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- 24/06/2022 10:00
La Biotecnología de alimentos, una ciencia de vieja data
El Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas de 1992, define la biotecnología como toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos.
La biotecnología de alimentos existe desde mucho antes de ser considerada una disciplina científica, ya que desde los tiempos en que el hombre se trasladaba de un lugar a otro, nómada, surgieron procesos biotecnológicos de forma empírica y como producto del azar y la necesidad, lo que le permitió al hombre primitivo variar su dieta.
El hombre antiguo se valía de los elementos que tenía a la mano y utilizaba el estómago de los rumiantes para almacenar alimentos. En cierta ocasión por la necesidad de guardar cierta cantidad de leche, para trasladarla, la coloca en el estómago seco de un rumiante y es así como surge de manera fortuita el primer alimento fermentado, el queso.
Posteriormente, se comenzó a domesticar animales, luego se da el mejoramiento de las especies, tanto animal como vegetal, para garantizar la transmisión de las mejores características mediante el cruce de dos individuos que expresan las características deseadas y surgen las especies híbridas las cuales conocemos y disfrutamos.
Todos hemos consumido frutas cítricas, sin semillas y leche con un mayor porcentaje de sólidos, dos productos que son resultado de biotecnología clásica aplicada a los alimentos.
En la década de los ochenta del siglo pasado surgen nuevas tecnologías que permiten la manipulación del material genético, la ingeniería genética con todo y sus técnicas que permiten el manejo de la molécula que contiene la información de lo que cada uno de nosotros somos: el ADN (ácido desoxirribonucleico). Por supuesto que este desarrollo alcanza al sector alimentario y se da el uso de técnicas de ingeniería genética dando lugar a los alimentos transgénicos.
Según datos reportados por Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro biotecnológicas, en el año 2013 se cultivaron 175.2 millones de hectáreas de plantas transgénicas en el planeta, lo que supone el 10% de la superficie sembrada en el planeta, esta cifra ha ido en aumento y como ejemplos podemos mencionar cultivos de tomates con mayor contenido de licopenos, que es un antioxidantes beneficioso para la salud y se ha sugerido que previene el cáncer de próstata.
Otros ejemplos son el maíz, la soya y diversas especies vegetales a las cuales se le han insertado genes para proveerles mayor resistencia a las plagas, por lo que necesitarían menos exposición a fertilizantes químicos, como el glifosato.
Inclusive se han podido modificar plantas para expresión de antígenos (vacunas), como es el caso del arroz, trigo, alfalfa, papa, guisante y la lechuga. Si se trata de vacunas comestibles, se utiliza como vector la bacteria Agrobacterium tumefaciens.
Debido a todo esto, los alimentos transgénicos representan una importante herramienta para alimentar a la población mundial que, no sólo está en acelerado crecimiento, sino que además muestra rasgos de déficit nutricional.
El desarrollo de nuevas variedades vegetales da como resultado una producción más elevada de alimentos de una calidad superior y de un excelente valor nutricional, esto eleva la sostenibilidad de los países más pobres del mundo, ya que estos países son los que más cultivan estas variedades de alimentos.
Muchos buscan en el supermercado productos como el yogurt, el salvado de trigo o variedades de cereales que muestren un alto contenido en minerales y que sean bajos en colesterol.
La realidad es que esos alimentos son el producto de la aplicación de la biotecnología de alimentos, durante su procesamiento. Así, la biotecnología aplicada a los alimentos puede, de manera segura, contribuir con la salud humana
Es muy interesante que desde que el humano empezó a formar comunidades, la biotecnología de alimentos ha estado presente, propendiendo la mejora de la calidad de lo que comemos.