• 31/03/2024 00:00

Domingo de Pascua: Compromisos políticos y ciudadanos

Debemos abogar por el uso del diálogo abierto y sincero como la herramienta principal para resolver disputas, en particular aquellas que afectan el tejido social, con un enfoque siempre puesto en la justicia y la igualdad

En este Domingo de Pascua, faltando 25 días para nuestras elecciones generales, los panameños debemos reforzar el propósito de enmendarnos, proponernos mejorar, y no ceder a los placeres que se nos presenten como buenos cuando en realidad no lo son. Y si por desgracia, volviéramos a caer, tendremos que recomenzar cuantas veces sea, hasta rectificar y ordenar adecuadamente nuestra vida.

En este contexto del “propósito de la enmienda” para no apartarnos de lo recto y justo, le dedico este artículo a proponer algunos principios que deben guiarnos a todos a cumplir con la promesa que haremos hoy de no volver a apartarnos de lo recto y justo, ajustando nuestras vidas y comportamientos a los preceptos y enseñanzas de Jesús.

Para comenzar, el compromiso de los políticos, independientemente de su afiliación partidista, debería estar guiado por principios de ética, transparencia, responsabilidad y servicio al bienestar común.

Deben comprometerse - y demostrarlo con indicadores en sus planes de gobierno - a respetar las leyes y los principios democráticos, incluyendo la libertad de expresión, el pluralismo político, y el respeto a los derechos humanos; actuando siempre dentro del marco legal y ético. En ese sentido, es obligatorio el compromiso con actuar siempre con honestidad, evitando cualquier forma de corrupción, nepotismo o abuso de poder. Igualmente imperativa, será la transparencia en todas sus gestiones y decisiones, permitiendo que el público acceda a información relevante y comprensible. Además, es esencial que se responsabilicen de sus acciones y decisiones, siendo sujetos a escrutinio y evaluación por parte de los ciudadanos y otras instituciones.

En ese argumento de actuar con honestidad y transparencia, el compromiso debe priorizar el interés general sobre los intereses particulares o de grupo, buscando el mayor beneficio para la mayor cantidad de personas. Esto implica una dedicación a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, promoviendo la equidad, la justicia social y el desarrollo sostenible. Para conocer cuál es el mandato ciudadano, deben comprometerse a promover el diálogo constructivo entre diferentes sectores de la sociedad, incluyendo a la oposición política, la sociedad civil y el sector privado; pues la cooperación y el trabajo conjunto son esenciales para abordar los desafíos complejos que enfrentan las sociedades actuales. Y, ¡por favor!, que los acuerdos que se alcancen, no tengan el mismo destino que muchos otros diálogos que los panameños hemos llevado a cabo.

No menos importante será considerar - pues no hemos avanzado lo suficiente - los seis elementos establecidos por el exsecretario general de la ONU, Ban Ki-moon en su informe de síntesis sobre la Agenda de Desarrollo Sostenible después de 2015. Estos incluyen: erradicar la pobreza y combatir las desigualdades; promover la salud, la educación y la inclusión de mujeres y niños; fomentar una economía sólida y transformadora; proteger los ecosistemas; asegurar sociedades pacíficas y con instituciones fuertes; y fortalecer la solidaridad global. Estos principios deben ser prioritarios en el compromiso de los candidatos electorales.

En este punto, resulta imprescindible destacar la importancia del compromiso personal de cada uno de nosotros, pues las promesas de los políticos por sí solas no son suficientes. Es crucial que nos dediquemos a revitalizar nuestros valores, cimentándolos en una ética cívica robusta. Debemos fomentar valores que forjen una sociedad caracterizada por la tolerancia, el respeto y la solidaridad hacia nuestros semejantes, nuestro entorno natural y los bienes comunes. Es vital que aprendamos a aceptar las ideas, prácticas y creencias de otros, aunque difieran o contraríen las propias, evitando caer en disputas inútiles. Debemos abogar por el uso del diálogo abierto y sincero como la herramienta principal para resolver disputas, en particular aquellas que afectan el tejido social, con un enfoque siempre puesto en la justicia y la igualdad.

Por su parte, el sector privado, reconocido como un colaborador esencial en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados a nivel global, debe reafirmar y potenciar su papel como impulsor de un desarrollo económico que sea tanto inclusivo como justo. Esto implica generar empleos de calidad e inversiones que promuevan una distribución equitativa de la riqueza, lo que a su vez mejorará las condiciones de vida de la población. Igualmente crucial es el compromiso de este sector de realizar sus contribuciones fiscales adecuadamente, permitiendo así que el Estado disponga de los medios necesarios para implementar de manera transparente y eficaz las políticas y estrategias de desarrollo.

Finalmente, los ciudadanos tenemos otro compromiso que hacernos en este Domingo de Pascua de Resurrección. Nos corresponde superar la apatía y la indiferencia, abandonar nuestra comodidad y cumplir con nuestro deber cívico y moral de participar activamente en el vital ejercicio del control social sobre las acciones de las autoridades y empresarios. Esta tarea requiere valentía, entusiasmo y un espíritu optimista para asegurar la rendición de cuentas y la adecuada gestión de los compromisos que impactan en nuestra sociedad.

El autor es médico, exrepresentante de la OMS
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