miembro de las Fuerzas Armadas de Ucrania viajé a Washington D. C., Estados Unidos para conversar con miembros del Congreso y periodistas en cuanto a la situación de libertad, democracia y libertad de prensa por la que estamos luchando en Ucrania, y viendo lo que está sucediendo en la frontera sur de Estados Unidos. Habiendo vivido en Florida y en Nevada, dos lugares en los que se concentra mucha migración, solicité a mi comandante una licencia para hacer un viaje personal de investigación a Darién para hacerme una idea del uso de la migración como arma, que está haciendo Rusia y los aliados de Rusia, incluyendo Nicaragua y Venezuela. Ellos aceptaron, me dijeron que en mi tiempo libre podía hacer lo que quisiera, así que tomé la licencia y viajé a Panamá para saber qué está pasando en Darién, qué está pasando en la ruta y cómo esto está afectando la frontera sur de Estados Unidos, actualmente un tema prioritario tanto para republicanos como demócratas.
¿Qué pudiste observar desde allá?
Hay claramente un esfuerzo conjunto. Sabemos que los enemigos de Estados Unidos están comprometidos en esta política de migración abierta que está involucrando países como Panamá y Costa Rica, y donde Venezuela está soltando a criminales de sus cárceles y enviándolos afuera. Esto ocurre tal como sucedió con Cuba en 1980 con los botes que partieron de Mariel. Y cuando ves Cuba, cuando ves Venezuela, cuando ves Nicaragua, por supuesto, está Rusia. Y un poco más allá, sabemos que el ejército revolucionario de Irán está viajando a Sudamérica para luego dirigirse hacia el norte. Justo un par de días después que estuve en Bulgaria, fue arrestado en Argentina un terrorista, probablemente hezbollah utilizando un pasaporte venezolano. Así es que, nuevamente, con pasaportes, con migración Putin está desestabilizando el mundo. Panamá conoce sobre terrorismo. Hace 29 años Panamá fue afectada por los mismos terroristas que atacaron Argentina y henos aquí, 30 años después y ¿qué está pasando? Catorce días después de que Estados Unidos imputó cargos a una persona por el atentado con bomba en el centro judío en Argentina, sirios y libaneses con pasaporte venezolano fueron descubiertos en Argentina preparándose para perpetrar un atentado terrorista. No hay coincidencias, y esto no ocurre sin Vladimir Putin proporcionando conocimiento y recursos a estas naciones. Esto es lo que he hallado y es lo que reportaré a quienes se interesen por saber.
Y, ¿cómo lo estás haciendo? Hay una diferencia marcada entre la propaganda y el periodismo. ¿Cómo dibujar la línea entre una y otra?
Desde el momento en que me enlisté en las Fuerzas Armadas de Ucrania, no puedo considerarme más un periodista. Mi rol lo tengo muy claro. Soy un investigador, soy un escritor. Soy un autor. Lo que vine a hacer y lo que presento son trabajos editoriales encaminados a tener un mejor entendimiento, una visión más amplia. Soy alguien observando la situación desde un punto de vista más holístico. El periodismo es muy importante como para jugar con ello.
¿Qué representa para ti el periodismo?
Es la pieza más importante en la libertad que tenemos en todo el mundo. En Estados Unidos los periodistas están protegidos por la Primera Enmienda. En Panamá, los periodistas luchan por defenderse. Todavía más en países como Rusia donde no existe la prensa libre, así como no la hay en Venezuela. Vemos el peligro, lo que ocurre cuando autócratas y tiranos son capaces de llegar al poder. Y esa es la razón por la cual los periodistas son tan especiales, son tan importantes para la democracia. Y para mí, como miembro de las Fuerzas Armadas de Ucrania aún en licencia, si me llamase periodista le estaría creando un perjuicio al periodismo. Los periodistas son independientes y yo no puedo decir que soy independiente. No sé qué término utilizaría, pero no puedo decir que soy periodista en este punto de mi vida.
¿Cómo defines entonces tu labor?
