Estábamos muertos

Recuerdo una frase muy decidora: ‘Prefiero herirte con la verdad que matarte con la mentira'. Hoy en los púlpitos evangélicos se predican las mentiras del demonio sin el menor sonrojo de los que se dicen cristianos y pastores.

Si Ud. va a un médico y le descubren una enfermedad mortal, lo menos que Ud. querría es que le ocultarán su mal. Ud. quiere que le digan la verdad. Los falsos maestros hoy ocultan la verdad a los cristianos, les engañan y meten toda clase de cuentos y tergiversaciones del evangelio, minimizando a Cristo.

‘Y Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados', Efesios 2:1-10. Los pecadores están muertos, totalmente fallecidos, en delitos y pecados; la única vía para salir de la muerte es Cristo. Los falsos maestros matan a los pecadores y vuelven a crucificar a Jesús; al engañar perversamente a la gente con el cuento de la prosperidad, el positivismo y la metafísica. ‘Maldito el que hace la obra del Señor con engaño; maldito el que retrae su espada de la sangre', Jer 48:10. En los principales púlpitos del país solo se habla de plata y plata, han convertido la prédica en una pedidera de dinero para mantener funcionando sus operaciones de ‘marketing'. Estas empresas evangélicas nada tienen que ver con la obra salvadora de Cristo.

No se predica el arrepentimiento, la salvación, y menos se habla de los atributos de Dios: Santidad, misericordia, justicia y verdad. Los cristianos deben tener celo por la palabra de Dios, porque el evangelio lleva a la verdadera adoración de Dios. Amén.