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- 01/01/2025 12:06
Expediente: el magnicidio de Remón en La Chorrera y Chitré
Hay que recordar que las investigaciones fueron asignadas a la Asamblea Nacional, debido a que Rubén Miró, autor material, confesó... que ‘este crimen fue planeado con el presidente de la República, Ing. José Ramón Guizado...”
El 17 de enero de 1955, Saturnino Flores, Segundo Comandante de la Guardia Nacional, firma la nota [Oficio] No. 353 dirigida al Fiscal Primero del Primer Distrito Judicial, en la cual comunica que mantiene detenido en el Cuartel Central a José Samudio Castillo, en relación a los sucesos ocurridos el 2 de enero de 1955, que culminaron con la muerte del Coronel José Antonio Remón Cantera. Igualmente, acompaña el informativo [declaración] recibido por la Guardia Nacional, el 13 de enero en La Chorrera a la 1:00 p.m. que Samudio fue detenido el 11 de enero, mientras iba en una chiva, una de las conocidas como “gallineras”, hacia Chitré a llevar el eje de un cigüeñal.
El 18 de enero la Fiscalía remite la documentación a la Comisión Especial de Acusación, designada por la Asamblea Nacional, en virtud de haber -dicha Comisión- avocado el conocimiento de la investigación. Hay que recordar que las investigaciones fueron asignadas a la Asamblea Nacional, debido a que Rubén Miró, autor material, confesó en la ampliación de su declaración -el 14 de enero- que “este crimen fue planeado con el presidente de la República, Ing. José Ramón Guizado, [al momento del crimen era primer Vicepresidente y Ministro de Relaciones Exteriores]. “Él lo inspiró. Él y yo somos los responsables”. El autor intelectual fue juzgado primero y condenado, mientras que el autor material y demás involucrados fueron juzgados y absueltos dos años después por un jurado de conciencia.
¿Por qué es detenido Samudio?
“Íbamos en el ferry, cruzando el Canal, inició el señor propietario de la chiva en que viajábamos una conversación sobre el asunto de un periódico que leía él en ese instante, de que Costa Rica estaba invadido”, le contesté yo: “quieren hacer tal como una sucieza que han hecho aquí”; volviéndole a repetir: “fíjese una cosa, cuando a uno le quiere convenir algo; en el asunto del 10 de mayo tanta bala que hubo en la Presidencia y no hubo una que se apoderara del Dr. Arnulfo Arias, solo al coronel Remón, como si hubiera sido una cosa que él la hubiera debido”. Y, me contestó él a mí: “¿cree usted que la debe?” De nuevo le dije: “yo no”. Hasta allí llegó la conversación de Samudio y el propietario de la chiva: silencio total, hasta que llegaron a La Chorrera, y el dueño con su chofer se dirigió hacia la caseta de control de tránsito de la Guardia Nacional. La conversación duró 15 ó 30 minutos, de ahí siguió hacia la Policía, acompañado de un Teniente, con la cédula de cada uno. Luego de una hora a hora y media mandaron a bajar a Samudio y a su compañero, Eulalio Peña, a quien citarían como testigo de la conversación. Le registraron las maletas y todo, saliendo el capitán, ordenó a un sargento que arrestara a Samudio, y “póngalo a órdenes de la Comandancia”, y allí terminó todo.
Correspondió al mayor Antonio E. Ruiz tomarle el informativo y al atribuirle a Samudio la frase: “eso nunca sería descubierto”. Samudio lo negó. Y, es entonces cuando le pregunta si él había manifestado: “que eso nunca sería descubierto. Que a Arnulfo Arias le habían tirado tantas balas en la Presidencia y no lo habían matado, y que al coronel Remón con una sola bala lo habían matado, porque la debía? ”. Al negarlo, aclaró que: “Quieren hacer una sucieza igual a la que han hecho en Panamá. Esto refiriéndome a los sucesos de Costa Rica”. Y, seguidamente agregó: “Fíjese una cosa, el día 10 de mayo aquí tanta bala que hubo en la Presidencia y no hubo una que se apoderara del Dr. Arnulfo Arias, en cambio al coronel Remón. Cuando a uno está para pasarle una cosa, así le va a suceder. El coronel Remón que no la debía”. Y, sobre si la debía, inmediatamente contestó: “No, señor”. Al preguntársele si conocía a Remón, lo negó. “Solo por fotografía, ni nunca me llamó la atención ni él, ni su política, puesto que como mi trabajo es de capitán de barcos y como no sé leer ni escribir, no puedo aspirar a un puesto de gobierno, ya que siempre me encuentro en el agua ganándome mis alimentos”, respondió a la pregunta.
El 21 de enero, mediante Nota No. 17, Diógenes Alberto Pino, presidente de la Comisión Especial Investigadora, decretó la libertad provisional de Samudio.
Al igual que en Chitré, “Chingo” Madrid lanzó frases borracho en La Macarela, escuchado por los policías Cristóbal Falcón, José Cedeño Trejos y Víctor Rodríguez, gritaba que “la Guardia estaba acostumbrada a joder a los pendejos, yo fui quien lo maté porque no cumplía con nuestra Constitución; ahora, hagan de mí lo que quieran. Mátenme si son hombres”. Pero éstos negaron haber escuchado que “Chingo” mencionara el nombre del presidente Remón y coincidieron en conocerlo como un borracho impertinente, a pesar de que oyeron cuando gritaba, estos coincidían con lugar, hora y modo ser el asesino de Remón. “Chingo” fue llevado a la Alcaldía por borracho consuetudinario, el alcalde lo procesó e inmediatamente declinó la competencia porque hay un asesinato. Lo pasa a la Fiscalía, le toma declaración y a las unidades de la Guardia Nacional y ésta lo traslada a la Fiscalía en Panamá que investigaba el Magnicidio de Remón. Todo esto sucede en un solo día, mientras que a Samudio lo arrestan por la interpretación de una frase en una conversación sobre una noticia de un periódico, relativa a Costa Rica, que escuchó el dueño de la chiva en que viajaban. Éstos fueron hechos curiosos del magnicidio del 2 de enero.