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- 24/10/2024 00:00
- 23/10/2024 19:53
Por segunda vez, Carlos Sánchez Fábrega es gerente y preside la junta directiva de la empresa Mi Bus. Anteriormente también ejerció el cargo, entre 2016 y 2019, bajo la administración de Juan Carlos Varela. A su regreso, cuenta a La Estrella de Panamá los desafíos de una empresa que considera ‘debilitada por falta de presupuesto, problemas de logística y administración’.
Nosotros dejamos Mi Bus y estábamos moviendo 620.000 pasajeros en días hábiles. Hoy, a tres meses de haber iniciado, estamos moviendo 420.000 pasajeros. ¿Eso qué significa? Que han pasado cinco años, la ciudad ha crecido en tamaño y Mi Bus está movilizando 200.000 pasajeros menos. Eso para mí es un indicio de una situación delicada, es una empresa debilitada por falta de presupuesto, por problemas de logística y administración.
Creo que ha habido otro ingrediente. Probablemente en el mercado se han producido algunos movimientos que tienden a que esos pasajeros los estén moviendo otras personas en otros buses y servicios. El contrato de concesión ha cambiado, porque tenemos probablemente más competidores y más gente utilizando otros servicios y probablemente eso es provocado un poco por la ineficiencia de Mi Bus, que ha demostrado durante los últimos años que no fue capaz de trabajar a la altura de lo que debía haber trabajado.
Es un problema de logística, de falta de presupuesto, ganas de resolver y algunas ataduras burocráticas del sistema de operación.
La realidad es que nosotros encontramos más buses parados que buses disponibles para operación y eso es muy delicado. Hay buses que se han envejecido cinco años [por estar en desuso], un bus en esas condiciones requiere mucho más esfuerzo de mantenimiento preventivo y requiere mucho más cariño y mantenimiento, por lo tanto, hemos encontrado una flota debilitada y enferma.
Mi Bus tiene 1.436 buses, pero en este momento hay aproximadamente 600 por reparar. Eso significa que estamos operando con cerca de 840 buses. Evidentemente esto no es suficiente, la ciudad está diseñada para que operemos cerca de 1.200 buses.
La frecuencia depende de la capacidad de tener buses, si no hay suficientes buses, la frecuencia no la puedes ofrecer. Además tienes el problema de que en la ciudad de Panamá tenemos alrededor de 140 rutas y el flujo de movimiento de las personas no es siempre en la misma dirección (...).
Es decir, por las mañanas mucha gente va al centro de la ciudad a trabajar y por la tarde regresan a sus hogares, eso hace que la demanda de servicio no sea balanceada (...). Eso significa que si no hay suficientes buses, tú pones los buses donde son más necesarios, sacrificando la frecuencia y la oferta de buses en aquellas direcciones en que no son necesarios... No es posible mejorar la frecuencia sin buses.
Hasta que no lleguen los buses, porque no es posible mejorar frecuencias sin los buses.
Cuando llegamos había 585 buses, ya vamos en 840. Todas las semanas estamos metiendo entre 3 y 5 buses más. Adicionalmente, es un tema de traer recursos para conseguir los repuestos, reparar los buses y ponerlos a funcionar, al mismo tiempo que se mantienen los que están andando.
Al final de año, mi aspiración es estar entre 950 y 1.000 buses.
El caso H3 fue la cereza del cake. El contrato HC y toda la discusión legal del contrato H3 provocó que el 80% de los buses que estaban parados era por falta de repuesto de aire acondicionado. Eso es gravísimo, es decir, un contratista y un suplidor ponen en jaque la operación porque no podemos acceder a los repuestos y 400 buses se paran por no tener repuesto de aire acondicionado.
Es lo que hemos logrado nosotros con el apoyo de otros proveedores. Hemos ido consiguiendo repuestos y reparando los aires acondicionados de los buses que estaban parados. Al mismo tiempo, trabajamos de la mano con el contratista H3 para tratar de que cumpla con el contrato.
El app no funciona porque cada bus debe tener un GPS que envía a un software la posición del bus. Sin esa posición es muy difícil que el app reciba alimentación. En los últimos tres años, el sistema se cayó y los buses dejaron de emitir el posicionamiento, lo cual es un problema para el control de las operaciones.
En el centro de control de Mi Bus, 24 horas, siete días a la semana se monitorean todos los buses, pero con este problema perdimos el control de los buses. Estamos en un programa que probablemente nos va a permitir para finales de este año revivir la flota, ponerle los GPS y asimismo revivir la app.
Ahora mismo las limitaciones presupuestarias son reales, por supuesto el año 2025, viene complicado, no está en nuestros planes en este momento adquirir buses nuevos. Básicamente todos los recursos que podemos recibir del Estado están dirigidos a comprar repuestos para poder reparar los buses que tenemos. Lo que puede pasar el año que viene es que lleguen cinco buses eléctricos de un proyecto que hay para atender una ruta especial en el Casco Antiguo.