El Terraplén, en la mente
de Giana De Dier

Actualizado
  • 09/02/2025 00:00
Creado
  • 08/02/2025 12:01
Casa Santa Ana exhibe la muestra ‘La vida, como el agua, nunca olvida su camino’, compuesta por collages de la artista panameña Giana De Dier. En ella, propone un viaje sensorial y emotivo hacia un espacio que alguna vez habitamos.

Para Giana De Dier fue todo un reto llevar sus collages a un formato mucho más grande, respaldados por el lienzo, en lugar de sus composiciones con soporte en papel.

“Ha sido un reto, es muy gratificante sentarse aquí y verlas”, dice la artista en la sala de Fundación Casa Santa Ana, el día del montaje de la exposición ‘La vida, como el agua, nunca olvida su camino’, que fue inaugurada ayer y que estará abierta al público hasta el 27 de marzo. El momento también lo visualiza como algo extraño, ya que no suele trabajar con un boceto específico y al estar completada físicamente cada obra, debe enfrentarla con aquello que en un principio analizó para plasmarla.

Y en términos del soporte utilizado, “ha sido aprendizaje para mí porque este material, este soporte es relativamente nuevo y debo entender la parte de la materia, cómo responde al papel que es con lo que estoy acostumbrada a trabajar y pensar en cómo va a reaccionar a los diferentes materiales que tengo en mente utilizar”. La artista ha estado muy pendiente de los resultados que ha logrado. “Cada día voy notando cosas, ya estoy pensando, si trabajo en canvas en el futuro, qué cambios voy a necesitar hacer, pero sí, ha sido muy bonito poder pasar de ese formato más pequeño a uno más grande y también diferente”, analiza.

Pero el haber experimentado en lienzo y hacer obras de gran tamaño no significa que vaya a abandonar su soporte preferido. “No es necesariamente un material en el que voy a estar trabajando siempre. El papel es mi primer amor, pero ha sido muy interesante y muy bonito ver ese ese proceso, ser parte del inevitable del proceso de canalizar esa información”, agrega.

Para esta exposición, que consta de 18 obras, 10 de gran formato y ocho en su formato usual, De Dier ha recurrido al papel fotográfico, donde ha impreso grandes imágenes. Algunas de las más pequeñas son fotografías procesadas químicamente y otras, papel satinado. Todos estos elementos se soportan en un lienzo pintado de azul claro, que da la sensación de cielo. “Es básicamente una mezcla de fotografía y papel satinado. Las pequeñas tienen impresiones más diversas, con diferentes tintas, diferentes tipos de impresión. Las obras pequeñas tienen incluso trozos de pintura de la casa donde crecí, en la casa de mi abuela en Río Abajo. Las fotos también son de diferentes lugares, la mayoría son de Panamá, pero hay de otros lugares también”, cuenta.

Y es que de fotografías panameñas se destacan lugares y grupos, sin embargo, no hay imágenes que detallen personajes principales como sí existen en archivos de otros países, pero sí están presentes algunas de sitios muy reconocibles, entre ellos, el Terraplén, lugar en el que ha ubicado esta muestra.

“Tenía en mente desde hace mucho tiempo usar una imagen que es de unos veleros, es la playa, en el mercado público, en una mirada de la tierra hacia el mar. Es una foto como de 1910, 1909 y hay una cantidad de veleros en la costa y está lleno de personas, mujeres, hombres caminando, comprando. Me lo imagino y veo todo ese movimiento”, explica.

En la imagen las mujeres lucen muy formales con sombreros y blusas con muchas ruchas y se nota que hay una mezcla de personas: afroantillanos y panameños. Pero De Dier no había recurrido a ella porque su trabajo se había enfocado más al tema de la migración y al trabajo en la Zona del Canal, pero en esta ocasión, llegó el momento de utilizarla.

“Me la topé nuevamente hace algunos años en el Museo del Canal y dije, la voy a usar y me puse a buscar fotos, a ver qué tantas imágenes del mercado público se podían encontrar”, Y la tarea empezó. Algunas fotos, aunque estén disponibles en internet están alteradas, tienen marcas de agua y no se tiene información sobre de su autor o propietario y sus correspondientes derechos.

“La Biblioteca del Congreso fue mi otra opción y bueno, por alguna razón, los gringos tienen todo”, dice la artista sobre la disciplina norteamericana del registro histórico y el archivo. “Y me encontré con estas fotos del Mercado Público”, relata. Incluso algunas de ellas muestran el mismo lugar en diferentes momentos.

“Hay muchas fotos que son muy lindas, muy panorámicas y en ellas se sentía esa esencia del Terraplén, especialmente esa parte nostálgica del pasado y que siento que todavía se amarra mucho con el presente y por ahí me fui”, dice.

El tiempo y el Terraplén

La memoria y los años juegan con la mente de cada quién. Los recuerdos sobre un lugar puede que ni siquiera sean parecidos a los que guarda otra persona. Si a esto agregamos que esos recuerdos pueden corresponder a tiempos diferentes, podemos tener resultados mucho más disímiles y esto no significa que alguno esté equivocado. Ese fue el pensamiento de De Dier cuando al observar algunas imágenes, no tenía recuerdos claros de alguna edificación o espacio.

“Pensé que esto es perfecto porque esta exhibición me servirá para hacer una reconstrucción también de mi memoria en cuanto al espacio y para que no se me olvide cómo era. Es como tener ese amarre, esa ancla de no solo el momento y el espacio y sí, me gusta mucho la idea de que hay muchas escenas, que se ve el movimiento, que hay vida, porque siento que la esencia del espacio, también del Casco Viejo tenía un sonido muy particular, un olor muy particular, que sentías una especie de electricidad cuando llegas allí y quisiera que en alguna forma, las obras tengan un poquito de eso”, medita.

