• 08/12/2015 01:00

El galeón San José, Cartagena, el amor

Con sorpresa el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunciaba públicamente el hallazgo de ‘uno de los yacimientos más importantes 

Con sorpresa el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunciaba públicamente el hallazgo de ‘uno de los yacimientos más importantes de la historia de la arqueología ', según sus propias palabras.

Transcurría el viernes 8 de junio de 1708 cuando zarpaba la flota cargada de tesoros hacia Cádiz, llevando toneladas de oro, plata, esmeraldas, perlas. El sonido de los cañones de una escuadra inglesa rompió la tranquilidad de la tarde. Los disparos tocaban de muerte al San José y otros buques que le acompañaban que fueron rápidamente a pique, según cuenta la historia.

El día 27 de noviembre de 2015, después de más de 300 años, había sido encontrado el galeón San José, convirtiéndose en uno de los eventos de arqueología submarina más fascinante de los últimos tiempos.

Ya en El amor en los tiempos del cólera , el nobel colombiano Gabriel García Márquez había utilizado este interesante pasaje histórico para ambientar parte de su premiada novela de amor, ambientada como otras en una ciudad caribeña colombiana que, sin lugar a dudas, era una referencia directa a Cartagena.

Desde que llegó a mis manos la noticia que ha dado la vuelta al mundo, y pensando en el complicado dilema jurídico que se avecina en los próximos meses sobre patrimonio subacuático, sobre la Ley colombiana de patrimonio sumergido, sobre el respeto a las convenciones de la Unesco y mucho más, no pude impedir el vuelo de mi mente a mi novela personal, el encuentro con Cartagena de Indias, hace ya más de un año y meses.

Cartagena hace imposible no enamorarse para toda la vida. Caminar por sus calles. Los olores, la tenue luz en sus angostas esquinas y plazas, el silencio solo roto por el galope de los caballos que tiran de los coches, la fresca brisa que corre desde el mar, sus adoquines cargados de historias, crean una atmósfera única y mística.

Llegué en la noche al Santa Clara, y quizá fui exorcizado como en Del amor y otros demonios , novela del Nobel que también ambienta en esta ciudad. Anduve sus calles, respiré su atmósfera, quedé cautivado y entre estatuas de Botero, enamorado para toda la vida. Ese será para siempre el tesoro que descubrí para mí, después de años de búsqueda.

Cuando conozcamos más sobre el hallazgo del galeón San José dentro del ‘secreto oficial ' declarado, veremos qué sucederá y sabremos finalmente si el tesoro descubierto irá a las manos de Fermina Daza, como le prometió Florentino Ariza en sus cartas de amor, empeñado en rescatar para ella el tesoro del galeón sumergido, dispuesto a nunca rendirse en la conquista de su corazón.

*PRESIDENTE DE LA CÁMARA OFICIAL ESPAÑOLA DE COMERCIO.

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