• 13/02/2025 17:50

Colombia, un país sin piloto

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, otra vez su gobierno está envuelto en una tercera tormenta política en menos de 15 días. La primera por los enfrentamientos de los grupos guerrilleros de las disidencias de la FARC, el Ejército de Liberación Nacional y los grupos de paramilitares por el control de los cultivos ilícitos y los negocios de las drogas en la conflictiva región del Catatumbo, en la frontera con Venezuela.

La segunda por la crisis diplomática con la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por las deportaciones de los connacionales, y ahora una tercera por un desafortunado Consejo de Ministros televisado, donde los ministros se sacaron los trapitos al sol y desnudaron las disputas políticas internas del gobierno.

Lo que pasó la noche del martes 4 de febrero en el Consejo de Ministros del gobierno del presidente Petro, fue un circo y un banquete para la oposición. Un acontecimiento histórico en la política colombiana, dado que es la primera vez que se transmite por televisión en vivo un Consejo de Ministros desde que se inauguró la televisión colombiana en 1954.

El presidente Petro en el enfermizo egocentrismo político que lo caracteriza, pensó con esa estrategia mediática salvar su imagen vilipendiada por los escándalos de corrupción, los bajos índices de ejecuciones del programa de gobierno, que afectan la imagen de él y su administración. Petro buscó hábilmente culpar de los pésimos resultados y de los desaciertos administrativos del gobierno solo a sus ministros y ponerlos en el escrutinio de la opinión pública. Su director de Metas y mano derecha Armando Benedetti, elaboró el informe sobre la gestión de los ministros donde la gran mayoría se rajó.

De hecho, ese informe generó la reacción de varios ministros en contra del director de Metas y la nueva canciller Laura Sarabia, los dos funcionarios más cercanos del presidente Petro y los más cuestionados por diversos escándalos. Fue un error de Petro autorizar la transmisión por televisión del Consejo de Ministros, cuando la ley 23 de 1923, aún vigente, expresa que debe ser absolutamente reservado.

Fue así como el mismo Petro generó que se armara un espectáculo de enfrentamientos entre sus funcionarios, donde el mensaje que mandó fue que es un gobierno dividido, sin liderazgo y convertido en una especie de circo, sin un horizonte claro y que la mayoría de los ministros son incompetentes.

El presidente Petro fue por lana y salió trasquilado otra vez, porque los agarrones que se desataron en aquel fatídico Consejo de Ministros demostró que es un presidente con un liderazgo muy débil frente a sus subalternos. Y a Colombia, un país sin piloto y con un gobierno que parece un barco a la deriva con un piloto que lo único que busca es vender una imagen de un líder populista y mesiánico en campaña política permanente, pero que no está concentrado en gobernar con eficiencia, sino en armar show mediático para ser el centro de la agenda noticiosa del país.

Igualmente quedó en evidencia que el presidente Petro nombró unos ministros sin capacidades para desarrollar una buena labor en las tareas de gobierno. En la intervención de la recién nombrada canciller Laura Sarabia, quedó claro que no tiene estatura para ocupar ese cargo. El ministro de la Defensa Iván Velázquez, expresó que por falta de decisión articulada del gobierno las fuerzas armadas no han podido llegar a zonas cocaleras y de conflictos como El Plateado para combatir la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico. La vicepresidenta Francia Márquez aprovechó la coyuntura y se despachó en contra del presidente Petro y sus dos escuderos y con esa intervención debilitó profundamente al gobierno.

Ahora con el respaldo que el presidente Petro le dio al director de Metas Benedetti como su escudero, después de ser blanco de las críticas de la vicepresidenta, del director nacional de Planeación, de la ministra del Medio Ambiente y del director de Prosperidad Social, prácticamente los últimos tres quedaron fuera del gabinete.

El mensaje que quedó del ministro de Educación, Daniel Rojas, es que llegó a la cartera a aprender, no ha dado la talla y se convirtió en otro de los grandes desaciertos de Petro en nombrar en dicha cartera a un funcionario sin experiencia y sin conocimiento sobre los problemas de la educación. El mensaje que quedó del director de Prosperidad Social Gustavo Bolívar es que no tiene estatura para ser presidente. En conclusión: el gobierno del presidente Petro envió un mensaje de que Colombia es un país sin piloto.

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