Claro está, De Dier está consciente de que sus obras no son un retrato fiel de ningún espacio o momento. “Es un sentimiento bastante nostálgico, porque obviamente no era así. Lo bueno del collage es que te permite replantear, reimaginar, recombinar, pensar y soñar y enfrentar esto con la realidad. Qué realidad tienes presente y qué sueñas”.

Efectivamente el Terraplén existió y existe, aunque ya no de la misma manera. El Terraplén siempre va a ser, siempre va a existir de alguna forma u otra. Pero estoy muy consciente de que no va a ser siempre igual también y es como una negociación entre esa idea de qué fue, qué es ahora y qué va a ser a futuro”, reflexiona.

Para la artista, esta exhibición es una manera de aceptar la realidad y enfrentar el hecho de que “esto es un espacio cambiante y va a seguir siendo cambiante y espero tanto para mí como para otros, que no se me olvide”.

Y no es cuestión de mirar unas imágenes y contemplar su belleza. Más bien, aprovechar el momento para tener esas conversaciones sobre qué es lo que la gente recuerda y qué podría ser, qué se puede rescatar, así como asegurarse de que ciertas cosas se mantengan.

“Todos nuestros recuerdos son muy muy diferentes. La memoria del espacio es muy cambiante. A veces uno cree que recuerda algo y a veces ni siquiera es eso. Es la imagen que se creó en tu mente y no necesariamente la realidad. “Eso es parte de la romantización que tengo con muchos lugares que recuerdo de una forma muy específica y ni siquiera fueron así. Y a veces le voy agregando elementos con los que voy adornando y le voy agregando cosas”, señala la artista. Algo muy similar al proceso de realizar un collage. Al ver la obra terminada, no hay un lugar ni un tiempo específico. Es un momento construido de diversos lugares y personajes en diferentes momentos. Algo que “para alguien más podía haber sido así”.

El tiempo de producción de esta muestra, calcula De Dier que fue de aproximadamente un mes, creando y también corrigiendo. Una obra no está lista hasta que su autor no considere que refleja lo que debe. Sin embargo, la gestación del trabajo se puede remontar a aquel momento en que la artista observó esa primera imagen del Terraplén y la fijó en su mente, con la intención de utilizarla algún día.

“Hay un momento en que me desconecto de la idea del tiempo y solo sé que estoy trabajando, como que no sé cuánto tiempo pasa. Encontrar las fotos que se sintieran como yo quería que se sintieran, luego pensar en qué hacer con ellas... la conceptualización es mucho más complicada que la propia producción”, asegura.

Cuando aquello ya está resuelto por la mente, viene ese momento en que todo luce muy fácil. “Quien me ve trabajar piensa que hacer un collage es facilito, pero la construcción de las imágenes tomó aproximadamente un mes”, dice. Aunque luego, mirando el resultado no se esté conforme porque se vea muy estático o frío.

En las obras de ‘La vida, como el agua, nunca olvida su camino’, De Dier refleja escenas en el muelle, en el mercado y en algunas viviendas. Muestra también cómo sus personajes se relacionan con estos espacios: pescados, agua de pipa, aguacates... La exuberante vegetación se representa a través de imágenes de los ficus elásticos conocido como árbol de caucho, común en nuestras latitudes. También hay retratos de personas que podrían haber interactuado en el área.

De Dier ha enfocado su trabajo en inicios del siglo XX, tiempo que, es relativamente reciente. “Cuando veo estas imágenes, me llama mucho la atención lo que estaba pasando porque me gusta tratar de insertarme en la manera de pensar de la época, imaginar cuáles eran las aspiraciones de la gente, qué estaban pensando, cómo estaban viviendo, también la sencillez del momento”, detalla.

“En cuanto espacio, lo que me interesa es ver maneras de conectar a Panamá con diferentes partes del mundo y también con mi propia historia y la de mi familia; buscar maneras de ver más allá de Panamá, el Caribe, Barbados y Santa Lucía de donde venían mis ancestros e ir buscando otras aristas pero más espaciales que del tiempo”.

Pienso que hay una manera de entender el presente a través de observar cómo se estaba viviendo en el pasado, pero tampoco pienso mucho en el tiempo de manera cronológica o lineal. Me preguntan, ‘¿De dónde es esta foto?’ pero ya, cuando la saco de su lugar, toma otra vida. Ya es otra cosa. Siempre estoy buscando estas maneras de ver cómo está todo conectado. Que todo está conectado al final.”. concluye.

La artista

Giana De Dier (Panamá, 1980) estudió Artes Visuales en la Universidad de Panamá. Sus obras se han expuesto en la Galería de Arte de la Asociación de Empleados del BID, Washington; el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá; el 58. Carnegie International, Pittsburgh; 60a Exposición Internacional de Arte, Venecia; el Museo de Arte Moderno de Medellín; y 1-54 Feria de Arte Africano Contemporáneo, Londres.

Sus collages forman parte de las colecciones del Museo del Canal Interoceánico; el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá; el Museo de Arte Carnegie, Pittsburgh; el Museo de Cultura Afroamericana de Houston y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Washington. Ha participado en residencias artísticas en el Museo del Canal de Panamá y la Delfina Foundation en Londres. De Dier vive y trabaja en la Ciudad de Panamá.

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