• 16/05/2015 02:00

Una victoria pírrica

Los medios de comunicación, solo superados por la iglesia y la ACP, son la institución en la que los panameños más confían

Recientemente, mediante Ley, se ha restablecido la enseñanza de la asignatura Historia de las Relaciones entre Panamá y Estados Unidos. Dicho acontecimiento ha sido celebrado por la ‘academia panameña', ya que ayudará, según argumentan y se recoge en la Ley, a salvaguardar la memoria histórica y fortalecer la identidad nacional. Ello es, sin duda, hartamente problemático, no solo por los conceptos usados en tal argumento, sino también por el contexto en el que dicho argumento es usado.

Al echar un vistazo al contexto, uno llega fácilmente a percatarse de que se trata de una asignatura que será impartida en nuestras escuelas a estudiantes que se encuentran en el nivel de media o lo que suele llamarse segundo ciclo. Si tomamos en consideración que, de acuerdo a las propias estadísticas del MEDUCA, solo el 64.1 % de los jóvenes con edad (15-17 años) para atender a dicho nivel asiste a la escuela y que al nivel universitario solo asisten un poco más de 140 000 estudiantes, rápidamente entenderemos que la institución a la que se le ha asignado el papel de ‘fortalecer la identidad nacional' lo hará de manera impropia.

Otra característica del contexto que los defensores parecen omitir es que a causa de la debilidad de la instituciones a las que históricamente se les ha asignado el rol de ‘fortalecer la identidad nacional' han sido los medios de comunicación los que han pasado a jugar el rol de configuradores de la misma. Los medios de comunicación, solo superados por la iglesia y la ACP, son la institución en la que los panameños más confían. Ello no es sorpresa, si tomamos en consideración que, de acuerdo a la cifra arrojada por el Censo 2010, el 81.4 % de los hogares panameños contaba con televisión o que por cada panameño hay dos teléfonos móviles.

La estrategia utilizada por los medios de comunicación para ‘fortalecer la identidad nacional' se aleja un poco del contenido de la asignatura antes mencionada. Su estrategia consiste en apropiarse de los productos exitosos de esfuerzos individuales y elevarlos a logros colectivos o nacionales. Usando un ejemplo ilustrativo, Irving Saladino no ganó una medalla de oro, sino que es la primera medalla de oro de Panamá en juegos olímpicos; es decir, lo que se pudo lograr gracias a un esfuerzo individual, en nada relacionado con el hecho totalmente contingente de que el que la ganó nació en Panamá, pasó a ser un logro y motivo de orgullo nacional. No hay orgullo que se siente sobre la base de defectos, no hay nacionalismo que se alimente de fracasos.

Es así que la idea del restablecimiento de la mencionada asignatura por razones de contexto, por nuestro ya añejo defecto de repetir fórmulas pasadas o —en el peor de los casos— repetir modelos que han resultado ser exitosos en otros contextos, dicha Ley pasará a formar parte de la ya bastante extensa colección de leyes que no funcionan en un país que sempiternamente ha renunciado a pensar en situación.

FILÓSOFO, MIEMBRO DE AMANTES DE SOFÍA (ADS).

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