Si bien el sector turístico sigue creciendo y se posiciona como un impulsor económico y de desarrollo sostenible de los países, no escapa de los desafíos actuales. Y es que aunque hay grandes oportunidades para dinamizar la industria sin chimeneas, a través de la extraordinaria riqueza y diversidad de su patrimonio natural y cultural, la realidad es que la incertidumbre por los conflictos geopolíticos y comerciales, la revolución de la inteligencia artificial y las falencias educativas representan un reto para que el sector siga creciendo, según ONU Turismo. Pero de todos, la educación de calidad es el principal desafío y una deuda pendiente de los Estados, ya que más de la mitad de los jóvenes que trabajan en turismo solo tienen educación secundaria y así no se podría desarrollar un sector de alto valor en el mundo. El organismo especializado de las Naciones Unidas está haciendo lo propio para impulsar la inversión extranjera y para que las personas del sector tengan acceso a educación técnica de calidad a bajo costo. Sin embargo, urge a los gobiernos establecer políticas de largo plazo en esta materia para que los trabajadores tengan oportunidad de crecer y se genere el empleo de valor agregado que la industria sin chimeneas tanto necesita para estimularse y continuar siendo el motor económico de las naciones del mundo.

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