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- 19/08/2023 00:00
Algo huele podrido en la India Dormida
La India Dormida es parte de la identidad de El Valle de Antón y, al igual que los cerros Caraigüana, Gaital, otros cerros y áreas aledañas, es cuna de una exquisita flora y una variada fauna que se abre a la contemplación y el disfrute de quienes aquí vivimos o nos visitan.
A diferencia de los otros tesoros naturales que enriquecen la región, la India Dormida y los cerros cercanos son la fuente de agua para más de catorce acueductos rurales que suministran este vital elemento a más de 50 mil personas que viven en diversas comunidades en los corregimientos de El Valle, Caballero, San Juan de Dios y Cabuya.
En el 2009, el Honorable Concejo Municipal del distrito de Antón declaró áreas protegidas a los cerros colindantes al Monumento Natural Cerro El Gaital, que incluían a la India Dormida, el resto de los cerros y sus áreas cercanas.
Ese acuerdo del Concejo Municipal, respondía a la facultad de los Honorables Concejales para dictar medidas de protección y conservación del ambiente, y se basaba en la importancia de declarar las áreas mencionadas de interés social, económico y ecológico.
El acuerdo, entre otros puntos, acordó: (1) declarar el área del cráter como área protegida y reserva natural del distrito de Antón; y (2) autorizar a las Juntas Comunales de los Corregimientos para que, en conjunto con las autoridades competentes, ejecutaran los planes de protección, conservación y manejo sostenible de esas áreas protegidas.
Lo que también se convino en el 2009, pero que quedó como letra muerta por haber asignado de manera inapropiada las responsabilidades de ejecución correspondientes, fue la realización de los estudios técnicos por el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) y de la Dirección Nacional de Catastro y otras entidades, hoy Anati, para medir la superficie, establecer linderos y definir la adjudicabilidad de esas tierras en función de los objetivos mencionados.
De igual manera, de manera equivocada, el convenio asignó al Municipio de Antón funciones que son responsabilidad de MiAmbiente en el manejo de tierras protegidas o reservas hidrológicas. Por ello, la supervisión y el control de podas, cortes, tala de árboles, permisos de construcción y/o movimientos de tierra quedaron por 14 años sin una vigilancia adecuada.
Estas omisiones en la práctica han afectado a los pobladores del área por la falta de definición en el uso de las tierras y por la presencia y el desarrollo de actividades en las zonas protegidas, la mayoría de ellas sustentadas en la costumbre y el provecho individual, por encima del beneficio mayoritario y el interés de las comunidades de preservar las fuentes de agua.
Así las cosas, a pesar de que la India Dormida, los cerros aledaños y las áreas colindantes son áreas protegidas, el pasado julio un comerciante presentó solicitud de titulación de dos lotes de terreno, de 3.3 y 5.2 hectáreas cada uno, ubicados en la carretera que conecta el cerro de la Cruz y La Estancia, ambos a los pies de La India Dormida.
Como sustento a lo pedido, el comerciante resaltaba que en ninguno de los lotes se había encontrado minerales y que en ninguno de los dos casos existió oposición de terceras personas, como si esos fueran los criterios para evaluar la adquisición de lotes ubicados en áreas protegidas.
Las solicitudes fueron negadas por la oficina de MiAmbiente en Coclé, por razón de que en ambas solicitudes se habían equivocado en el nombre del corregimiento, y porque había un traslape de los linderos propuestos con otras propiedades existentes. Curiosamente en ningún momento MiAmbiente hizo mención de la condición de áreas protegidas.
Ante el rechazo de MiAmbiente en Coclé y la reacción de los pobladores del área para exigir el respeto a la capacidad hidrológica del área y evitar el peligro potencial de cualquier desarrollo para la fuente de agua de los acueductos rurales de cuatro corregimientos, el peticionario ha decidido trasladar sus gestiones a la sede de MiAmbiente en Panamá, diciendo, según testigos, “estos cholos no van a detener nuestro interés por adquirir esos terrenos”.
Los dirigentes de las diferentes comunidades han acudido al Concejo Municipal de Antón para llamar la atención de las autoridades y solicitar la protección y preservación efectiva de las áreas protegidas. La Comisión de Ambiente del Concejo ha entablado un diálogo abierto y franco con los moradores en búsqueda de salvaguardar los recursos hidrológicos del área en beneficio de sus comunidades. A pesar de ello, hoy decimos que todavía algo huele podrido en La India Dormida.