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- 31/08/2023 15:42
Del contrato Stephens-Paredes a el contrato Alfaro-Aizpurúa
La lucha contra la venta del istmo de Panamá y la traición a la patria, no es ésta de hoy, la única generación de panameños que ha tenido que enfrentar semejante despropósito. Y, todas lo han hecho con dignidad y decoro, mediante grandes sacrificios y contiendas del pueblo. Siempre poniendo por delante los intereses nacionales y el amor a la tierra istmeña.
Se ha dicho, de parte de los defensores del contrato suscrito por un representante del gobierno de la plutocracia corrupta y clientelar (Federico Alfaro Boyd) y un peón de la empresa transnacional minera Firts Quantum Mineral, Ltd (FQM), que nada tiene de parecido con el Tratado Hay- Bunau Varilla de 1903.
Sin embargo, si tiene una gran similitud con el contrato Stephens-Paredes de 1850, mediante el cual el gobierno de Nueva Granada (hoy Colombia) concesionó a una empresa estadounidense la construcción del ferrocarril transístmico, otorgándole una serie de privilegios, comparables con el contrato de Minera Panamá, S. A. y el Estado, que hoy surte el Primer Debate, en la Comisión Permanente de Comercio y Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional, y que también es rechazado por la mayoría del pueblo panameño.
En efecto, el 15 de abril de 1850, Victoriano De Diego Paredes, secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de Nueva Granada y John Lloyd Stephens, vicepresidente y apoderado legal de la empresa estadounidense la “Panamá Raid Road Company”, firmaron en Bogotá el contrato de marras, que entre otras cosas otorgaba el uso de los puertos en los extremos de la vía férrea, sin ningún costo; derechos franquicias para el establecimiento de tarifas; exoneraciones de impuestos y fiscalización de aduanas; a título gratuito, 100 mil fanegas (5 fanegas es igual a 1 hectárea) de tierras baldías en las provincias de Panamá y Veraguas, las que se podían extender a 150 mil fanegas…”
También, no es la primera vez, que lumpen diputados tratan de comerciar con la posición geográfica y el uso de los recursos minerales. Por cierto, el 19 de abril de 1849, los diputados de la Cámara de Representantes de Nueva Granada, llevaron a cabo una reunión secreta, para considerar “asuntos relacionados con la suerte futura” del Istmo de Panamá. En esa ocasión el diputado Romualdo Liévano (hoy Roberto Ábrego), temiendo la anexión de ese territorio a los Estados Unidos, propuso que se le vendiera” (Periódico “El Panameño”, citado por Celestino Andrés Araúz, en el ensayo “Hegemonía de Estados Unidos en el Istmo de Panamá desde mediados del siglo XIX hasta el Tratado Hay-Bunau Varilla”).
Sin duda, tal como lo hizo el pueblo panameño en el pasado, derrotando las imposturas y la traición a la patria de quienes venden la Nación por “un plato de lentejas” o un bicoca; hoy, nuevamente, los patriotas de siempre –el pueblo panameño- derrotará, a las fuerzas antinacionales, al poder económico, a las fuerzas militares represivas y a los lumpen diputados, en sus pretensiones de imponer “a sangre y fuego”, el infame contrato "Panamá cede”, que se debate en la Asamblea en la Asamblea Nacional y se lucha en las calles de toda la República y que, hoy como ayer, la traición y la venta de la Patria no pasarán .
¡Así de sencilla es la cosa!