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- 13/10/2022 00:00
Enterré a la mujer del 'paraguas negro'
Hay personas que viven en el recuerdo de los panameños por pequeños detalles que se eternizan en la memoria de una generación y muchas veces atraviesan a varias generaciones. Los que vivimos los años del 70 y 80 nos acostumbramos a ver a Omar Torrijos con un habano cubano y a Demetrio Lakas con la guayabera. Arnulfo Arias con su boina negra vasca y el sombrero a la pedrada, Ricardo Arias Calderón con su estrella verde en la solapa de su camisa, los liberales con la campana como insignia y a los republicanos con el vena'o, los comunistas con su estrella roja. Los estudiantes universitarios con los símbolos internacionalista del Che, Fidel, Marx, Mao y otros que surgieron como relámpagos por estas tierras nuestras.
Esta introducción viene a mi memoria a raíz del testimonial que recién escribí en forma de libro y que titulé: EL VERANILLO DEMOCRÁTICO DE OMAR TORRIJOS Y NOSOTROS, 45 años después. Un homenaje a la lucha del estudiantado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá por mantenerla CRÍTICA, COMBATIVA E INDEPENDIENTE y también por el valor, siendo esa oposición universitaria contra la “dictadura dura y la dictadura suave”, la que se atrevió a reunirse con Omar Torrijos aquel 14 de septiembre de 1977, que sembró el “famosos veranillo democrático” con las libertades públicas para debatir los dos tratados firmados por Omar Torrijos en la OEA, que poco a poco “democratizó la República”.
En esos recuerdos de hace 45 años, hice un intentó por recordar a compañeros, profesores y a ciudadanos, que dentro del acuartelamiento de la sociedad panameña por los militares y sus aliados civiles desde 1968 a esos días, lucharon dentro de las realidades, por las libertades democráticas. Traté de ser lo más puntual, consulté y pedí ayuda a los amigos de aquellos años, no todos lo hicieron. Era y soy consciente de que faltaron muchos que no nombré en esos escritos, como fue mi intención, pero preferí pecar de olvidadizo (no sectario) y plasmar a los que mi memoria y el apoyo de algunos compañeros me dictaron. Seguiré pidiendo disculpas a los que no mencioné, pero debía dejar plasmado mi homenaje a los muchos que lucharon con su militancia democrática y cívica.
Toda esta historia viene para recordar a una dama de la élite tradicional panameña que vistió con gallardía la pollera nacional en Suiza. Esta dama que se llama ELVIA LEFEVRE, yo la enterré en mis recuerdos, lo mismo que casi entierro también a Alma Robles y a Fulvia Morales, fundadoras de la Unión Patriótica Femenina, a las cuales había perdido de mi radar y al preguntar a unos y otros, nadie me dio señales de su vida. Alma y Fulvia se salvaron por mi amiga Nazarena Navas.
¿Y qué tiene de particular ELVIA LEFEVRE DE WIRZ? Para la generación de hoy, nada, para los que luchamos contra la dictadura dura y suave y contra los tratados, muchos recuerdos. ELVIA se distinguió por su lucha solitaria, vestida de negro y un paraguas, igualmente negro. Protestaba frente al Ministerio de Relaciones Exteriores y la Procuraduría, pidiendo democracia y libertades democráticas. No le pidió a nadie que la acompañara. Ella sola, sin pedirle permiso a nadie, empezó esta protesta solitaria. Cuando a Miguel Antonio Bernal casi lo matan a palos los del G2, en aquella protesta convocada para rechazar la llegada del Sha de Irán en diciembre de 1979, allí estaba ella, tratando de librarlo de la palera, lo mismo que Víctor Navas, exponiéndose esa mujer bajita, delgada y frágil a la palera. Ella, mujer acomodada económicamente, nada ganaba con sus protestas cívicas.
Cuando los tiempos cambiaron, ella se apartó de su protesta singular y patriótica de aquellos años. No pidió cuartel ni exigió recompensa por su lucha solitaria.
Yo la enterré sin querer en mis recuerdos y seguramente muchos otros también la habrán enterrado a esta mujer singular y patriótica. Yo estuve muchas veces a su lado y doy testimonio de su valentía, sin vanidades. Y este escrito quiere ser un HOMENAJE sincero a esta luchadora y a las damas de la UNIÓN PATRIÓTICA FEMENINA, organización cívica, mujeres merecedoras de un HOMENAJE por los muchos llamados, ahora, “demócratas y civilistas”, gracias a la “Operación Causa Justa”.
Hasta Suiza, un abrazo sincero a la MUJER VESTIDA DE NEGRO Y CON EL PARAGUAS NEGRO de aquellos años. Felizmente está viva. Lo mismo que Alma y Fulvia.
Lima, Perú, a los 119 años de nuestra Separación de Colombia y el nacimiento de la República Independiente.