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- 13/11/2021 00:00
Fulele y Monchi: dos periodistas inseparables
Cierta mañana Fulele me hizo entrega de una fotografía de los archivos del G2, donde voy acompañando a Tristán Solarte a la Fiscalía junto a José Manuel Faundes, padre. Ese día Ana Belfón, personera durante la Era de Manuel Antonio Noriega, ordenó el arresto de Tristán, después que me dijo que faltaba poco para terminar la toma de su declaración y ya se podía ir. Había hablado con la personera Belfón, debido a que eran más de las 12:00 m, para llevarle algo de comer a Guillermo. Esa mañana me dijo Yoyi [Rodrigo Sánchez]: “acompaña a Guillermo, y cuando termina la declaración me llamas, ya que esto va ser rápido”. Fue una jornada larga, hasta que fue liberado después de haber sido enviado a la Cárcel Modelo. También ya estaban los agentes del G2 en la Secretaría de la Personería, quienes recibieron la señal y al grito de “comienza la operación” arrestaron a Guillermo. Todo obedecía a la frase “Corozo” mencionado tres veces en la columna en Pocas Palabras.
Comencé a tratar a Fulele después de la invasión de EU a Panamá, cuando el magistrado de la DRP Gonzalo Menéndez Franco nos presentó en el viejo Café Boulevard Balboa. Me encontraba en mis investigaciones del Magnicidio de Remón, y ese día me dijo Gonzalo, después que Fulele fue al baño:
“Alexis, vamos a la mesa de acá, para presentarte a Fulele”, me dijo. Estaba en la Mesa de la Papaya.
“Fulele, siéntate aquí unos minutos”, le agarró de la mano.
“Fulele, ¿tú conoces a Alexis?”, y dijo “lo he visto aquí, pero sé que es sobrino de Guillermo”. “El está haciendo un trabajo sobre Remón, y te agradezco lo ayudes”. Hubo un “como no y cada vez que necesitas algo, aquí siempre estoy en esa mesa”, señalándomela.
Durante, el primer cierre del Café Boulevard Balboa, quedamos los asiduos concurrentes sin lugar donde tomar café y conspirar. Habían pasado varias semanas, y un día que andaba buscando donde tomarme un café, por avenida Perú, oigo el grito: “Alexis”. Era Monchi, y maliciosamente me dice “andas buscando donde tomar café, estás perdido, siéntate”, y ahí estuvimos hasta que me dice: “vamos, que Fulele va a hacer el programa, ¿tú lo conoces?”, y le respondo: “sé quién es, pero no tengo amistad con él”, “vamos” me diría.
Al llegar a la cabina de radio, “Fulele” asombrado me mira, y dice Monchi: “Fulele, ¿tú lo conoces?”, y mientras seguía rompiendo sus noticias a tratar, vuelve a mirarme y dice: “habla, con confianza, dispara. ¿Tú has hablado antes en radio?”. Y le respondo “sí”, y dice “dispara, sin miedo”.
Ahí se rompe el hielo entre Fulele y yo. Al finalizar el programa, me diría: “lo hiciste bien, cuando quieras puedes venir, traes tus noticias e intervienes, trae noticias de La Chorrera”.
Y así fue como conocí a Escolástico Calvo. Entró al periodismo siendo un muchacho de 15 años en la antigua Editora Panamá América propiedad de Harmodio Arias, cuando era estudiante del Instituto Nacional.
Monchi entraría al periodismo, iniciándose como canillita. Después se graduó en el Instituto Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega, donde se graduó de bachiller en Albañilería. Su sueño era ser Ingeniero Civil, pero el día que fue a matricularse, no había cupo y le dijeron: “matricúlate en cualquier facultad, y en el próximo semestre puedes entrar aquí”. Ese día Monchi salió y buscó con su mirada una facultad que le pareciera para ir a matricularse. “Me pare al frente de la Facultad de Derecho y me gustó el edificio, y allá fui a matricularme, para cambiarme al mes siguiente”. “No regresé más y me quedé como abogado, mientras ejercía el periodismo fotográfico y escrito”, me diría.
Monchi me fue presentado por mi primo Yoyi, ya que eran viejos amigos, y Yoyi heredó la amistad con Monchi, ya que que era amigo de Tristán.
Fulele un día me dijo: “me encontraba sentado en el despacho con don Harmodio -siempre le dije don Harmodio -y llegó Arnulfo Arias y al verme se me acercó y apuntándome con el dedo índice dijo: “jovencito, usted fue el que me puso Ñame Encorbatado, ¿verdad?”.
Pasada la invasión, sufrió cárcel por su amistad con Manuel Antonio Noriega, e inicialmente estuvo en un campo de concentración de los soldados norteamericanos.
Su genialidad en el periodismo para fundar periódicos, como La Calle, y, después de la invasión, La Crónica News, que en su primera edición fue “Fotos de Ayer que Duelen Hoy”, y puso a muchos a temblar.
Ese primer número, recuerdo la entrada de Isaac Hanono a la mesa donde me encontraba con Fulele y con ambas manos le dijo: “Negro, que te he hecho yo”, causando las carcajadas de los presentes.
De Monchi, su columna Yo Acuso y las grandes fotografías tomadas durante el transcurso de su vida periodística.
Gaspar Octavio Hernández murió el 13 de noviembre mientras escribía el editorial de La Estrella de Panamá. Fulele tomó la delantera el pasado 30 de enero de 2020, mientras Monchi, sigue en el fragor de la batalla.
Va mi homenaje a estos dos inseparables periodistas en este día.