La encuesta Vea Panamá, de La Decana, muestra con datos precisos que el desempleo, el alto costo de la vida y la corrupción son los principales dolores de cabeza de los panameños. Otro de los datos del estudio publicado por este diario, ha sido el sentir del país con respecto a la minería y a la crisis del sistema de pensiones de la Caja de Seguro Social, dos tópicos delicados que cualquier ruta que se tome podría tener un alto precio político. El manejo que el gobierno dé a éstos puede ser determinante. Pese a que la mina está paralizada, el rechazo a la actividad minera sigue latente: el 66,3 % de los entrevistados no está de acuerdo con el plan de reabrir la mina para luego hacer un cierre ordenado. En cuanto a las jubilaciones, un 77.7% piensa que se deben utilizar los aportes del Canal de Panamá para aliviar la carga financiera de la CSS. No queda duda de que las dos pruebas de fuego del gobierno de José Raúl Mulino se centran en el debate de la CSS y el futuro de la minería en Panamá. ¿Qué hará el presidente ante esta realidad? El país necesita acuerdos, pero sobre todo decisiones gubernamentales valientes, sostenibles y claras en sus planes de ejecución. Es importante exigir que los planes expuestos por el Ejecutivo sean reales y de ejecución factible, auditables y transparentes. El presidente ha dado pasos trascendentales que marcan el camino de sus primeros 100 días en el poder y que parecen apuntar a la solución de estos problemas; sin embargo, hay que tener en cuenta que cada vez hay menos optimismo. Urgen iniciativas que atraigan la inversión, crecimiento y empleo. El país no aguanta más errores; no queda tiempo para improvisar.

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