¿Sirven para algo Facebook y Twitter?

Tuve la oportunidad de leer una interesante columna donde se planteaba el hecho de que la importancia e influencia de las redes sociales era mayor en países industrializados y de primer mundo, mientras que en nuestros países —donde nos arrastramos a duras penas para ver si alcanzamos el utópico primer mundo— la clase pobre, que es la mayoría, está más concentrada en ver cómo hace para comer, en que no la maten los delincuentes y en tratar de sobrevivir en un mundo donde la salud es un lujo, más que en saber lo que se está publicando en Twitter y Facebook.

No perdamos la perspectiva y veamos que las redes sociales son lo que son: medios de comunicación de ideas, al igual que lo fue el fax para los tiempos de la Cruzada Civilista.

Por ello, las estadísticas de marras donde podemos ver cómo se utiliza Twitter en nuestros países —bajo comparado por las antes mencionadas naciones— no son las que nos deben preocupar, sino aquellas que nos dicen que cada día somos más estúpidos, que cada día perdemos más la habilidad de hablar y escribir con propiedad, que cada día nos alejamos más de la política, de la cultura y de todo lo que huela a conocimiento y ciencia.

También las estadísticas que nos deberían aterrar son aquellas que dicen que nuestro sistema educativo va en retroceso, mientras que el mundo va hacia adelante.

Por ahora, celebro con champaña el hecho de que existan las redes sociales y que ellas nos permitan comunicar ideas —aunque la mayoría sean estupideces y banalidades—, pero que de una forma u otra permiten a esa masa anónima de personas —sedadas por la chabacanería, las novelas y el passa passa— estar enterada de su entorno, ya que de otra forma —al no leer diarios ni ver noticieros, ni nada por el estilo— serían presa fácil de nuestra clase politiquera, ávida de ese tipo de electores para manipularlos a su gusto.

Sólo por eso, las redes sociales cumplen un papel fundamental: crear conciencia.

*PROGRAMADOR Y CM INDEPENDIENTE.