Parte de la razón por la cual estaba en Washington D. C. es hacer saber a los políticos lo que está ocurriendo. Estuve allí con mis comandantes, y hablamos con los corresponsales extranjeros, en el Club de Prensa, explicando que no estamos solamente luchando por una victoria que libere el país hasta las fronteras establecidas en 1991. Más allá de eso, estamos trazando el trabajo preliminar para una Ucrania libre y democrática que será el pilar de la democracia en el centro de Europa y eso comienza con una prensa libre.
De aquí seguirás la ruta a México, y de allí, ¿de vuelta a Ucrania? ¿qué harás entonces?
¿Sabes? No lo sé. He tenido muchos, muchos roles en las Fuerzas Armadas de Ucrania. He estado desarrollando diferentes aptitudes y realmente se trata de lo que mi comando considere es el mejor paso siguiente. Un año atrás, en febrero estuve luchando en las trincheras por cuatro meses. Si me quieren de vuelta en el frente, iré al frente. Si quieren que me mantenga en un rol más relacionado con el análisis que es realmente mi experiencia, estaré feliz de hacerlo también. En definitiva, es lo que Ucrania, ergo, el mundo necesite.
Antes de Ucrania, ¿serviste en la armada de Estados Unidos?
No, nunca serví en Estados Unidos.
¿Cómo terminas en la armada ucraniana?
Me enlisté como un médico de combate en una unidad de infantería.
¿Y qué hacías como un médico de combate?
Haces de todo, aplicas torniquetes, aplicas materiales coagulantes, luchas. Básicamente la única diferencia entre mi persona y un soldado de infantería es que yo llevaba una bolsa médica. En definitiva, tienes la responsabilidad de que aquellos que caen en combate puedan ser estabilizados y evacuados para que puedan luchar otra vez.
Antes de eso, ¿habías tenido un arma en tus manos?
Sabía cómo disparar un arma, sabía un poquito de trabajo médico, pero nunca había estado en la milicia, nunca había estado en combate, nunca había estado en una guerra.
¿Pero era algo que tuviste en mente alguna vez?
No. Tenía previsto viajar en 2015 para escribir, como periodista, sobre refugiados. Me integré con refugiados sirios e iraquíes cruzando desde Turquía hasta Calais, la ruta de migrantes completa. Allí fue cuando de primera mano pude ver cómo Putin estaba utilizando como arma la migración. Lo reporté desde el año 2015. Vi la situación masiva de los refugiados, No estuve particularmente feliz con el libro que publiqué sobre esa experiencia, así que vi a Ucrania como una oportunidad de comparar y contrastar la situación de los refugiados en 2022 con la que había reportado en 2015. Resulta que me he quedado mucho más de dos semanas. Y como hemos hablado mucho sobre la importancia del periodismo, en la medida en que me fui involucrando más de cerca con las Fuerzas Armadas de Ucrania y con los servicios de seguridad, me di cuenta de que llegaría el momento en que no podía seguir llamándome periodista. Para el verano de 2022 empecé a comprometerme con el comando y consideré que debía enlistarme en la armada. Para agosto escribí mi última pieza periodística y en octubre ya era parte de la armada.
Entonces, ¿una situación de guerra hace que vayas del periodismo al activismo?
Kharviv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, a 30 kilómetros de la frontera con Rusia, es el lugar donde estuve por seis, siete meses. Allí pude ver crímenes de guerra cada día. Observé cómo éramos impactados por cohetes Grad (lanzamiento múltiple), por misiles S-300... Estuve allí tres días viendo cómo se exhumaban civiles ucranianos de fosas comunes, cómo desenterraban cuerpos en descomposición. Viendo que las trincheras de los rusos estaban a escasos 50 metros de donde enterraron a esos civiles que ellos estaban asesinado. Cuando ves eso, cuando ves el terror a diario, cuando ves crímenes de guerra todos los días, esto se torna personal. Finalmente sentí que podía hacer más por la libertad como parte de la Fuerzas Armadas de Ucrania que lo que podía hacer como periodista porque sabía, en mi corazón que no iba a poder reportar sin sesgos. Así es que, nuevamente, no quise destruir la noción del periodismo. La única forma en que lo podía hacer era enlistándome en el ejército.
¿Cómo manejan Ucrania y Rusia el trabajo con los corresponsales de guerra?
