• 23/09/2016 02:01

Cómo conocí y polemicé con el Dr. Ricardo J. Alfaro (II)

El derecho de aprobación y ratificación es una conquista política del pueblo sobre el principio del origen divino de los reyes

El Dr. Ricardo J. Alfaro, sostuvo lo siguiente: ‘El Canje de Notas Eleta-Adair no es susceptible de aprobación por la Asamblea Nacional, debido a que constituye una modalidad de ‘acuerdos en forma simplificada' y este tipo de acuerdo es obligatorio desde el momento mismo de la firma, con prescindencia absoluta de la participación legislativa. La materia del Canje de Notas Eleta-Adair es ‘cosa de carácter provisional y temporal por una parte y urgente por la otra, y no implica para la República compromiso que exija la celebración de un tratado solemne'. (‘El Dr. Ricardo J. Alfaro opina sobre el alcance del Canje de Notas Eleta-Adair', El Mundo, 1 de mayo de 1966) '.

Según esto, el acuerdo no tenía que ser ratificado por la Asamblea: ‘Se ha pensado que, dada la naturaleza del asunto sobre el cual se consumaba el acuerdo, y dada la urgencia que reviste una investigación que debe repercutir tan profundamente en la vida nacional, un canje de notas era y es instrumento apropiado para hacerlo efectivo y que para llevar a cabo el propósito que tenían en mira las dos naciones no era necesario un tratado público o convenio formal como los que se celebran con todas las solemnidades y requisitos establecidos para pactar derechos y obligaciones constitutivos de una relación de carácter más o menos permanente y que comprometan los poderes, derechos e intereses de cada parte en medida grave '. (‘Por Canje de Notas acordaron EE.UU. y Colombia exploraciones y estudios sobre el canal a nive l', La Estrella de Panamá , 7 de noviembre de 1966, p.1, col. 1).

Respetuosamente, mi posición sostenía lo contrario: ‘El derecho de aprobación y ratificación es una conquista política del pueblo sobre el principio del origen divino de los reyes. El Canje de Notas es una modalidad de tratado, y su forma externa no lo exime de tener que atravesar por el proceso constitucional de la ratificación; sobre todo, por la calidad y el alcance de los compromisos adquiridos '.

‘Ha debido precederse el Canje de Notas Eleta-Adair por una amplia y circunstanciada consulta ante la opinión pública, además de haber sido enviado a la Asamblea Nacional para someterlo al proceso de su aprobación. La ratificación no es una formalidad de orden interno, sino una condición intrínseca de validez. De la misma manera que no hay consenso sobre el empleo de un canje de notas, tampoco hay un entendimiento sobre cuáles asumirán forma ‘solemne' y cuáles, forma ‘no solemne'. Todo lo cual nos confirma una vez más que la cuestión de la forma es secundaria y no es válida para discernir si el acuerdo debe ser sometido a la Asamblea Nacional '.

‘No alcanzamos a comprender por qué si la materia tratada en el Canje de Notas roza cuestiones de vital interés para el país —a la vez que orienta el proceso de las negociaciones por un sendero distinto del acordado en la Declaración Conjunta— el mismo no ha sido sometido a la Asamblea Nacional. Tampoco entendemos por qué se ha celebrado este compromiso en un canje de notas y se ha seguido el procedimiento de una diplomacia secreta que permite la divulgación del objeto del acuerdo después, y no antes, de su celebración '. ( El Panamá-América , 20-28 de abril de 1967. Yao, págs. 63-85).

Jorge Turner sostiene: ‘Los tres ensayos sobre canjes de nota es lo más completo que se ha escrito en Panamá al respecto. Apoyado en las fuentes del Derecho Internacional, en abundante doctrina extranjera y nacional y en la debida interpretación de nuestras disposiciones constitucionales, (Yao) llega a la conclusión básica: ‘El Canje de Notas Eleta-Adair es un tratado y, más por su alcance jurídico-político que por su forma, ha debido ser enviado a la Asamblea Nacional' (Yao, pág. 22) '.

La Universidad, el Colegio de Abogados, el Magisterio Panameño Unido y el pueblo rechazaron los proyectos Robles-Johnson, lo cual dejó a ambos países sin alternativas que negociar, y ello influyó en el golpe del 11 de octubre de 1968.

Al finalizar la polémica recibí una llamada sorpresiva del doctor Alfaro. Amablemente me confió: ‘Julito, deseo felicitarte por tu brillante exposición. Estoy de acuerdo contigo, pero no puedo continuar porque, como asesor de la Cancillería, no puedo apartarme de los lineamientos del Gobierno '.

Le dio la razón a Domingo H. Turner, quien, refiriéndose a Alfaro, había dicho: ‘Hasta el sol tiene manchas '.

*ANALISTA INTERNACIONAL, EXASESOR DE POLÍTICA EXTERIOR Y ESCRITOR.

Lo Nuevo