Decenas de coloridas comparsas se dieron cita en las calles de la ciudad colombiana de Pasto para recibir en medio del jolgorio a la familia Castañeda,...
- 17/12/2013 01:00
Más en un día que en cien años
A propósito de la publicidad repetida, con un mensaje similar pero no igual, es oportuno que al recordar y reverenciar la trascendencia del 9 de enero podamos aseverar que en ese día los panameños todos, encabezados por su juventud, lograron en una sola jornada cristalizar los sueños de varias generaciones antecedentes; y tan efectiva fue esa jornada que sirvió para garantizar que las sucesivas generaciones, esta vez sin sueños pero adormiladas, pudieran seguir viviendo de los frutos de esa jornada.
Expliquémonos mejor: la juventud actual y los adultos también sienten como si las cosas en su forma de ser actual siempre hubieran sido tal cual; en consecuencia pudieran estar en peligro de maravillarse de las obras públicas acometidas por este gobierno, sin tomar en cuenta que todas las gestiones gubernamentales de la actualidad se montan sobre las realizaciones posibilitadas por aquel 9 de enero.
Salvador Allende era aquel mandatario chileno que repetía incansablemente que el cobre era el sueldo de Chile, parafraseándolo podemos decir nosotros que el Canal es el sueldo de Panamá. Gracias a aquella jornada heroica Panamá disfruta ahora de un sueldo fijo significado por las ganancias del Canal de Panamá. ¿Qué es lo que se ha posibilitado a los gobiernos posteriores a la transición canalera? Pues que al tener el país un sueldo - un cheque- puede utilizarlo como cualquier persona para -mostrando él mismo- pedir créditos.
Es así como los actuales gobiernos trabajan fáciles, sin ninguna creatividad, mostrando una y otra vez el cheque soberano y pidiendo créditos y obras llaves en mano, facilitados por la proeza de aquellos muchachos del 64. Creatividad ninguna, solo gasto fácil.
No se maraville nadie pues el cheque lo puede todo. Pero si nos sobregiramos nos puede ocurrir lo que a aquel Jedive de Egipto, que inocentemente gastaba las ganancias de Suez, en inversiones dizque seguras, asesorado por los ingleses hasta que una bancarrota inducida por éstos lo obligó a entregar el canal y posibilitar que el país fuera intervenido militarmente. Como dice el poema del bardo Miró: ‘revuelvo la mirada y a veces siento espanto’.
¿Que podría ocurrir con el gasto maniaco sin sustentabilidad futura y olvidando al agro y al país futuro? Nos podría ocurrir la tragedia de Ismail, que así se llamaba aquel Jedive.
Por los pronto, reflexionemos y cada vez que pasemos al lado de una obra o un futuro Metro acordémonos que nada de eso hubiera sido posible sin el sacrificio de los mártires de enero. Como decía Juan Huss al marchar a la hoguera: ¡La verdad triunfará! EL AUTOR ES CIUDADANO*