• 15/02/2022 00:00

Ucrania, otra visión

“[…] hoy día la amenaza es real, las fuerzas están apostadas, […], ambas facciones se amagan y constantemente se envían mensajes de futuras represalias”

La actual crisis geopolítico-militar entre Rusia y Ucrania es un conflicto de vieja data, y para entenderlo hay que verla desde varias etapas; hay que dividirla para una fácil compresión en crisis políticas internas y crisis políticas externas. La primera que debe sus orígenes al interés de una gran parte de la población ucraniana de formar parte del bloque europeo occidental y la guerrilla interna con grupos rebeldes prorusos y la segunda el interés de este país de pertenecer a la Organización del Tratado Atlántico Norte y, en consecuencia, la oposición de Rusia, por considerar que dicho acercamiento constituye una amenaza a su integridad territorial.

Problemas internos ucranianos, desde que se generó la crisis producto del descontento ante la negativa del Gobierno de Víktor Yanukóvich? de firmar un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, hecho que desencadenó en numerosas protestas, incluyendo pérdidas de vidas humanas.

Se registraron, desde 1913, grandes concentraciones en Kiev a favor de la firma de acuerdos con la Unión Europea, surgiendo así un factor de presión y amenazas de Moscú, argumentando que, si se firmaban estos acuerdos, se revisarían los convenios energéticos con Ucrania.

Ya para mediados de la década de 2010, y después de que los manifestantes proeuropeos derrocaran al Gobierno del presidente Víktor Yanukóvich?, de tendencia política pro-Moscú trajo como consecuencia inmediata a una rápida escalada de una crisis que resultó en la anhelada anexión de Crimea por parte de Rusia, en marzo de 2014, y el establecimiento de dos Estados de facto protegidos por Rusia en el este de Ucrania: las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk (DPR, LPR).

Desde entonces, debido a estos actos políticos, el número de víctimas derivado de estos hechos ha aumentado a más de una decena de miles, y muchos incluyen dentro de este rango de víctimas a las casi 300 personas a bordo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, el cual se estima que fue derribado sobre territorio controlado por separatistas en el este de Ucrania.

Durante los últimos siete años, esta guerra en el territorio de Ucrania ha continuado. Se libra entre las fuerzas armadas de Ucrania y las fuerzas de la RPD y la LPR, respaldadas por Rusia.

Podemos incluir dentro de esta estela de detonantes de la actual situación de tensión entre Moscú y Kíev el tema económico, afectando de manera directa a Ucrania, quien, por su condición de país de tránsito del gas ruso, ha dejado pérdidas millonarias a su fisco.

La tensión diplomática actual se está enfocando en el interés ruso de impedir que Ucrania forme parte de la Organización del Tratado Atlántico Norte, la cual en su espíritu establece que, tal y como dispone el artículo 5 del Tratado de Washington de 4 de abril de 1949, por el que se creó la Alianza: “Las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas (…)”. Es el principio de defensa colectiva, que solo ha sido invocado una vez en la historia de la Organización, en respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en EUA.

Como corolario y debido a la precepción rusa de la amenaza por la presencia occidental casi armada cerca de su zona de influencia, Rusia ha aumentado sistemáticamente su presencia en la frontera ucraniana, convirtiéndose ya en una amenaza de una invasión a gran escala.

Como resultado de lo anterior, la situación se ha vuelto muy tensa a lo largo de esta frontera, tensión que se ha proyectado a los países vecinos europeos considerados la zona de influencia de EUA, que ven en Ucrania el país de contención ante el expansionismo ruso.

Aunque Rusia niegue hoy una intervención militar en Ucrania, lo cierto es que ya ha ocupado anteriormente parte de ese territorio, y hoy tiene aproximadamente 100 000 soldados desplegados cerca de sus fronteras.

Indistintamente de las manifestaciones de no intervenir militarmente en Ucrania por parte rusa, el secretario general de la OTAN advierte que el riesgo de conflicto es real y el presidente Biden apunta que cree que Rusia se movilizará.

EUA dice conocer los supuestos planes rusos para aumentar sus fuerzas cerca de Ucrania “en muy poco tiempo”. Lo cierto es que hoy día la amenaza es real, las fuerzas están apostadas, de lado y lado, ambas facciones se amagan y constantemente se envían mensajes de futuras represalias. Esperemos que esta situación no desencadene en una conflagración que se puede extender a otros confines del mundo, que el principio de soberanía, autodeterminación y de no intervención en otros Estados sean respetados. Recordemos que todos sabemos cómo comienzan las guerras, pero no sabemos cómo terminan. Dios quiera que imperen los esfuerzos diplomáticos sobre la fuerza bruta.

Diplomático de carrera.
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