Donar para la vida

Cuenta la mitología que Medea rejuveneció a Anquises sacando su sangre por los vasos del cuello y reemplazándola por sangre de individuos jóvenes, por eso se llegó a llamar a la transfusión la “cura de Medea”. Hoy, los bancos de sangre son indispensables en la sociedad, pero muchos nos desentendemos de cumplir con nuestro aporte, porque como no tenemos la necesidad o de algún familiar, no nos preocupa. Sin embargo, la realidad es que la sociedad debe estar consciente de que hay que donar sangre, porque en cualquier momento, cualquiera puede estar en una situación difícil donde una transfusión es la única que le salva la vida. Nuestros bancos de sangre están al mínimo y se necesita que los donantes acudan a las instituciones preparadas para recibir sangre, para que hagan su aporte. Y es que la sangre humana es la única fuente de eritrocitos, plaquetas y plasma, e incluye los factores de la coagulación, necesarios para la vida. Los estudiosos médicos afirman que la transfusión es una forma simple de trasplante de órgano, ya que se transfiere de un donante a un paciente, para corregir temporalmente una deficiencia o alteración de una función. Fue en 1917, cuando Laurence Bruce Robertson realiza, durante la Primera Guerra Mundial, el primer depósito de sangre. En 1922 se demuestra la eficacia de las transfusiones de sangre de cadáver, estableciéndose en Leningrado (URSS) el primer servicio que funcionó como un banco de sangre. La sangre ha sido considerada desde la Antigüedad como un elemento mágico. Distintos pueblos y culturas la han considerado un elemento vital y cargado de magia. Necesitamos que panameños y extranjeros hagan su magia y llenen esos bancos de sangre, porque donar sangre es salvar vidas. ¡Así de simple!