• 16/08/2011 02:00

La clave de la seguridad

La cuestión es mucho más compleja que solo cifras y estadísticas. Cuando de seguridad ciudadana se trata, el problema es realmente más p...

La cuestión es mucho más compleja que solo cifras y estadísticas. Cuando de seguridad ciudadana se trata, el problema es realmente más profundo. Es como las dos caras de una moneda. La sensación de impunidad con que actúan las personas de mal vivir tiene el mismo vértice que el sentimiento de temor con que la ciudadanía se está acostumbrando a existir. Esa percepción de abandono crece inevitablemente cuando delincuentes se sienten con la libertad de acribillar a una persona con casi 60 tiros, protagonizar un tiroteo en pleno centro de la ciudad o asesinar al hijo de una fiscal. La idea de que se está a merced de la delincuencia y su actuar toma fuerza, la ciudadanía no entiende de otra cosa, quien es víctima, conoce a una persona afectada por la violencia, o simplemente presencia un acto criminal; es asfixiada —en mayor o menor nivel— por el peso del temor. Es ahí cuando decide quedarse en casa, o evitar ciertas áreas de la ciudad, perdiendo su derecho al libre tránsito. Así, inconscientemente le deja espacios a la delincuencia. Por eso, aunque son importantes, las capturas no bastan para erradicar ese miedo. Hace falta encaminarnos hacia la recuperación de la tranquilidad. Es esa la clave del asunto. Mientras la sociedad viva a cada instante con el temor de ser víctima de la delincuencia, el Estado está fracasando en proteger la vida, la honra y los bienes de los asociados.

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