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- 30/05/2014 02:00
Pragmatismo o visión torrijista
La coyuntura política que enfrenta el PRD exige mucha cordura y madurez política. Un análisis de las prácticas, actitudes y conductas de las cúpulas en los últimos quinquenios, la explican por sí solos. El abandono del debate, la falta de convocatoria y participación de los organismos asesores, intermedios y de la base a la discusión y participación de los temas y problemas de la población. El aporte militante en las soluciones y reclamaciones populares de los problemas: educativos, salud, transporte, precios y salarios de la población, dejaron de ser agenda en el accionar de la estructura para convertirlo en un organismo clientelista electorero, con exiguas becas y nombramientos con salarios de hambre, para quienes en los períodos de primarias y procesos internos caminaban en la búsqueda de los apoyos para el ‘candidato’ o afiliación partidaria.
El pragmatismo suplantó la filosofía del torrijismo solidario y popular. Acabó con la entrega a los principios de militancia social. Se abandonaron las directivas de los centros de salud, de los padres de familia de escuelas y colegios, de asociaciones de profesionales y abogados, economistas, empresarios, etc., etc., o sea todos los sectores y anillos de influencia del partido por el ‘vil metal’ de las partidas circuitales de los diputados y las donaciones de los oligarcas Pro PRD.
La liquidación (no convocatoria) de los frentes de masa, en el debate y decisión de las políticas PRD hacia la población, fue originando el divorcio y aislamiento vividos en la última década, donde el pragmatismo característico de la modernización económica atrajo las nuevas corrientes de afiliaciones, motivadas por mayores espacios u oportunidades de figuración y participación; pero huérfanos de principios e ideales sociales.
Esa membresía movida y convocada solo al calor de los torneos electorales con los recursos ya señalados, y solo para los fines concebidos de reparto de poder, entre los enquistados en las cúpulas, terminó por erosionar la moral y conducta torrijista de los dirigentes intermedios y de base, que habían servido de pilares al partido de masa.
Así las cosas, el PRD ha quedado en manos de los medios publicitarios. Son quienes promueven y convocan las masas de población, hacia la conquista de sus intereses particulares y de grupos. Apoyan o desvinculan las capacidades, simpatías y liderazgos naturales, de acuerdo a sus agendas, con la complicidad de los cuadros enquistados en las cúpulas de la organización.
No se trata de revanchismos pueriles, sino de visión política y social. De responsabilidad histórica, compartida y asumida durante años de procesos de lucha por la liberación del país, del Canal, sus áreas adyacentes, que son los activos que hoy generan las riquezas e impulsan el desarrollo económico que experimentamos. Hoy se abre un nuevo proceso de reestructuración en el PRD como producto de las carencias y pérdidas electorales; o sea del alejamiento de las masas populares. Cuántos de los que aspiran a conformar las nuevas directivas del partido trasmiten la confianza y el optimismo para reencauzar las políticas y principios incluyentes del torrijismo. Cuántos renunciarían a sus intereses ‘rosquistas’ y abrirían espacios a los nuevos y múltiples liderazgos naturales de gremios, asociaciones, clubes y círculos de las comunidades. Cuántos como Omar, Rómulo, Gerardo y Ascanio estarían dispuestos a morir limpios, como modelos de lealtad y de principios de la solidaridad social.
ECONOMISTA