• 15/12/2024 00:00

El cese y su desafío

Hace casi un año, Cobre Panamá, la mina de cobre más grande de Centroamérica, operada por Minera Panamá (filial de la canadiense First Quantum Minerals), cesó operaciones abruptamente. Esto creó una situación económica imposible de ignorar...

Históricamente, la minería ha sido clave para el desarrollo económico, promovida incluso por las Naciones Unidas desde los años 60. Es un motor esencial para el crecimiento económico y la estabilidad laboral del país. Ha transformado economías locales al generar empleos, desarrollar infraestructura y aumentar los ingresos tributarios. Ejemplos como Perú y Chile demuestran que es fundamental para el crecimiento económico y la estabilidad financiera.

Hace casi un año, Cobre Panamá, la mina de cobre más grande de Centroamérica, operada por Minera Panamá (filial de la canadiense First Quantum Minerals), cesó operaciones abruptamente.

Esto creó una situación económica imposible de ignorar, ya que genera adversidades, afecta sectores y compromete la economía.

El impacto fue inmediato en el panorama laboral, y las proyecciones indican que la tasa de desempleo nacional podría alcanzar el 9 %, con unos más de 193.000 desempleados.

La estrecha interdependencia entre la minería y la economía local ha quedado claramente expuesta tras la paralización, que afecta a más de 1.600 proveedores que emplean a 20.000 personas.

En este artículo quiero referirme especialmente a las pymes dependientes de contratos. Ellas representan el 75 % de los proveedores de la empresa y enfrentan la pérdida de pedidos, disminución de ingresos y cierres.

En relación con las compras realizadas en 2023, Cobre Panamá adquirió bienes y servicios por casi $900 millones.

Penonomé y Aguadulce, que experimentaron un crecimiento notable en los últimos cinco años, ahora enfrentan un riesgo significativo. Se estima que algunos sectores perderán alrededor de $600 millones en ventas: arquitectura, ingeniería, expendio de gasolina y diésel, servicios jurídicos-contables, transporte de carga, agroalimentos y alquiler de vehículos y maquinaria.

En su momento, escuché una entrevista que me llamó particularmente la atención. Era de Yirimel Real, dueña de una pyme de transporte y proveedora de la empresa. Describía la magnitud del impacto: “Nosotros, como empresa coclesana, crecimos de la mano con la mina. Mi papá comenzó hace más de tres décadas como conductor de autobús y, poco a poco, se convirtió en proveedor local. Cobre Panamá nos enseñó a trabajar bien, una experiencia compartida por otros proveedores”.

En julio de este año, los proveedores se unieron y enviaron una carta al presidente Mulino, destacando la urgente necesidad de reactivar la minería sostenible que se practicaba en los corregimientos de Donoso y Omar Torrijos.

Hoy, reactivar la minería en Panamá representa una oportunidad similar debido a la creciente demanda global de cobre, esencial para tecnologías de energía renovable.

Implementar prácticas mineras sostenibles maximizará los beneficios mientras se protege el medio ambiente y se restaura el bienestar de las comunidades afectadas.

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