“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 17/02/2015 01:00
David A. Ocalagán B., descansa el guerrero...
Como editora de Opinión de La Estrella de Panamá, he conocido a muchísimas personas en los últimos 10 años. Con la mayoría de ellas ha sido y es un contacto vía ‘e-mails’.
Pero, pese a esa ciberrelación, con muchos y muchas ha nacido un gran aprecio a través del trato regular, aunque con algunos, creo que muy pocos, dada la cantidad de contactos, fricciones, lo normal cuando se trata mucha gente.
De esos muchos de ‘gran aprecio’, han surgido también amistades —creo que mis amigos y amigas de los últimos años son todos por mi trabajo—, se generan coincidencias de opiniones, simpatías mutuas, respeto, solidaridad, admiración... cariño.
No recuerdo con exactitud la primera vez que el ingeniero David A. Ocalagán B. me contactó, no sabía quién era, qué le pasaba, qué lo motivaba... pero siempre me impresionó su sinceridad, siempre respetuoso, pero directo.
Poco a poco, con el trato frecuente, me fue dejando saber ‘quién era’... y me hice solidaria con su causa... Era de esa gente que uno dice ‘no tiene pepitas en la lengua’, y eso le costó, pero no desistió y, pese a que su quebrantada salud minaba sus energías, su espíritu era tan fuerte que obligaba a su cuerpo y mente a seguir...
Peleador con coraje durante la invasión militar de EE. UU. a nuestro país, el 20 de Diciembre de 1989, víctima de injusticias que no lo hicieron desfallecer... no se iba a dejar ni siquiera por su padecimiento renal.
Hoy, luego de ardua batalla... descansa el guerrero... deja un gran vacío en este mundo donde no son mayorías los dispuestos a levantar sus voces para exigir que las cosas se hagan con justicia... como debe ser... Pero deja también un gran legado que debe ser orgullo para su familia, amigos de años, compañeros de luchas y aún para quienes, como yo, lo ‘conocimos’ a través de sus escritos, de sus ‘e-mails’ y entendimos y apoyamos su, más que trabajo, misión...
Ojalá su bandera no quede tirada ni en el suelo ni en el silencio...
Descanse en paz ingeniero Ocalagán...
PERIODISTA