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- 19/08/2021 00:00
El dilema de la lluvia
Al iniciar la lectura de este artículo, lo primero que se preguntarán es ¿a qué obedece este título? Muy sencillo, nuestro hermoso país tiene cosas muy interesantes, especialmente el comportamiento de la lluvia. Es común que un domingo temprano usted se levante y observe la maravilla del nuevo día, un sol precioso y el indicativo de un buen momento para disfrutar en familia. Comienza a realizar los preparativos para un buen asado y organiza detalladamente cada paso, pero ¿qué cree usted? A golpe de mediodía, el cielo se va nublando y cae tremendo chaparrón, adiós barbacoa. Es normal, el tiempo cambia y es frecuente, no ofrece la oportunidad de prepararnos para algo diferente. Esto pasa cualquier día de la semana, aún en temporada no lluviosa.
Si aún no encuentra parecido, aunque la analogía es tan obvia (como dice la canción de Arjona), hacemos alusión al comportamiento del actual Gobierno. No han terminado de tomar una acción correcta o incorrecta, cuando de repente se salen con otra. Ya no sabemos dónde meter la cabeza sin esperar que llegue el porrazo.
Casualmente, la semana pasada salen con la presentación del Ante Proyecto de Presupuesto 2022. Un incremento por el orden de 881 millones de balboas en relación con el año anterior. Una cifra por encima de los 25 000 millones de balboas, donde sobresalen dos conceptos importantes: planilla y deuda. No es suficiente llegar al 10 % de déficit fiscal en relación con el PIB, una relación deuda - PIB del 70 %, compromisos que alcanzarán a final de año un monto superior a los 40 000 millones de balboas, la vieja práctica de cuadrar presupuesto compensando gastos con deuda, y lo peor, creando una empleomanía increíblemente poco productiva. En realidad, se están generando salidas improductivas y poco o nada de inversión.
Nuestras autoridades deben buscar un mecanismo de corrección del presupuesto histórico, en lugar de copiar año tras año el presupuesto anterior y realizar ajustes superficiales. Si sabemos de antemano que los presupuestos no han resultado herramientas eficaces para compensar la crítica situación económica que vive el país, entonces es momento de hacer los cambios necesarios para lograr que los pocos recursos con que contamos sean utilizados de manera eficiente. Es hora de “Rediseñar el Mapa Económico en Panamá”. ¿Y por qué? Primero, nuestro presupuesto carece de objetividad, o es sumamente subjetivo. Segundo, tenemos recursos, no son abundantes, pero podemos utilizarlos de manera efectiva y tercero, es necesario encontrar un mecanismo que nos ayude a solventar la gran desigualdad socioeconómica que existe en el país.
En lo que respecta al tercer punto, el cual consideramos de suma importancia, el presupuesto resulta la “fuente”, y, en la medida que esta se corrija, se logrará que los recursos lleguen a donde deben realmente llegar. Es necesario buscar respuesta desde el origen, de tal manera que esta sirva para lograr una equitativa distribución de recursos por la vía especialmente de la generación de proyectos dirigidos a todas las comunidades de acuerdo con necesidades reales y al logro de un desarrollo holístico del país. Debemos olvidar la vieja práctica de hacer presupuesto a la medida de los donantes de campaña, a proyectos exclusivos o selectivos y especialmente a destinar recursos a actividades improductivas, de las cuales está repleto el plan económico histórico. Se podría pensar en la fantasía de un “Presupuesto Base Cero”, que tan buen resultado ha dado en el sector privado, en especial cuando se define correctamente un Plan Estratégico Integral de manera robusta.
La intención no es criticar, sino más bien contribuir con una idea que resulte más efectiva al momento de tomar decisiones a nivel gubernamental, razón por la cual un rediseño de la utilización de la fuente, puede ser un mecanismo altamente positivo, en especial por la dirección bien definida de lograr que el país en su totalidad reciba los recursos que requiere y no una concentración de actividades o proyectos en áreas muy especifica que se benefician año tras año de los caudales estatales.
Lograr desarrollar proyectos de inversión pública de manera equitativa a nivel nacional es una excelente fórmula para atacar la desigualdad existente, especialmente en estos momentos de sindemia.
¿Dónde quedaron las promesas de campaña de un Ministerio de Planificación o algo parecido, los recursos para investigación, desarrollo e innovación y los proyectos de emprendimiento? ¿Ahora sí se explica el porqué del dilema de la lluvia?