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Babel es sinónimo de confusión o desorden, castigo divino en ritos cristianos, también toca gobernantes de la antigua Grecia y algunos arqueólogos aducen que Babel pudo ser la torre roja de Babilonia. En Panamá y demás países de este convulsionado mundo tenemos babelianos generalmente vinculados a la política y otros asuntos espinosos como el rascacielos que hace más de 50 años construyó la Organización Trump en Punta Paitilla que primero fue Bahía Grand, después cambió a Trump International, por último al JW Marriot.
En el 2019 frente a esa torre el potentado Orestes Fintiklis sacó la chequera y ordenó a su cuadrilla remover el nombre de Trump acusado de malas prácticas financieras ante el Juzgado II del Circuito de Panamá. Besitos o rencillas entre magnates disputando unos cuantos milloncitos. En el quita y pon se cruzaron toda clase de ofensas, la peor parte la pagó el país de Panamá que ni antes ni ahora tuvo que ver en el conflicto. Ignoramos los hechos que fracturaron el piso de encumbrados personajes, unos más ambiciosos pero no menos prepotentes, vengativos y narcisistas. Egos inflados de criaturas que no olvidan ni perdonan ofensas reales o imaginarias, se creen elegidos por la divinidad y en el sancta sanctorum del confesorio piden a San Disney que un cohete inter-espacial los lleve de paseo al planeta Marte.
Cambiando de tema, en el año 2024, por segunda o tercera ocasión entra en el escenario el presidente norteamericano Donald J. Trump, con su nuevo amigo y financista, emprendedor, astrofísico y super trillonario Elon Musk. El ganador de las elecciones presidenciales lanzó alaridos de júbilo y prometió la fiesta inolvidable para celebrar que otra vez hará grande a Norteamérica. Su discurso inaugural es un catálogo de ofensas contra Mexico, Canada, Dinamarca, Groenlandia. En lo que respecta a Panamá, amenaza con invadirnos militarmente si por las buenas no entregamos el Canal de Panamá. El discurso contra nuestro país es un racimo de falsedades tan obvias que resultan doblemente insultantes, sin sonrojos dice que la República Popular China está manejando el canal y una mentira sobre la otra, afirma que soldados del ejército chino tienen a cargo la seguridad del territorio canalero y acusa a las autoridades panameñas de trato discriminatorio contra los buques mercantes de USA y contra la Armada, ignorando que hoy y siempre ha existido paso expedito para sus navíos y submarinos. El colmo es que Trump se escandaliza porque los puertos de Balboa y Cristobal son manejados por China, sus asesores no le dijeron que desde 1987 la empresa de Hong Kong Panama Ports Co., tuvo el Visto Bueno de USA. Por varios años fue concesionaria de la Panama Canal Comission, agencia del gobierno norteamericano que administró el canal y los puertos desde 1978 hasta 1999. ¿Qué demonios estamos enfrentando los panameños?
Es preciso que los panameños entendamos el discurso usual de ciertos personajes acostumbrados a pelear con golpes bajos y zancadillas. En el norte los medios de comunicación noticiosos están cansados de reseñar falsedades difundidas por Trump, cada día de su vida ha mentido hasta por deporte y seguirá pegando bates porque gran parte del pueblo norteamericano encuentra entretenidas o divertidas las comedias tapizadas de sexo y cuentos chinos. Los verificadores de datos del Washington Post documentaron 30.573 falsedades o engaños durante el primer mandato presidencial 2016-2020 de este personaje. El Toronto Star de Canada contabilizó 5.276 mentiras desde enero de 2017 a junio de 2019. En octubre del año pasado CNN en español expuso que Trump dijo una gran cantidad de mentiras en el último mes previo a las elecciones. El escritor y periodistas Donnel Stern en su obra Psichoanalytic Dialogues expresó que Trump “miente como política” para satisfacer a sus partidarios o a sí mismo. Heidi Taksdal del Instituto Reuters consideró que Trump dijo falsedades a una escala sin precedentes durante su campaña y presidencia. Otro famoso, Jeremy A. Smith escribió que mentir es una característica, no un defecto de Trump. Thomas B. Edsall opina que este personaje puede reclamar el título de mentiroso más prodigioso en la historia de su presidencia. G. Edwards III en uno de sus últimos escritos afirmó que Trump ha dicho más falsedades que cualquier otro presidente, nadie le llega cerca...