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- 15/07/2020 00:00
Estrategias en tiempos de crisis
Cuando debemos enfrentar una crisis, probablemente no tenemos tiempo para diseñar conceptualmente una estrategia, pero debemos tratar de que las líneas de acción sean asertivas, de manera que no caigamos en la improvisación.
El enfoque para abordar las líneas estratégicas de una pandemia debe ser multidimensional, de manera que podamos determinar los componentes del problema y, en función de estos, designar a quienes han de liderizar cada uno de ellos, bajo una visión sistémica, donde el resultado final sea la sumatoria de todos los esfuerzos.
Es natural que la ciudadanía piense que este es un tema de epidemiólogos, salubristas y científicos, los que naturalmente tiene una responsabilidad sustantiva, pero deben incorporase otros recursos, que tengan un carácter instrumental, para poder abordar un problema que nos ha cambiado la vida a todos los panameños.
En principio, veíamos un equipo de trabajo donde estaban representados varios sectores, de pronto sentimos una ausencia de liderazgo, las conferencias se descontinuaron porque cada uno de los interlocutores mantenía un alto perfil en sus presentaciones, hubo imprecisiones en las comunicaciones, lo que generaba incertidumbre y la lectura de documentos por quienes, supuestamente, deben conocer sus responsabilidades, crea la impresión del docente que literalmente dicta sus clases.
En el tiempo que hemos estado en esta crisis, hay lecciones aprendidas, los cambios que se han dado deben ser proactivos y en ningún momento deben significar una reversión a lo que ya hemos logrado. En estos momentos, los estrategas juegan un papel importante, apoyadas por una organización que haga posible que las decisiones se conviertan en acciones.
Debe existir un mapa conceptual que caracterice todo el fenómeno de la pandemia, y que luego las decisiones que se tomen a nivel gerencial puedan desdoblarse para implementar acciones que corresponden a los niveles regionales y locales.
Se ha reiterado que estamos en una guerra donde no se conoce al enemigo, y estas solo se pueden ganar con los mejores estrategas. Esta tarea no es fácil, tenemos que definir objetivos y obviar todo aquello que nos distraiga en lo que nos proponemos. Es lamentable que un epidemiólogo nos diga que un paciente positivo se niega a internarse en un hotel u hospital, luego le dan las indicaciones para que se quede en su casa aislado y después este sale a la calle a contagiar a otros.
Esta tarea es compleja, hay incertidumbre, a la gente le preocupa el número de contagiados, los fallecidos y la explicación que recibimos, son argumentos entresacados para decirnos que lo estamos haciendo bien, pero de igual forma, los detractores también tienen argumentos para demostrar lo contrario y al final, se convierte en un discurso estéril en el que nos estamos desgastando.
Tenemos la obligación de concientizar a la comunidad sobre lo que está ocurriendo, cuando tengamos que hacer docencia, que el interlocutor tenga facultades de docente y cuando haya algo trascendental que comunicar, que lo haga alguien que goce de credibilidad y prestigio para hacerlo.