Rusia no tiene medios. Rusia tiene propaganda. Una información que simplemente es una extensión del Kremlin. Putin controla completamente el aparato informativo y esto no puede calificar como periodismo. En Ucrania tenemos derecho a la libertad de expresión. Aun cuando hay ley marcial.
De vuelta a los Estados Unidos. Hay tantas cosas que resolver allí, ¿por qué ir a resolver las de Ucrania?
Pensé que regresaría a Estados Unidos, tenía mi página web ‘Political.tips’, que era muy popular, hacía análisis político, y lo disfrutaba mucho. Le dije a todos que volvería en dos semanas. Eso fue tres, cuatro meses antes de la temporada electoral de 2022, y pensé en escribir sobre los congresistas locales, los representantes, los alcaldes y no fue así. Aprendí algo de estar en el frente de batalla de una guerra global -y esta es una guerra global, por la libertad, por la democracia-, lo que aprendí es que solo porque cargo un rifle, no significa que el periodista o el activista o el líder político que está asegurándose de que haya agua fresca en su comunidad no está haciendo algo igual de importante.
El rango de atención de la gente es cada vez más corto, y llega el momento en que todo el mundo estará cansado de estar en guerra. ¿Será esta la situación en Ucrania?
Antes de viajar a Washington DC, estuve en el frente de batalla, en un área llamada Zaporizhzhia y allí entrevisté a 16 de los mejores soldados de una de nuestras brigadas de asalto, héroes de tropa que han estado luchando en ese punto, por 19 meses. Cada uno de ellos dijo que están listos para pelear hasta que su país esté liberado en las fronteras de 1991 y la fórmula de paz del presidente Zelenski esté implementada. Si estamos luchando solo por territorio el mundo no lo va a entender. Pero si explicas que el retorno de Crimea a la gobernanza de Ucrania se amarra a esa fórmula de paz del presidente Zelenski, es esa imagen ampliada que el mundo necesita entender para darse cuenta de por qué esta guerra se relaciona con Panamá, cómo se relaciona con Costa Rica. Entenderán qué tiene que ver con países que no necesariamente sienten que les afecta.
¿Puedes elaborar un poco más sobre esto?
Volvamos a Rusia por un momento y la migración. Sabemos que el flujo de la migración de Rusia a través de la frontera sur de Estados Unidos ha crecido de 4 mil en 2021 a 30 mil en 2022 y a 43 mil en 2023. Solo rusos. También sabemos que Homeland Security de Estados Unidos ha capturado e identificado al menos, una docena si no más agentes de seguridad rusos. También sabemos que Rusia tiene más espías en México que en cualquier otro país del mundo, así que lo que estamos haciendo en Ucrania es luchar en las líneas de frente por cada país que quiere su independencia y su libertad. No hay razón para que los espías rusos deban estar en mayor número en México que en cualquier otro país del mundo y esta información viene de uno de los generales estadounidenses, es un hecho establecido. Esta es la razón por la cual nadie debería estar cansado de esta guerra. Porque lo que estamos haciendo en Ucrania no es solo para la gente o el territorio ucraniano. Lo que estamos haciendo en Ucrania establecerá el escenario de la democracia, libertad y la independencia de países como Panamá, como México, como algunos países no alineados. Esta es la lucha que estamos haciendo para que cada país esté protegido a la hora de enfrentarse a estos autócratas. Por eso la gente no debería cansarse. Porque afecta a todo el mundo. Es una guerra global.
Así que se trata de algo a largo plazo...
Incluso después de la victoria y la conseguiremos. El país volverá a sus fronteras establecidas en 1991, la fórmula de paz será implementada. Aún después de eso, la lucha continuará. Siempre habrá algún fascista, algún teócrata que estarán apareciendo y tendremos que estar en guardia. Y luego de esta victoria para Ucrania, el mundo estará mejor preparado para entender de dónde viene la siguiente amenaza.
¿Eres optimista? ¿Esto durará o terminará pronto?
