Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 06/10/2016 02:01
Aprendiendo a hablar y a escribir
No soy miembro de la Real Academia de la Lengua, pero sí tuve una gran profesora de Español que procuró que sus estudiantes tuviéramos buena ortografía, aparte de ser hijo y nieto de maestras; o sea, no tenía escapatoria.
En materia profesional, me he desenvuelto en el área de la comunicación toda una vida profesional de más de 35 años, lo cual me podría convertir en un crítico autorizado de mis colegas.
Es triste leer o escuchar, no solo las malas construcciones gramaticales, sino la pobre pronunciación que tienen periodistas y locutores de los medios de comunicación social local (en otros lugares también los hay, pero no me voy a referir a esos hoy), abogados y políticos, entre otros.
En este escrito voy a destacar algunas de las barbaridades que he visto o escuchado en los últimos meses, sin menoscabo a que haya muchos más.
Inicio haciendo referencia a ciertas expresiones que hemos adoptado los panameños que son incorrectas, por ejemplo el nombre de la Universidad de Panamá. No existe la ‘universidad nacional ' ni mucho menos ‘la nacional '. Igualmente, al referirse a la esposa o compañero sentimental permanente de alguien, nos referimos al (la) ‘cónyugue ', cuando debería ser ‘cónyuge ' (sin ‘u ' intercalada y se pronuncia como ‘j ').
En lo que a nacionalidades se refiere, por favor, AMERICANOS somos todos los que hemos tenido la suerte de nacer en el continente denominado ‘América '. ‘Asiáticos ', se refiere a los originarios de un continente, no es un sinónimo de ‘chino '. Igualmente, si hay personas que son nacidas en Panamá, son panameños; no veo la necesidad de especificar en algunos casos que son de origen chino, más aún si tienen dos o tres generaciones de ser panameños.
Recientemente también he percibido cómo los presentadores y reporteros de noticieros le han cambiado la pronunciación al nombre del país y de nuestras provincias. Por ejemplo, ahora se refieren a ‘Pánama Oeste ' y ‘Pánama Metro ', en lugar de Panamá Oeste y Panamá Metro. ¡El acento va en la ‘a ' final, no en la primera!
Otro error muy común que cometemos los panameños es el de decir ‘en base a ', en lugar de ‘con base en '. Este error lo cometen muchos que quieren proyectarse como que hablan muy refinadamente y están cometiendo un grave error. Igual pasa con el tristemente famoso ‘mas sin embargo ', popularizado por una exmandataria panameña.
Un mensaje dirigido principalmente a los reporteros: Existe lluvia que no es pertinaz, el agua es agua, no deben abusar de ‘el vital líquido ' y hay tranques vehiculares que no son ‘descomunales '. Sean originales y busquen adjetivos diferentes para las actividades que describen.
Recordando un gran evento mundial reciente, los Juegos Olímpicos, el nombre del país sede era BRASIL. Así se escribe en español y en portugués. Brazil , solo se escribe en inglés. En el mismo sentido, a los que hacen referencia a montos de dinero, en español el billón es equivalente a 1 millón de millones, mientras que en inglés ‘one billion ' es equivalente a mil millones. Si se quieren referir a mil millones, el término correcto es ‘1 MILLARDO '. Recientemente un banco de capital extranjero se vanagloriaba de decir que tenía más de 1 billón de dólares en patrimonio; ¡permítanme ponerlo en duda!
Para terminar este primer capítulo, quiero referirme al ‘vuelvo y repito ' que tanto utilizamos los panameños. Si están repitiendo, es obvio que están volviendo a decir algo mencionado con anterioridad, ¿verdad? Y no puedo finalizar sin mencionar algunas expresiones que no necesitan mucha descripción, pero que están tan arraigadas en nuestro léxico cotidiano que da pena, como lo son, por ejemplo, el ‘hubieron ' en lugar de ‘hubo '; ‘la calor ' en vez de ‘el calor '; el ‘haigan ' en lugar de ‘hayan '.
Tenemos un idioma espectacularmente bello. Deberíamos sentirnos orgullosos de ese legado y procurar hablar y escribir correctamente, en especial quienes lo hacen públicamente y que tanto influencian a nuestra juventud.
COMUNICADOR Y DIRIGENTE CÍVICO.