• 26/05/2024 00:00

El hombre que inventó el dinero

[...] El antiguo fugitivo fue nombrado ministro de Finanzas, convirtiéndose en el súbdito más poderoso de Europa y posiblemente en el hombre más rico que jamás haya existido [...] Increíble que el padre de la banca moderna haya siso un sinvergüenza y maleante de cuello blanco

En 1694, un joven escocés condenado por asesinato en Londres huyó al continente europeo. Dos décadas más tarde apareció en París, donde fundó un banco y dirigió una empresa que incorporó todos los monopolios comerciales que tenían Francia en el extranjero y absorbió toda la deuda nacional del país. Los nuevos billetes de papel del banco reemplazaron la antigua moneda de oro y plata. El valor de las acciones de la compañía se disparó extravagantemente. El antiguo fugitivo fue nombrado ministro de Finanzas, convirtiéndose en el súbdito más poderoso de Europa y posiblemente en el hombre más rico que jamás haya existido. Sin embargo, a principios de 1720, la burbuja estalló y su creador se encontró una vez más en el exilio y casi en bancarrota.

Su nombre era John Law y tenía una novedosa idea sobre el dinero. La opinión convencional en su época, y durante mucho tiempo después, era que el valor del dinero derivaba de los metales preciosos como oro, plata o cobre, a partir de los cuales se fabricaba. John Locke decía en la década de 1690 que la plata es el instrumento de comercio por su valor intrínseco; John Law descartó tales nociones al señalar que el dinero no era más que una vara de medir abstracta destinada a medir el valor de otras cosas.

Ese ingenioso cambio en las apreciaciones de Law equivalió a una revolución monetaria. Una vez que se reconoció que el dinero no tenía valor intrínseco, se siguió que la acuñación ya no necesitaba estar respaldada con metales preciosos. Esto abrió la posibilidad de manipular la oferta monetaria y las tasas de interés para impulsar el comercio. Law elaboró la economía de sus proyectos con una brillantez y profundidad que lo sitúan en las primeras filas de los teóricos monetarios de todos los tiempos. Su idea anticipó la desmonetización del oro en 1971 y permitió el colapso del sistema monetario de Bretton Woods que había requerido que los países participantes respaldaran parcialmente su moneda con oro.

Law tuvo suerte de que Francia estuviera bajo el gobierno de Philippe d’Orleans, quien estaba dispuesto a intentar cualquier cosa para restaurar las arruinadas finanzas tras las interminables guerras de la época. En 1716, Law recibió permiso para abrir el primer banco por acciones de Francia, conocido como el Banco General. Unos años más tarde, esta institución se transformó en el primer banco central del país, por lo que pasó a llamarse Royal Bank.

En 1717, Law fundó la Compañía del Oeste para adquirir la tierra y los derechos comerciales de Luisiana. Poco después, se fusionó con otras compañías de Francia en el extranjero: la Compañía de Senegal, la Compañía de las Indias Orientales y la Compañía de China, y pasó a llamarse Compañía de Indias. La empresa también adquirió los derechos del monopolio del tabaco de Francia, Royal Mint, y la recaudación de impuestos; y finalmente, a cambio de un pago anual en efectivo, se hizo cargo de todas las deudas del rey francés, una suma aproximadamente equivalente a la renta nacional anual del país.

Law necesitaba un precio alto de las acciones para persuadir a los tenedores de deuda pública de cambiar sus valores por acciones de la empresa y empleó una variedad de trucos para este fin. La compañía también pidió prestado para recomprar sus propias acciones. La emisión de billetes del banco en ese momento se acercaba a los mil millones de libras, y el precio de las acciones estaba cerca de las 10 mil libras: un aumento de veinte veces en un año. Para poner eso en perspectiva, este aumento estratosférico de precios supera al de bitcoin durante su vertiginoso ascenso de 2017. En enero de 1720 la Compañía del Oeste valía el doble del PIB de Francia. En comparación, Amazon sería una tienda de hilos y dedales.

El proyecto de Law comenzó a fallar cuando los grandes nobles comenzaron a cobrar sus ganancias, revirtiendo así la alquimia de Law de convertir el oro en papel. Law intentó en vano impedir que los especuladores cobraran y llevaran sus ganancias al extranjero. Y en 1720, se enfrentó a un dilema: podía continuar imprimiendo dinero para mantener el precio de las acciones de la empresa y correr el riesgo de una inflación galopante y una crisis monetaria, o podía retirar el exceso de billetes de la circulación, desinflando así la burbuja. Al final, Law eligió la segunda opción. Cuando estalló la burbuja (las acciones de Oeste perdieron alrededor del 80% en tres meses), estallaron disturbios en París y la mafia hizo pedazos el carruaje de Law.

A principios de 1721, menos de un año después de haber sido nombrado controlador general de finanzas y primer ministro de Francia, Law se fue al exilio, viajando bajo un nombre ficticio por Italia y Alemania. Eventualmente en 1729, después de cenar en Venecia con el ministro británico durante el Carnaval, Law contrajo neumonía. Un mes después murió a los cincuenta y siete años. Increíble que el padre de la banca moderna haya siso un sinvergüenza y maleante de cuello blanco.

El autor es empresario
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