• 11/06/2021 00:00

La música en tiempos de pandemia

“[…], hagamos de la música un gran aliado que nos motive a mantener la calma, el optimismo, y, que incite a contrarrestar los sentimientos de estrés y desesperación […]”

La música es el maravilloso lenguaje universal que une fronteras, corazones, familias, amigos, naciones y, crea un impacto positivo en el estado de salud física y psicológica de las personas. Esa vibración musical que nos transporta a experiencias gratificantes y momentos inolvidables nos ayuda a levantar el ánimo y bajar la tensión que aún provoca el coronavirus en la sociedad. Y es que, en estos tiempos de pandemia, la música se ha convertido en uno de los mejores aliados para el alma.

Algunas personas tienen un gusto específico para la música. ¡En hora buena a todos los que, sin ser artistas, cantan desde el balcón de sus casas, en el patio, en una azotea, en la bañera, caminando por las calles, o en un parque! No importa si están desafinados, lo esencial es cantar. Mantener el buen ánimo es imprescindible, y la música, es un factor esencial para reanimarnos y entrar en una frecuencia positiva, activando hormonas como la dopamina, la cual se relaciona con sensaciones de placer y relajación, dando resultados favorables para nuestra mente y nuestro cuerpo. Por lo tanto, al emprender con entusiasmo, podemos crear ondas expansivas de buena energía, y contagiar a las personas que se encuentran a nuestro alrededor.

Para el destacado pianista, compositor y jazzista panameño, Danilo Pérez, “la música tiene un poder curativo y conectivo, que ayuda a bajar la ansiedad, el estrés, brinda consuelo, inspiración, y esperanza en estos momentos de gran incertidumbre. Actualmente se debe utilizar la música para ser creativos; practicar valores como la honestidad, la armonía y el respeto en la comunidad. Estos valores son importantes para el cambio social positivo y sostenible”. (Visión XXI, SGI de Panamá).

Precisamente, la creatividad musical que menciona Danilo Pérez, pudimos apreciarla desde los primeros meses de pandemia, cuando muchas canciones, desde las clásicas hasta las modernas, se reinventaron y volvieron a sonar para todo el mundo, tales como: “Resistiré” del Dúo dinámico, “Sobreviviré” de Mónica Naranjo, y “Color esperanza” de Diego Torres. Sus letras nos recuerdan lo importante que es mantenernos firmes, optimistas y unidos ante los problemas.

Mientras tanto, los artistas de nuestra tierra istmeña, también nos han brindado, a través de sus canciones, mensajes de esperanza y de orgullo por nuestra patria. Entre ellos: Rubén Blades con el tema “Para Panamá”. Con un ritmo más suave, “Cosas que echo de menos” de Erika Ender. Y, “4 millones de virtudes”, de los Hermanos Sandoval, quienes nos motivaron a bailar con su ritmo típico.

En un ensayo cultural, el Dr. Daisaku Ikeda, filósofo, promotor de la paz y presidente de la Soka Gakkai Internacional, enfatiza: “La música, que trasciende cualquier doctrina política o ideología, es algo que le habla directamente al corazón. Solo tenemos que prestar oídos para que la música en nuestro interior comience naturalmente a resonar en armonía con la que resuena en el exterior. Esa respuesta, ese eco dentro de uno, significa para mí un tesoro, pues es la prueba de que el corazón puede trascender las barreras del tiempo, el espacio y la nacionalidad. El arte y la cultura que enriquecen el corazón y estimulan los aspectos más positivos de la naturaleza humana, tienen la capacidad de crear lazos entre la gente, a pesar de las diferencias de raza, lenguas o costumbres”.

Cabe mencionar también que, una de las modalidades que conocemos hoy día, es la musicoterapia; utilizada para estimular a las personas a desarrollar sus capacidades cognitiva, física, emocional, mental y social. Se trata de una improvisación, es decir, crear música con instrumentos o con su propia voz, de modo que exploren y expresen sus sentimientos.

En nuestro país, en la medida que sea posible, se deben realizar más presentaciones musicales en vivo, y al aire libre, sobre todo en los barrios de riesgo social, manteniendo los niveles de bioseguridad. Esta actividad crea un ambiente agradable, de mayor confianza, y ayuda a bajar los niveles de hostilidad y miedo. De esta manera, se darían a conocer nuevos artistas y se estaría apoyando a la cultura, que es fundamental para el desarrollo de una nación.

Por todo lo mencionado y mucho más, hagamos de la música un gran aliado que nos motive a mantener la calma, el optimismo, y, que incite a contrarrestar los sentimientos de estrés y desesperación que circulan por las calles. Aprovechemos esta gran oportunidad, y saquemos el artista que hay dentro de cada uno de nosotros, impregnando nuestro diario vivir con mente positiva, buenas melodías y sin rendirnos ante ninguna adversidad.

Periodista, Soka Gakkai Internacional de Panamá.
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