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- 11/04/2024 23:00
Distrito de Barú, destino turístico especial
El distrito de Barú, situado en la región suroccidental de la República de Panamá, colindante con Costa Rica en la provincia de Chiriquí, es hogar de la icónica Península de Burica. Fundado en 1941, su cabecera, Puerto Armuelles, se destaca como uno de los enclaves más remotos de la nación. Durante el apogeo del siglo XX, compitió con las urbes más grandes del país, gracias al florecimiento de la industria bananera liderada por la Chiriquí Land Company, que desde 1927 impulsó la exportación de bananos hacia distintos destinos internacionales, marcando así una era dorada conocida como el “oro verde”.
La pintoresca ciudad de Puerto Armuelles, epicentro económico y político, alberga una rica historia y está emergiendo progresivamente como un polo turístico. Ubicada en las costas del Pacífico, su paisaje marino costero ofrece un panorama de lujo. La ciudad cuenta con una completa infraestructura que incluye supermercados, tiendas, hoteles, hostales, entidades bancarias, restaurantes, bares, estaciones de combustible y demás servicios esenciales tanto para los residentes locales como para los visitantes. Durante las noches, el puerto adquiere un encanto propio de los pueblos costeros tropicales, lo que sugiere un potencial desarrollo de una vibrante vida nocturna y una oferta turística diversificada, similar a la que se encuentra en otros destinos internacionales, aprovechando así el atractivo natural que posee la localidad.
Barú se distingue por su impresionante diversidad biológica, resultado de su ubicación geográfica y su pasado geológico. Se considera que Punta Burica fue uno de los puntos calientes que se unieron al continente hace aproximadamente tres millones de años, lo que ha influido en la riqueza de especies de plantas y animales que habitan la península.
El distrito es un paraíso para los amantes de la naturaleza, ya que alberga una variedad de especies, incluidos cuatro tipos de primates, ocho de las aves difíciles de observar que habitan Panamá, así como plantas endémicas en peligro de extinción, como el Palo de Culebra y el Sangrillo Negro, este último originario de Puerto Armuelles.
Las playas de Barú constituyen uno de sus principales atractivos turísticos, ofreciendo un entorno seguro y acogedor para los visitantes. Con una veintena de extensas playas de arena gris, como San Vicente, Las Mellizas, Puerto Balsa, Punta Burica, Limones, Mi Ranchito, Pez de Oro y Coco Beach, entre otras, el distrito posee un vasto potencial turístico que, debidamente promovido y conservado, puede impulsar el desarrollo económico de la región.
La Reserva Forestal de Barú casi en medio del espacio urbano de la ciudad, representa un importante paso hacia el fomento del ecoturismo en la zona. Esta reserva, junto con la Reserva Forestal Corpachí en el corregimiento de Limones, la Reserva Forestal de San Bartolo, la Reserva Forestal de Chorogo y otros fragmentos de bosques muy húmedos originales que cubren las colinas más recónditas del Barú, ofrecen oportunidades para la conservación de la biodiversidad y la educación ambiental, enriqueciendo así la oferta turística especializada del distrito.
Es imperativo que las futuras autoridades, tanto locales como nacionales, impulsen un modelo de turismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente, que eleve el perfil de Barú como un destino turístico único, apto para viajeros nacionales e internacionales. Como profesional en turismo ecológico, el autor aboga por la protección y promoción de los valores naturales y culturales de esta región, asegurando así su preservación para las generaciones futuras.