• 29/08/2018 02:00

Encuestas en tiempos de elecciones

El análisis de datos estadísticos —'Analystics', como se le llama hoy— es cada día más crítico en los procesos de decisión

El análisis de datos estadísticos —'Analystics', como se le llama hoy— es cada día más crítico en los procesos de decisión, y con el descenso drástico en el costo de almacenamiento y el desarrollo de nuevas herramientas de medición y procesamiento de datos, hoy en día se cuenta con mucha información relevante en los campos de interés de los ciudadanos. A diario somos bombardeados con información a través de medios de comunicación, redes sociales, grupos de chat, redes internas en nuestros trabajos, centros académicos y demás. Es imperativo que nuestras decisiones las tomemos sobre la base de información veraz y que cuente con un análisis robusto que permita alcanzar conclusiones y tomar decisiones efectivas.

Este es el caso, por ejemplo, de las encuestas de opinión durante los procesos electorales. En la medida en que se acerca mayo de 2019, la agenda electoral toma vigencia y todos los partidos políticos inician sus procesos internos de determinar quiénes los representarán durante la próxima contienda electoral. Como parte del desarrollo de un programa académico de formación en el servicio público, ADEN International Business School llevó a cabo un foro sobre las encuestas de opinión en los procesos electorales; participaron representantes de medios de comunicación, del Tribunal Electoral, y analistas, todos conocedores e interesados en el tema de las encuestas de opinión. A continuación, algunas conclusiones.

En primer lugar, todos coincidieron en que la Reforma Electoral (Ley 29 de 2017) que, entre otros cambios, extendió el periodo de veda de encuestas de opinión de 10 a 20 días, es inconveniente y es un retroceso en el desarrollo de nuestro proceso electoral. Durante la discusión nos informamos de que este cambio, que a todas luces es un retroceso, según el análisis de los participantes, fue un ‘camarón' legislativo introducido durante la discusión en la Asamblea Nacional.

Otros cambios positivos en cuanto a las encuestas sí fueron introducidos: el registro de las encuestadoras y el requerimiento de presentación de fichas técnicas son avances positivos, para procurar que estos instrumentos de medición sean lo más apegados a las buenas prácticas de análisis estadístico. Sin embargo, preocupa que la extensión en el periodo de veda sirva de disuasivo para la participación de encuestadoras formales que utilizan métodos estadísticos comprensivos, dejando despejado el camino para que cualquiera pueda, de manera bruja, publicar a través de las redes sociales cualquier información sin mayor valor estadístico, y al margen de la vigilancia del Tribunal Electoral.

Otra conclusión importante, y sobre todo frente a las duras críticas que han enfrentado las encuestadoras en el pasado reciente, es que los resultados de una encuesta son tan solo una fotografía de la opinión sobre un tema en un momento, y que es crítico que quien analiza los resultados lo haga a través de un análisis comprensivo de tendencias —y sepa reconocer lo sensible que es la intención de voto frente a cualquier evento inesperado.

Finalmente, otra importante conclusión tiene que ver con la madurez democrática, y la importancia de tener acceso a más y mejor información; los participantes del foro concluyeron que en la medida en que los ciudadanos tengamos acceso a más y mejor información, tomaremos mejores decisiones. Esto parece ser relevante en momentos en que la opinión pública cuestiona duramente nuestra fortaleza institucional. En este sentido, nuestros procesos electorales, y la fortaleza que hasta ahora ha demostrado nuestro Tribunal Electoral, nos brinda cada cinco años la oportunidad de someternos todos a un Ctrl-Alt-Del, y comenzar nuevamente el conteo hasta las próximas elecciones.

ADEN SCHOOL OF GOVERNMENT, DIRECTOR.

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