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- 25/07/2023 00:00
Nuestros partidos: ¿políticos o empresas electorales?
Aún cobra validez, por el accionar de nuestros partidos políticos en esta sociedad, la sentencia de Nicolás Maquiavelo (1469-1527) en su obra cumbre El Príncipe: “Una nación, donde la sociedad civil, supuestamente organizada, no mueve una paja si no hay posibilidad de ganancias egoístas y materiales, no es capaz de legar nada de gran valor a sus hijos, excepto días vacíos”.
Si traslapamos dicha sentencia a la trayectoria histórica de nuestros flamantes partidos políticos, no debe asombrarnos que su mayoría responde como discípulos de esa sentencia. Para ello desgranemos brevemente su notoria presencia desde 1903 a la fecha; donde se suman 130 partidos y más de 40 coaliciones electorales; proceso que se desgrana así: año 1904, se crea, en base a la corriente liberal copiada de Europa, el Partido Constitucional, una fusión de los partidos Liberal y Conservador, como herencia asentada de la pasada unión a Colombia.
Años de 1930 a 1950: con la influencia de dos guerras mundiales y sacudimientos estructurales en muchos países de América Latina, surge partidos significativos por su raigambre popular, con una izquierda moderada, tales como el Panameñista y el Frente Patriótico de la Juventud, que se destacan por aglutinar militantes de bajo nivel económico con reclamo de un mejor nivel de vida y su rechazo a la presencia de bases militares norteamericanas en nuestro país.
Des 1968 hasta 1980, iniciado con un golpe militar para eliminar el nuevo Gobierno presidido por el Dr. Arnulfo Arias, se crea una Junta de Gobierno autodenominada Revolucionaria. Etapa que, como oposición al nuevo régimen militar, se caracteriza por el surgimiento de nuevos agrupamientos con marco cívico-político.
Del periodo 1980-1990, hasta la actualidad, se articulan diferentes partidos de diversas orientaciones ideológicas.
Actualidad: surge un proceso de fusión política con diferentes tendencias (izquierda, derecha y centro izquierda), con la presencia inaudita de las candidaturas independientes.
Conclusión - resumen: sin exigencia de mayor estudio - análisis, podemos sostener que el sistema referido a nuestros partidos políticos se ha caracterizado por su tendencia al fraccionamiento, el caudillismo, el clientelismo electoral, el fraude y la corrupción; todo producto de una consciencia dominante por las relaciones de producción imperante del factor terciario (comercio); donde todo se vende y se compra.
Es saludablemente orientador que la presencia de nuestros partidos políticos es un resumen histórico de figuras organizadas, para la participación ciudadana, que se expresan desde la antigüedad griega con definida caracterización, a partir del S. XVII, en Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos de América. Copiamos y ajustamos a nuestra realidad.
Si definimos como partido político “la asociación de individuos unidos por objetivos comunes y que persiguen como finalidad alcanzar el control del Gobierno para llevar a la solución demandas mayoritarias y vitales”, entonces, cabe preguntarnos ¿nuestros partidos cumplen con esa finalidad? ¿Son asociaciones, con seres huérfanos de ideales, que se crean con dueños propios para ser servidos, mediante el presupuesto nacional, y no servir? ¿Existe una militancia permanente, recibiendo docencia para el participar democrático? ¿Qué organismo rector supervisa, asesora y evalúa el acontecer interno de nuestros partidos?
Amigo(a) lector(a); bienvenidas tus exigidas y cívicas respuestas para el fortalecimiento de nuestra democracia con verdaderos partidos políticos y no empresas clientelistas-electoreras.