Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber
En la plaza toca:
Porque Puma Zumix Grupo juvenil que interpreta...
E rin Brockovich, una mujer audaz. ‘Ella puso un pequeño pueblo a sus pies y a una gran compañía de rodillas’, frase de promoción de esta dramática película de la vida real, que dirigió Steven Soderbergh, con las magistrales actuaciones de Albert Finney y la estupenda Julia Roberts.
Trata de una oficinista en una pequeña firma de abogados que, pese a la poca educación escolar ni formación universitaria, intrigada por la coincidencia de dossiers de indemnización inmobiliaria y solicitudes de atención médica de las mismas personas, investigó, encontrando contaminación del agua potable por cromo hexavalente. Eso la convirtió en figura elemental en la elaboración del caso contra la Pacific Gas and Electric Company (PG & E), de California en 1993, lo que logró el pago de cientos de millones de dólares a la comunidad afectada.
Actualmente es la presidenta de Brockovich Investigation & Consulting, empresa de consultoría, que continua luchando a favor del medio ambiente. En 2007 ha retornado uniéndose a activistas antiminas australianos, convencidos de que esta batalla es por sus propias vidas. La activista ha dicho que la historia podría repetirse en la pequeña población de Yarloop, al Sur de Perth, donde los residentes se han quejado de problemas de salud, que atribuyen a las emisiones de la cercana refinería de bauxita de Alcoa.
Qué mejor marco de referencia, cuando vemos la tenacidad, entereza y firmeza de esta mujer humilde y valiente como lo es Silvia Carrera, cacica de la Comarca Ngäbe Buglé. Su lenguaje llano y sencillo, pero de gran elocuencia, es digno de admiración y respeto. Ella se ha convertido en un faro de luz ante la oscuridad de ignominia e injusticia contra los desposeídos y marginados. Sin temor a equivocarme, estoy seguro de que esta dirigente indígena se ha convertido en una lideresa nacional, que ha trascendido nuestras fronteras. Ya no solo se trata del apoyo de sus congéneres originarios, sino del resto de la sociedad, que día a día entiende el porqué de esa fuerza y convicción en la lucha por la defensa de sus intereses, que indudablemente son los de todos los panameños.
Con repetida frecuencia escuchamos la expresión, ‘No se puede detener el desarrollo’, para tratar de justificar proyectos que, por irresponsable actuación de empresas y gobernantes, han causado daños irreversibles a nuestro ambiente y a la salud de los ciudadanos. Paralelo a ello es infructuoso el encontrar la forma de rectificar y resarcir económicamente a quejosos.
En el distrito de La Chorrera, específicamente en el corregimiento del Arado, la planta termoeléctrica emite gases tóxicos que están afectando comunidades aledañas. En Barrio Colón, una cementera, que fue autorizada en pleno centro urbano, baña prácticamente todos los días de nubes contaminantes a los vecinos del lugar. ¿Y las autoridades de salud? ¡Ni esta boca es mía! Es por ello que no podemos dejar que nos confundan con relación a la lucha que con toda razón encabezan Silvia Carrera e indígenas. Unamos conciencia para decir NO a quienes, por la avaricia y el dinero, destruyen la vida, la nación y dignidad humana.
‘Creemos que vivimos en un gran mundo, pero realmente es más pequeño de lo que piensas’, Erin Brockovich.
DELEGADO Y DIRECTOR NACIONAL DEL P.R.D.