• 30/06/2014 02:00

Último día de cinco años de sobresaltos...

El irrespeto a los intangibles, sobre todo a la Justicia, a los DDHH, no nos permite pensar solo en los tangibles

En mayo del año 2009, el sesenta por ciento de los panameños que podían hacerlo, decidió que el candidato de la alianza conformada por el Molirena, Panameñista, Cambio Democrático y Unión Patriótica, Ricardo Martinelli, fuera el presidente de la República. La promesa de ‘un cambio’ y el pegajoso estribillo de ‘los locos somos más’, movieron a la mayoría de los votantes a depositar sus esperanzas en el entonces candidato, que prometía acabar con todo... lo que en estos cinco años creció, creció y creció... más en cinco que en cincuenta... corrupción, un presidencialismo descomedido, abusivo, corrosivo, cáustico, chabacano, perseguidor..., entre otros males. El irrespeto a los intangibles, sobre todo a la Justicia, a los DDHH, no nos permite pensar solo en los tangibles, como una excelente obra, como lo es el Metro de Panamá, que, pese a sus supuestos sobrecostos y a que se paga con los impuestos de todos para beneficiar solo a una parte de la población, es anhelada en todo el país. Ricardo Martinelli sí tuvo todo para ser uno de nuestros mejores mandatarios, pero el poder lo obnubiló y ya vemos en qué quedó, en uno de los más cuestionados.

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