Diré que soy muy optimista en pensar que 2024 será un año significativamente más activo en términos de toma de territorio que lo que representó 2023. Lo que la gente no se percata es que solo hemos utilizado el 5% de las armas que nos han entregado nuestros socios aliados. Tenemos pendientes 95% de las armas incluyendo aviones F16. Se ha establecido muchas veces incluyendo el antiguo viceministro Mahler que estamos truncando sus cadenas logísticas, sus líneas de suministros, llevando lo que sea necesario ganar la guerra de forma de salvar vidas y ganar territorio. Los rusos sacrifican sus muchachos, los envían a una moledora de carne. Podríamos haber retomado mucho más territorio, pero ¿a qué costo? Entendimos que esto es paso a paso. No es una película, no es un programa de televisión que en dos horas concluye. Es la vida real y los comandantes y el presidente Zelenski entendieron que preservar las vidas humanas van en conjunto con las necesidades en el campo de batalla. Y en 2024 nos estamos preparando para el próximo paso. Pienso que van a ver muchas tremendas victorias de las Fuerzas Armadas de Ucrania, y los ucranianos en 2024. Vamos a tomar Crimea, vamos a destruir el puente de Kerch para asegurarnos que estos trofeos que a los rusos les gusta mostrar al mundo son mera propaganda.
¿Te quedarás hasta la victoria?
Me quedaré hasta tanto mis servicios sean necesarios, hasta tanto tenga sentido para la democracia. Si el sentido de la democracia es en la frontera sur, o si está en la jungla Darién, o en algún lugar de África, iré donde la democracia tenga esa necesidad y donde la gente quiera mi presencia. Hasta el momento las Fuerzas Armadas de Ucrania sienten que estoy sirviendo la lucha por la libertad bien allí, estoy honrado de servir a mis comandantes y servir al presidente Zelenski.
Zelenski no da señales de querer rendirse...
La gente me pregunta qué te impulsa y yo digo que los ucranianos. Estoy inspirado por la gente de Ucrania; soy un visitante en su tierra y todos nosotros estamos inspirados por el presidente Zelenski, su negación a huir., Había un helicóptero esperando por el Presidente y él dijo que no dejaría el país, ‘no voy a dejar a la gente de Ucrania ni a los voluntarios en esta lucha por la libertad contra Rusia y por el mundo’ y es lo que ha hecho. Y lo que la gente cuestiona de estar cansados, no. Es una guerra. La II Guerra Mundial fue de 1939 a 1945, pero podemos ir años antes si contamos desde 1936, o la Guerra Civil Española o lo que Italia estaba haciendo en África. Hablamos de 10 años y estamos a solo dos años de haberse iniciado la invasión a gran escala por un país que sobrepasa la población en una escala de 3.5-1 y tiene muchas más armas, que tiene la posibilidad de cambiar la economía mundial en un tris y aquí estamos, ganando. Es algo que no se logra en un periodo corto de tiempo, la victoria por la democracia se logra con una lucha a largo plazo.
Has tenido que cambiar tu apariencia por cuestiones de seguridad. ¿Cómo has manejado tu vida personal?, ¿cómo se ha afectado por el trabajo que estás haciendo?
Soy transgénero, y la gente me pregunta ¿por qué tienes la apariencia de hombre ahora? Mi declaración es esta: Nosotros tomamos nuestras opciones personales, nunca me han definido las etiquetas, nunca me ha definido mi apariencia. Solo los rusos han tratado de definirme por mi apariencia. Para mí se trata de ellos, que sean más efectivos para lograr la victoria. Primero soy padre, segundo, sargento de las Fuerzas Armadas de Ucrania, tercero, médico de combate, cuarto, soy hijo, en algún lugar abajo en la lista está la apariencia de mi género, al menos para mí. Ultimadamente, cuando peleas una guerra, te das cuenta de que nada más interesa que llegar al próximo amanecer. He visto tanta muerte, tanta destrucción, que cuando miras al cielo lo haces por dos cosas: buscando el amanecer o buscando a Dios. Nada más importa. Solo seguir adelante y nuevamente, los únicos a quienes les importó mi apariencia fue a los rusos. Trataron de utilizarlo como un arma de propaganda. Fueron los que empezaron a crear caos, Pero no hay un plan, en cuanto a tener [en el ejército] a alguien que sea trans. Soy trans pero la apariencia no importa, cuando se trata de la victoria. Dios importa y el amanecer importa. Más nada.