De Panamá para el mundo: su papel estratégico y potencial industrial

Panamá, un país que ocupa un lugar geopolítico único en el mapa global, juega un papel trascendental en el comercio y la conectividad internacional. Este pequeño, pero estratégico territorio, canaliza el 6 % del comercio mundial, consolidándose como un nodo vital en la logística global. Sin embargo, sus potencialidades van más allá de su icónico Canal: Panamá es un puente no solo geográfico, sino también comercial, industrial, en seguridad internacional y cultural.

A pesar de su privilegiada ubicación, las empresas panameñas enfrentan barreras significativas al intentar exportar hacia mercados clave como Asia y Estados Unidos de América, e incluso a hacia la Unión Europea. Restricciones arancelarias, barreras técnicas y falta de inversiones para atender las cuotas o productos de los tratados comerciales ágiles frenan el aprovechamiento pleno del potencial exportador del país. Estos obstáculos subrayan la necesidad de una estrategia de diplomacia comercial holística e integral que no hemos tenido en los últimos 10 años, entre las instituciones del Estado donde se atienda de manera proactiva y política buscar favorecer la competitividad de los productos y la industria panameña.

Panamá se ubica como el “punto distante más cercano del mundo”, una expresión que encapsula su capacidad para conectar continentes. Esta posición convierte al país en un lugar idóneo para la instalación de industrias manufactureras y logísticas que puedan atender mercados globales desde un único punto de producción. Con un marco jurídico favorable a la inversión extranjera y una infraestructura moderna, Panamá está bien posicionado para atraer a empresas de tecnología, energía renovable y manufactura avanzada.

Panamá no solo es un actor económico, sino también un referente en diplomacia y seguridad internacional. Como un país neutral, ha demostrado su capacidad para ser un espacio donde convergen intereses globales, ofreciendo un terreno común para la cooperación en temas tan sensibles como la seguridad internacional y la sostenibilidad ambiental. Además, su compromiso con su lema “Pro Mundi Beneficio” refuerza su vocación de servicio global.

La frase inmortalizada del general Simón Bolívar, en el Congreso Anfictiónico celebrado en Panamá en 1826: “Si el mundo hubiese de elegir su capital, el istmo de Panamá sería señalado para este augusto destino, colocado como está, en el centro del globo, viendo por una parte el Asia y por la otra el África y Europa. Panamá debe ser el corazón del universo”, no es solo una frase, sino una descripción precisa de las aspiraciones de Panamá. Para materializar esta visión, es crucial adoptar un enfoque integral que fomente alianzas público-privadas, intensifique la colaboración internacional y derribe las barreras que limitan su desarrollo exportador. Además, invertir en educación e investigación permitirá a Panamá adaptarse a las demandas de un mundo en constante evolución.

En síntesis, Panamá está llamado a ser más que un punto de conexión: debe transformarse en un epicentro de innovación, comercio, seguridad internacional y colaboración global. Las bases están puestas; el siguiente paso es liberar su potencial pleno para beneficio del mundo.

¡Panamá, tierra de valientes!