• 25/03/2019 01:02

Bosque seco tropical

La Asamblea General de las Naciones Unidades decidió proclamar el 21 de marzo de cada año Día Internacional de los Bosques. Que Dios nos ilumine de sabiduría.

Este es un artículo de acuerdo a un recorrido realizado en el bosque seco tropical (BST) que se encuentra en el distrito de Monte Oscuro de Capira, en Panamá Oeste, y que forma parte del Arco Seco y que se encuentra en todo el límite del ecosistema de manglar. Antes de seguir con el relato de este recorrido es importante definir algunos conceptos del bosque.

Mediante el sistema de clasificación de las Zonas de Vidas Natural del Mundo de L. R. Holdridge definió 11 Zonas de Vida. Entre estas Zonas de Vida se encuentra BOSQUE SECO TROPICAL (BST).

El bosque seco tropical, la época seca inicia desde diciembre hasta finales de abril, esto causa que las temperaturas se encuentren siempre elevadas por la constate radiación solar y existe una gran escasez de agua. Las lluvias son de 900 milímetros anuales y se presentan durante temporadas cortas. Este bosque se encuentra en Panamá, hacia el lado del mar de la gran zona de vida Tropical Seca, encontrándose tierra adentro del golfo de Panamá, en Coclé, Herrera y Los Santos. El área tiene una superficie de 2070 kilómetros cuadrados, representando el 3 % del territorio nacional.

El Arco Seco forma parte de un bosque seco tropical, el cual tiene un nivel de lluvia de 900 milímetros anuales. En el Atlas de Panamá, se define el Arco Seco (AS), como una región que va de Punta Chame, en la provincia de Panamá Oeste, hasta Punta Mala, en la provincia de Los Santos.

Gran parte de los pobladores del Arco Seco se abastecen de aguas subterráneas (pozos), debido a la escasez de aguas superficiales y lo prolongado de la estación seca en la zona. La vegetación primitiva natural ha desaparecido considerablemente en el Arco Seco y son los manglares los únicos ecosistemas que sostienen, pero con fuertes amenazadas por la presión demográfica.

Regresando al artículo, el día 19 de marzo del presente año, fuimos con algunos moradores de la comunidad de Monte Oscuro de Capira, provincia de Panamá Oeste, a recorrer el bosque de manglar que colinda con el bosque seco tropical y que este bosque forma parte del Arco Seco y nos encontramos que le habían prendido fuego al bosque seco, todo se encontraba quemado, tanto los árboles adultos como el suelo donde crece la regeneración natural de todas las especies de los árboles que viven en ese habitad.

En el recorrido las especies de árboles que observamos fueron las siguientes: caoba (Switenia macrophyla), cedro amargo (Cedrela odorata), cocobolo (Dalbergia retusa), guayacán, quira (Platymiscium pinnatum), corotú (Enterolobium cyclocarpum), carate colorado (Bursera simaruba), roble (Tabebuia pentaphylla), cedro espino (Bombacopsis quinatum), algarrobo (Hymenaea courbanil), entre otras. La mayoría de estas especies se encontraban con semillas y todas las semillas que habían caído al suelo el fuego las quemó. Los moradores narraron que todos los años este bosque lo queman los cazadores de iguana, el método que utilizan es quemar el bosque para cazarlas.

Algunas especies de fauna silvestre que forman parte de este bosque son: mono aullador (Alouatta palliata), perezosos (Choloepus hofmanii), iguana (Iguana iguan), boa arcoíris (Epicrates cenchria), venado cola blanca, paloma torcaza (Columba cayennensis), búho turrututú (Otus choliba), gavilán cangrejero (Buteogallus urubitinga), zarigüeya común (Didelphis marsupialis), entre muchas más. Estas especies transitan del bosque seco al ecosistema de manglar.

A pesar de que este bosque es un bosque seco tropical, que forma parte del Arco Seco, donde las lluvias son escasas, las temperaturas muy elevadas y las fuentes de agua son muy insuficientes y cada tres años se pronuncia el Fenómeno del Niño, existen personas irresponsables que queman estos bosques solo para cazar iguanas y las demás especies que forman parte de este bosque, las cuales se ven obligadas a huir o muchas mueren quemadas en su huida y los árboles, que no pueden correr, muchos mueren quemados en su sitio.

Otra consecuencia que sucede cuando queman el bosque seco que colinda con el bosque de manglar es que cuando inician las lluvias la erosión del suelo se desliza hacia el manglar, cubriendo de sedimento las raíces de los mangles, provocando la asfixia, debido a que su sistema respiratorio se encuentra en las raíces, a través de las lentejuelas por donde absorben aire.

Se debería implementar un programa de vigilancia con la comunidad para que pueda denunciar quiénes son estos infractores que, lo más seguro, ellos saben, pero, con miedo a que les suceda algo, no lo comunican a las autoridades ambientales. Este problema va a finalizar cuando se integre a los moradores de las comunidades en programa de vigilancia y cuiden sus bosques como medida de mitigación para proteger el bosque.

A nivel nacional se tiene contemplado un proyecto de reforestar de un millón de hectáreas, deberíamos iniciar con las comunidades que colindan con los bosques en la capacitarlos en diferentes técnicas de reforestación y conservación de bosques. Entre los temas que se pueden implementar están: identificación de la fauna y flora silvestre, identificación de árboles semilleros, guías ecoturísticos, control de incendio forestal, apicultura, entre otros temas para conservar el bosque.

El recorrido nos dejó muy desconsolados, al no poder hacer nada por la quema de este bosque y las muchas especies que murieron en su escape del fuego, y como alternativa solo me quedó escribir este artículo con el propósito de comunicar la importancia de proteger nuestros bosques.

INGENIERO, CONSULTOR FORESTAL EN ECOSISTEMAS DE MANGLARES.

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